Cronicas del paseo maritimo – Scud Hero

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Dedicábamos el capítulo 9 de nuestras crónicas carnales a Cristina Martínez, un nombre fundamental del underground neoyorkino de finales de los 80 que un día, al atardecer, salió de Campanario para conquistar nuestra curiosidad.

Y no queremos abandonar La Serena, porque el protagonista de este décimo capítulo ha  compartido calles y plazas, y, sobre todo, el manto inconfundible del cielo sereno bajo el cual, en algún momento real o ficticio, nos da igual, han confluido en la puerta de algún bar. De ahí salió un día, al atardecer, también, de Campanario,  también, Javier Escudero para mutarse en robot y habitar un mundo repleto de naves siderales y cosmonautas.

Las impactantes imágenes que ilustran estas líneas corresponden a trabajos realizados por  Carlos García-Vidal, Mosquera de la Vega y Xisco Fernández, y no, nos llegan del futuro incierto. Tres grandes profesionales que han dirigido sus objetivos hacia el mismo escenario: Scud Hero en la puesta de largo de su Scud Airlines.

Delante de Scud Hero está Javier Escudero, el genio de Campanario, y detrás de Javier Escudero se puede encontrar uno de capítulos más fascinantes de la historia de la música extremeña. Es para presumir.

Podemos contar que allá en los finales 70 perteneció a un grupo punki, Amoníaco, que recorrió algunas discotecas de La Serena. Eran tiempos algo oscuros y de imágenes gastadas por el paso de los rebaños en la llanura inmensa de aquellas tierras. Amoníaco trajo la luz siniestra de The Clash y de los Sex Pistols a las cocheras de Campanario.

Podemos contar también que pronto viajó, y que hizo segunda casa en Madrid. En los años 80, coincidiendo con el reinado madrileño, le pudimos encontrar en Unión Pacific o en Pánico en el Teléfono, más tarde, simplemente Pánico. Dos nombres que conocen bien aquellos que vivieron al calor y al frío de la Vía Láctea.

En 1997, seguimos contando, llegan las máquinas a su vida. Y lo hacen para quedarse. En esa misma época, y por aquello de despistar un poco al personal, al tiempo de las máquinas llega el universo de lo jondo, el flamenco. Y lo hace también para quedarse y no irse.

Vemouth es un paso previo, pero necesario, para llegar a Scud Hero. Con ellos graba dos discos donde se va descifrando el destino, donde se va mascando la tragedia electrónica que tan gozosamente nos deleitará en los próximos años.

2005. Beats 1. Nace la máquina Scud Hero. Llega el futuro que tan sabiamente han sabido retratar Carlos García-Vidal,  Mosquera de la Vega y Xisco Fernández. Beats 1 no es un disco, es una declaración de principios. Es el evangelio donde se honra la unión del hombre y la máquina. Y allí, al fondo a la derecha, en un rincón bien adecentado, Campanario. La Serena.

En 2007 aterriza un tipo raro en nuestras vidas. Es su segundo gran trabajo. Landin’ of the Weird. Poco después, lo más granado de la electrónica ibérica revisita uno de los temas de este disco, You Gotta Give Me Love.  Entre los artistas que participan están David Kano, el de Cycle, Carlos Calderón, el de Don Benito y el de Cycle, también, Digital 21, Big Toxic, Iván Smoka, HD Sunstance y Miguel Paredes. Escudero es ya el rey extremeño de la electrónica. Santo y seña. Javier y sus amigos de antaño son ya Scud Hero.

Scud Hero aparece, mientras tanto, firmando bandas sonoras para teatro o para el cine, o para televisión, recogiendo premios en Cáceres y en Badajoz,  o dando lustre con sus músicas a propuestas enológicas de exquisitos gourmets.

En 2009 su proceso de transformación se acelera. Ya no es únicamente una máquina. Es, simple y llanamente, un robot. Robotland nos evoca los ambientes de Beats 1, donde se casan texturas lounge con la psicodelia y el universo glam. Un álbum gozoso, optimista, radical.

Al mismo tiempo se adentra, junto con Zíclope, en los mundos del cómic, y saca de la manga del mago Rayser, un grandísimo trabajo sobre la obra del dibujante Espí.

Y ya en 2010 la Tierra se le antoja pequeña y se lanza al espacio. Con su propia flota de aviones tripulados se desintegra en millones de átomos estelares. Scud Airlines. Su gran obra.  Y allí, a sus pies, al fondo a la derecha, en un rincón bien adecentado, Campanario. La Serena.

Blind Songs  nace como un hermoso paquete de descartes. No te engañes. Es una colección maravillosa de temas nunca publicados y que Scud Hero lanzó al común denominador múltiplo a lo largo de 2011. En Cantarrana están todos, claro. Faltaría más.

Con la llegada de 2012, Scud Hero visita la oficina central de su compañía naviera para despegar un segundo avión tripulado. Es una nueva vuelta de tuerca a su Scud Airlines.

Javier Escudero es un rey Poseidón. Luce escafandra y cayado de cuatro puntas. Un cayado que robó a su abuelo en Campanario. La Serena. Un ecosistema.

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