Centenario de «El Amor Brujo» de Manuel de Falla

El Amor Brujo[mks_button size=»small» title=»Quiero verlo!» style=»rounded» url=»http://issuu.com/lacarne/docs/lacarne_magazine_n36/42″ target=»_blank» bg_color=»#dd3333″ txt_color=»#FFFFFF» icon=»fa-eye» icon_type=»fa»]

por Paquita García

El 15 de Abril se conmemorará el centenario de la obra española que abrió fronteras a nuestra música, y que aún hoy sigue siendo la composición más representativa de toda la música española: El Amor Brujo de Manuel de Falla, que junto al Concierto de Aranjuez del Maestro Rodrigo se reparten el favor del público de todos los continentes cuando de nuestra música se habla.

El Amor Brujo tenía todos los mimbres del nacionalismo español, pues aunaba ritmos y cadencias de la música popular en una obra en la que convergen sinfonismo, baile, duende y canción. Tuvieron que reunirse para hacer el prodigio una bailaora de las características y personalidad de Pastora Imperio como inspiradora de la partitura, y un músico de la categoría de Don Manuel, que plasmaría todo el embrujo de la música del Sur. Entorno al Amor Brujo girarían después los grandes nombres de nuestro baile que pasearían el ritmo español por todos los continentes: Antonia Mercé, Vicente Escudero y la sin par Pastora como escribí en mi libro “El Círculo Mágico” y aquí repito:

“Las tres partes de idéntico ritmo y diferente esquema que forman esta triada del baile español del que son sus más firmes pilares… bajo su influjo se establece entonces el acuerdo entre músicos, pintores, poetas y bailarines. Así nace el ballet español.” Y es que antes, España había tenido representación en la danza desde muy lejanos tiempo con la admiración glosada ya en las crónicas de Juvenal y Marcial hacia las gracias de las bailarinas gaditanas, y posteriormente y de manera especial en los siglos XVII y XVIII con la seguidilla y el Fandango que fueron muy bailados  en las Cortes españolas. Pero de lo que se denomina ballet, no puede hablarse hasta la aparición de El Amor Brujo porque como espectáculo teatral,  con el concurso de los escenógrafos en lo que podemos llamar la época de plata del baile, que coincide con la generación del 27, nace de la mano de Manuel de Falla. Aquel 15 de Abril de 1915 la obra con guión de Martinez Sierra irrumpe en la escena teatral madrileña y es vista con agrado, con asombro, con entusiasmo, con estupor. De todo hubo. Las crónicas son dispares para enjuiciarla. Son cuarenta minutos para un espectáculo hasta entonces nuevo. No fueron, pues, todo parabienes en su estreno pero poco a poco la música indiscutible siempre, va dando paso a la aceptación de toda la concepción teatral que envuelve, y en muy poco tiempo se convierte en lo que aún sigue siendo: el primer ballet español y la obras española más conocida fuera de nuestras fronteras. Cien años ya. Es una efeméride importante. Es el nacimiento de una de las obras más célebres de la música española.

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