Sala de Conciertos – Derrame Rock XVIII

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Por segundo año consecutivo subimos a Galicia en busca de aire fresco, buena gastronomía, el calor de sus gentes y, cómo no, buena música. Este año la cita se trasladaba al pueblo de Bemposta, y al incomparable marco que ocupara durante años la ciudad del circo de los muchachos, una obra socio-pedagógica que sacó a muchos niños de la miseria en los años 60 y 70, y que fue precursora de la primera escuela de circo de España y la segunda en Europa.

Al turrón: el viernes abrían el festival el grupo local Derroche, acto seguido descargaron su material los grupos La sombra, El Viejo Caracol, Trapos Sucios y Os Podridos, ganadores de los concursos organizados para la ocasión, que pudieron gozar de unos minutos de éxito bajo el intenso calor que nos acompañó todo el fin de semana. El mejor compañero era el litro fresquito, y entre litro y litro pudimos disfrutar de las actuaciones de Leize, legendaria banda de rock que calentaba los motores en una hora en la que la afluencia de público era escasa.

Bastards on Parade daban la bienvenida a los recién llegados con una descarga de metal contundente y con letras en inglés, dejando el pabellón muy alto. Tras ellos llegaban los Porretas, que comenzaban a menear al personal “Con mi bota de vino y mi bocata salchichón”, “Marihuana”, o “El abuelo fue picaor” fueron sus mejores momentos.

Ruxe Ruxe continuaron el rollo punkarra, aderezándolo con gaitas tan típicas de esta tierra, para ovación del personal. Comenzaba a caer la noche cuando subieron al escenario los andaluces Reincidentes descargando todo su repertorio, que fue muy coreado por el respetable, “La historia se repite”, “Dolores” o “Vicio” sonaron mezclados con temas de su nuevo álbum. Después del punk rock, era la hora del hard core.

Escuela de odio se mostraron enormes, con un sonido aplastante y una contundencia bestial, permitiéndose versionar a los neoyorkinos Agnostic Front, que saltaban al escenario a continuación para poner patas arriba a un público más que entregado, que no paró de apretar en un pogo que duró toda la actuación,  culminando con el “Blitzrieg Bop” de Ramones.

Pasada la una de la madrugada, cambiamos de tercio con un poquito de ska de la mano de  Juantxo Skalari, que hizo bailar al personal con sus propios temas y con otros de su anterior banda Skalariak.

Este momento merecía un descanso de cara a la actuación de Boikot, que fue lo mejor del viernes, sin duda. Por el sonido, por la puesta en escena y la entrega del grupo, por los temas elegidos, por petar el recinto y porque lo dieron todo en hora y media de concierto. Entre muchos otros temas sonaron “Stop censura”, “Inés”, “Hasta siempre” o “Kualkier día”, además de algunos temas de su nuevo trabajo “Lagrimas de rabia”, poniendo el broche de oro “Grito en alto”, a la que se sumaron Fernando de Reincidentes y Cristian del grupo orensano Bergallazo.

Tras la descarga de los madrileños, la banda Alamedadosoulna amenizaba a un público aún con ganas de fiesta. Vuelta al Ska, a los ritmos latinos, a las trompetas, al saxofón y al baile. Esta gente no paró un momento de bailar, contagiándonos a los allí presentes, aunque una parte importante empezaba a coger sitio para ver a Def Con Dos.

Los Strawberry, Peon Kurtz y Marco Masacre llegaban con ganas de montarla, y vaya si se lió, aunque su potente sonido no brilló en los primeros temas dedicados a su último álbum, España es Idiota. Poco a poco todos los instrumentos fueron encajando, y el grupo sintiéndose a gusto descargando todo su potencial. “El coche no”, “Agrupación de mujeres violentas”, “La cacería”, “Mundo chungo”, “Ultramemia” o “Dogmatofobia” son temas que nunca faltan en su repertorio. Como siempre, enorme J Al Andalus al bajo.
Tras algo más de una hora, parece que les entró la prisa y pisaron el acelerador mostrando un popurrí de sus éxitos a toda pastilla, y con el doble bombo comiéndose el sonido. Si a esto le añades la zurraspa de la guitarra, el sonido suele ser insoportable. Aún con eso, el público estuvo entregado toda la noche. La banda se tomaba un descanso para  volver a salir, y dar fin a una actuación bastante desconcertante con “Armas pal pueblo”.

El sábado volvíamos al recinto para echarle un pulso al sol, que a las cuatro de la tarde era insoportable. El autobús urbano nos jugó una mala pasada, y llegamos al recinto justo para ver a los Narco subirse al escenario.

Antes de ellos era el turno de las bandas locales Maskarpone, Morphina, Canal 69 y A compañía do ruido, que animaron a los pocos valientes que se atrevieron a acercarse al polvoriento recinto. Algo más de media hora para cada banda fue más que suficiente para que nos mostraran su buen hacer.

