El pasado mes de mayo tuvimos en el Centro Machado de Colonia la enorme fortuna de asistir a un concierto de Alejandro Starosielski, guitarra único por su calidez, su calidad y su emoción contenida.
Nos cuenta el músico que su obra invita a pensar en un péndulo: va hacia atrás a abrevar en la tradición y se impulsa desde allí hacia adelante, buscando nuevos caminos. Así pues, la distinción entre música culta y música popular se vuelve irrelevante, y los lenguajes aparecen entrelazados para dar lugar a una música que escapa a las clasificaciones de género.
Alejandro se siente a gusto “parando en los lugares que no están claramente definidos”. Vive en Argentina, pero sus cuatro abuelos nacieron en Europa, es por ello que una de sus mayores influencias viene de la música judía, tanto del klezmer como de otras melodías rituales como el nigun, que formaron parte de su infancia.
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Alejandro Starosielski en el Centro Machado de Colonia
Uno de los temas que más me gustó fue “Momo”, un homenaje a Michel Ende a ritmo de vidala. ¿Tienes algunas otras influencias europeas que merezcan ser destacadas?
Me gusta mucho Tintín, que solía leer de pequeño. Me siento identificado por su espíritu viajero y cosmopolita. Con respecto a la música, soy un gran admirador de la música europea que llamamos “clásica”. A este respecto creo que Alemania se lleva el primer premio, y no soy original cuando digo que Bach es el padre absoluto de la música en Europa. Me gusta Chopin, me gustan mucho los músicos rusos como Shostakóvich y Stravinsky, así como los franceses Debussy y Ravel. En cine, Michel Gondry (quien ha trabajado para Björk, Radio Head y The Chemical Brothers), Paolo Sorrentino, y por supuesto Almodóvar. En literatura me quedo con Alessandro Baricco.
El del Centro Machado ha sido tu cuarto concierto en Europa. Te esperan un total de catorce. ¿Qué es lo que más te ilusiona de esta experiencia?
Me encanta esta pregunta. La verdad es que llevo varios meses planeándola, y si bien es verdad que al principio lo que más me ilusionaba era el aspecto profesional de poder realizarme como artista y tocar en varias ciudades, la gira me está trayendo ilusiones de otro tipo, más personales. Me está gustando conocer a gente de lugares tan genuinos, tocar delante de ellos y conectarme mediante la música, emocionarme y que nos emocionemos juntos. Está siendo muy personal y nutritivo.
¿Qué no puede faltar en tu maleta cuando sales de viaje?
No pueden faltar mis libros, ni la grabadora portátil. La utilizo para recoger sonidos inusuales de las ciudades que visito, y poder convertir los ruidos en música. Llevo un cuaderno, y por supuesto los auriculares. Es esencial poder escuchar música constantemente.
¿Y cuando regresas?
Me traigo contactos, gente interesante que conocí, como es nuestro caso, ropa nueva, pues de vez en cuando es bueno cambiar (risas), y distintas formas de pensar. Porque los viajes tienen eso: poder abrir nuestra mirada hacia formas que no se nos ocurrían, sobre todo desde el punto de vista de uno mismo.
Puedes escuchar a Alejandro Starosielski en plataformas digitales, tanto su EP “Fuente” como las bandas sonoras de “La Sastre”, “Por el brillo de tus ojos” y “Pervomaisk”.
Como guitarrista acompañante trabajó con el grupo “La maderosa”, con Nadia Szachaniuk y con Abi González, reciente Premio Gardel.
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