Se puede decir que antes del concierto Superparkers nunca hacemos las cosas de la misma manera. No repetimos ningún ritual.
Así que no nos vamos a inventar una historia llena de glamour.
Nosotros no somos así…y el backstage no podía ser menos.
Eso sí, tenemos una rutina de ensayos semanales y cuando se acerca un bolo solo nos queda decidir el setlist.
Edward y Krist siempre llegan antes al local y compran cerveza. Robert llega tarde pero el ensayo ya estaba programado para alargarse así que no pasa na.
Se puede decir que unos miembros de la Superparkers son muy responsables y llegan media hora antes. El ensayo se termina siempre por una de estas tres cosas: No hay cerveza; se ha roto más de una cuerda; Robert ha hecho saltar los plomos de una patada.
En el concierto, si jugamos en casa, vamos por separado a la prueba de sonido y quedamos una hora antes de la actuación para ir calentando motores. Afinamos, nos tomamos no más de dos cervezas que es lo justo para soltarse un poco, y un sorbo de whisky para calentar las cuerdas vocales.
Está bien calentar cantando Bryan Adams, pero nuestras canciones son otra cosa. Si hemos olvidado el whisky y tocamos con otra banda nos gusta cogerlo sin permiso. Ellos nos lo darían, y nosotros a ellos, pero es más divertido correr por el camerino escondiéndonos para darle un trago.
Por experiencias de la vida Superparkers solemos ir preparados y llevamos encima casi de todo. A parte de lo normal en un músico, como cuerdas y spray efecto mojado para el pelo, también llevamos cortauñas, calzoncillos y calcetines. Se rumorea que uno de los miembros de la banda lleva hilo, aguja y esmalte de uñas.
Y si alguien no puede con los nervios porque la marihuana en el aire de la sala donde tocamos le vence, o hay alguna fan demasiado histérica, un ansiolítico no falta.
Antes de subir al escenario no hay ninguna oración por el rock’n’roll, aunque al rock’n’roll le haría falta.
Más info sobre Superparkers en el siguiente enlace:
Ver Facebook
Encontrarás más artículos de Opinión AQUÍ.
