Mejillas súper hinchadas, gafas redondas, trompeta torcida, y una sonrisa eterna… En esta entrega vamos a hablar de todo un revolucionario del Jazz, de gran Dizzy Gillespie.
Uno de los principales arquitectos del Bebop junto a Charlie Parker, pero cuyos logros musicales irán más allá con la creación del Jazz afrocubano.
Además, desprendía carisma por todos los poros de su piel. Os presento al gran Dizzy Gillespie.
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Dizzy Gillespie y sus comienzos como músico
John Birks “D” Gillespie nació el 21 de octubre de 1017 en Cheraw, Carolina del Sur. Fue el más joven de 9 hermanos.
Su padre, James, era el líder de una banda local, por lo que Dizzy tuvo muy pronto contacto con la música. Comenzó a tocar el piano con 4 años.
Con 12 años aprendió a tocar el trombón y la trompeta, momento en que descubrió al que sería su ídolo, Roy Eldrige (al que incluso llegó a sustituir como trompeta en 1937).
Decidido a ser músico, solicitó una beca en el Instituto Laurinburg de Carolina del Norte de dos años que le concedieron. Estudió armonía y técnica musical.
En 1935 consiguió su primer trabajo profesional con la Orquesta de Frank Fairfax. De aquí pasó a las de Edgar Hayes y Teddy Hill.
En 1937 ya era segunda trompeta. Su primera grabación fue King Porter Stomp, con la Orquesta de Teddy Hill.
En 1939 pasa a la orquesta de Cab Calloway, donde popularizaron juntos el tema Pickin the Cabbage. Sin embargo, esta unión duró poco tiempo.
En 1941 Cab despidió a Dizzy. Discutieron porque Cab acusaba a Dizzy de haberle salpicado de saliva, y Dizzy, ojo, acabó clavándole un cuchillo a Cab en la pierna…, casi nada.
Durante esta época, Dizzy comenzó a escribir música para Woody Herman y Jimmy Dorsey, y pasó a rular entre diferentes orquestas, siendo un habitual de la de Ella Fitzgerald.
En 1943 entró en la banda de Earl Hines, y después en la de Billy Eckstine (que os tienen que sonar sí o sí o tenemos un problema grande).
Aquí será donde se encuentra de nuevo con su inestimable compañero, Charlie Parker.
Esta historia ya la sabéis: ambos dejaron la orquesta de Eckstine y se unieron creando un combo de trompeta, saxo, piano y batería, y así nacía el Bebop. Ya sabéis, el primer estilo de jazz moderno.
Dizzy Gillespie, el virtuoso de la trompeta
La unión con Charlie Parker será una de las más famosas de la historia del Jazz. Si bien Bird se convirtió pronto en un personaje reconocido, mucha de su fama es gracias a Dizzy.
Sin la maestría en capacidad armónica e inspiración interpretativa de éste, Charlie Parker nunca hubiera podido desarrollar su arte de igual manera. Le entendía, y eso no era fácil.
Dizzy era un virtuoso con la trompeta, y era capaz de utilizar recursos técnicos casi ilimitados.
Además, componía y componía y componía. Se abría un nuevo camino con temas como Groovin´High (considerada la primera composición Bop), Woody’n You (grabada con Coleman Hawkins en el Teatro Apollo en directo en 1944, siendo la primera grabación formal de Bop), o Salt Peanuts. A partir de este momento, Dizzy empezó a formas diferentes grandes bandas.
Su Bebop Six (que también incluía a Charlie Parker) tuvo tal éxito, que en 1946 conseguirían un contrato con Bluebird.
A parte de la combinación perfecta con Bird, Dizzy creó muchos combos con diferentes músicos: John Coltrane, Lalo Schifrin, James Moody, J.J. Johnson o Milt Jackson entre muchos otros.
A finales de los 40, mientras se formaba el Bebop, se acercó a la música latinoamericana, principalmente a la cubana.