A continuación, los vigueses Skarallaos comenzaban a animar un cotarro bastante desangelado a ritmo de ska. El punto divertido a la tarde lo pusieron Los Gandules, con su actuación en la que versionan a otros grupos con unas letras acidas cargadas de satírica. Menudas pintas llevaban los colegas. Su música es de otro mundo.

Con el flow y el hip hop de los valencianos Los chicos del maíz esto empezó a animarse sin duda, con una actuación en la que presentaron temas de su trabajo Pasión de talibanes. Letras crudas y cargadas de crítica social, muy aplaudidos por un público que arropó a la banda durante toda la actuación.

Tras cincuenta minutos de rap, era el turno para el punk rock de los asturianos Segismundo Toxicómano, que descargaban todo su arsenal punkarra con temas de su nuevo trabajo y algunos clásicos como “Por ti” y ”Hoy como ayer”, en un corto pero potente directo.

Algo más de una hora estuvieron en el escenario los andaluces Narco, con su contundente sonido hardcore, en el que fue el primer gran concierto del sábado. La carpa no se petó, por lo que pudimos disfrutar del show en primera fila, así escuchamos clásicos como “Tu dios de madera”, “Soy el Narco”,”Sotánico”, etc.

A continuación, era el turno de Reno Renardo, los bilbaínos consiguieron meterse al público con ese peculiar heavy clásico con letras cargadas de cachondeo. “Crecí en los ochenta”, “Camino Moria”, “El bogavante” o “Festival” fueron los temas más ovacionados en la hora de actuación.

Caída la noche era el turno de Lendakaris Muertos. Desde Navarra llegaron con mucha energía, contagiando a los derrameros con unos ritmos punkarras y unas letras reivindicativas, que no dejaron indiferente a nadie. En la hora de concierto repasaban su trabajo Crucificados por el antisistema, además de algunos temas anteriores. La actuación terminaba con su cantante Aitor voceando entre el público.

Uno de los conciertos que más me sorprendió fue el de Miguel Costas, fundador de Siniestro Total, que lleva varios años dando guerra con su banda a golpe de buen rock and roll. El tío conserva toda la energía. Una actuación muy aplaudida, no sólo por las versiones de Siniestro, que también, ya que lleva bajo el brazo un disco, Alguien tenía que hacerlo, muy pero que muy bueno. Entre otras sonaron “Yo estoy bien, tú estás gordo”, “No me da la gana”, “Bailaré sobre tu tumba” o la archiconocida versión del “Sweet home Alabama”, todo un himno para los Gallegos y Gallegas.

Llegaba el momento más esperado de la noche, y es que Los Suaves cumplen treinta años sobre los escenarios, y no hay mejor lugar para celebrarlo que en su querida Ourense que les vio nacer. Por eso el momento era tan especial y sobre el escenario colgaba un enorme “suaves somos todos”.
Fueron dos horas en las que repasaron gran cantidad de temas, entre los cuales brillaron “Maldita sea mi suerte” y “Viajando al fin de la noche”. El momento fue muy emotivo pues por momentos fueron subiendo los distintos componentes que ha tenido la formación en la historia de la banda como Ángel, Javier Domínguez, Pepe Losada, Carlos y Moncho Costoya, además de la formación actual encabezada por un Yosi, venido a menos y unos enormes Alberto  Cereijo y Fernando Calvo, que se marcaron unos solos interminables y espectaculares durante las dos horas que duró la actuación.

Algunos terminamos hartos de Los Suaves, y supongo que también los Mojinos Escozíos, ya que se comieron parte de su tiempo. Aun así, El Sevilla y compañía no defraudaron lo más mínimo en una divertida actuación donde presentaron su reciente trabajo, Semos unas máquinas, además de varios de sus éxitos. Los andaluces tuvieron un feeling especial para cachondeo de un público muy entregado,y que se divirtió de lo lindo.
Ya entrada la madrugada, gran parte del público abandonó el recinto que estuvo colapsado durante la actuación de Los Suaves.

Para los que teníamos ganas de fiesta aún nos quedaba el concierto de La Pegatina, que siempre lo ponen todo patas arriba con su fusión de rumba, ska, ranchera, ritmos latinos y un popurrí de estilos que no te dejan parar con las gaitas, trompetas, guitarra y percusiones. Los catalanes no pararon de bailar e interactuar con el público en todo momento, con sus confetis, sus sombreros mejicanos y sus ganas de fiesta. Sonaron temas como “La voisine”, “Sorranchera” o “Mari Carmen”, aun así el concierto fue bastante corto, supongo debido a los problemas con el horario que se vieron bastante afectados.

Para poner el punto final a esta XVIII edición del Derrame Rock subían al escenario los Gallegos Tarbutalina, poniendo un toque de rock guitarrero y salvaje con un inconfundible gusto gallego, dando caña al personal que aún aguantaba hasta largas horas de la madrugada. Al final, han sido casi treinta horas de música en un marco incomparable y en una agradable compañía.

Gracias Derrame, gracias Galicia!!

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