Pronto empezó a introducir elementos latinos en su jazz, creando un nuevo estilo que sería conocido como Jazz Afrocubano.
Un estilo que mezclaba el folclore cubano con el lenguaje popular del Jazz. Trabajando en diferentes orquestas conoció a Chano Pozo (congós) y Mario Bauza (piano).
Con ambos crearía un sinfín de obras magistrales, y juntos introdujeron por primera vez auténticas polirritmias afrocubanas al idioma del Bebop.
El Jazz Afrocubano es considerado una variación del Bebop, y siempre fue muy popular, pues después del Dixie, el Jazz se podía volver a bailar. Sus obras más famosas fueron Manteca, Tin Tin Deo, o Cubano Be, Cubano Bop.
Más que un músico
En 1955 muere Charlie Parker. Esto fue un palo enorme para Dizzy, que consideraba un genio a Bird.
En estos momentos se encontraba muy afligido, y encontró una vía de escape en las ideas de fe de Bahá’ í, una religión basada en el valor esencial de todas las religiones, y la unidad e igualdad de todas las personas.
Tras el asesinato de Martin Luther King, en 1967, finalmente se convirtió, viéndose a sí mismo como un ciudadano global y humanitario, interesándose cada vez más por su herencia africana.
Todo esto se vio reflejado en su personalidad: un hombre generoso, amable, y con una inmensa fuerza interna.
Uno de los rasgos más característicos de Dizzy era su trompeta torcida.
Durante una fiesta de cumpleaños de su mujer, los bailarines Stump y Stumpy cayeron sobre la trompeta de Dizzy, doblando la campana hacia arriba. Esta torcedura alteró el tono del instrumento, y a Dizzy le encantó.
Al día siguiente tenía la trompeta arreglada. Sin embargo, no olvidaba el sonido de la noche anterior. Así que encargó una trompeta doblada hacia arriba en un ángulo de 45 grados. Y esa imagen se nos quedará en la retina por siempre jamás. El carisma, ya sabéis.
En 1964 se postuló como candidato independiente por escrito a la presidencia del Gobierno. Prometió que si llegaba a la Casa Blanca cambiaría su nombre por el de Blues House.
Su gabinete estaría compuesto por Duke Ellington como Secretario de Estado, Louis Armstrong como Secretario de Agricultura, Mary Lou Williams como Embajadora en el Vaticano, Thelonius Monk como Embajador itinerante, y Malcom X como Fiscal General.
Su lema era “los políticos deberían tener más ritmo”, y se vendieron un montón de pines en la campaña, cuyo dinero fue a parar a diferentes fundaciones. Hoy en día son piezas de coleccionismo. En 1971 se presentó, pero finalmente se retiró.
El legado de Dizzy Gillespie
Dizzy Gillespie fue todo un personaje como veis, pero si hay algo en lo que sobresale es en su humildad.
A pesar de ser un verdadero revolucionario, siempre se escondió tras la figura de Charlie Parker, y, a pesar de ello, se convirtió en una leyenda durante toda su carrera de más de 50 años. Además, era buena persona.
Siempre estuvo presente. Fue el primero en utilizar un bajo eléctrico en un grupo de Jazz, en 1956 fue nombrado Embajador de Buena Voluntad del Departamento de Estado de Estados Unidos (la primera vez que los EE. UU. daban reconocimiento oficial a una orquesta de Jazz), participó en dos películas (Jivin’ in Be-bop de 1946 y El invierno en Lisboa, que se estrenó en 2004), y cuenta con un mogollón enorme de premios y condecoraciones.
Pero en 1991 sufría la primera de muchas crisis de un cáncer de páncreas que se lo llevaría el 6 de enero de 1993, con 75 años.
Como veis, Dizzy Gillespie es una de las personalidades más curiosas de la historia del Jazz moderno.
Vivió una época convulsa, consiguió no caer en el mundo de las drogas, y con su espectacular legado (alrededor de 40 discos y más de 50 años de conciertos) nos dejó crónica viva de su tiempo.