El más reciente trabajo de Enrique Bunbury se titula Cuentas Pendientes, publicado el pasado 25 de abril. Este disco marca un regreso a los sonidos hispanos y el folclor latinoamericano, con una producción más cálida y acústica, alejándose de la experimentación digital de sus trabajos anteriores. Acompáñanos en esta nueva entrega, donde iremos desvelando los nuevos pasajes sonoros que el cantautor zaragozano propone en su nuevo trabajo discográfico.
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Las cuentas pendientes de Enrique Bunbury

El álbum incluye 10 canciones y fue grabado en El Desierto Casa/Estudio, un espacio que Bunbury ha utilizado para sus últimas producciones. La instrumentación se centra en el piano, la guitarra española, el contrabajo y la percusión, cuyo trabajo está a cargo de músicos expertos que le han aportado significativamente al concepto sonoro y peculiar que podemos apreciar en este disco.
En palabras del mismo Bunbury, describe “Cuentas Pendientes” como un homenaje a la tradición musical latina, con una interpretación sincera y una producción que privilegia la artesanía musical por encima de la tecnología. Conjuntamente, este nuevo disco puede llegar a servir como remembranza de trabajos previos como lo fueron Licenciado Cantinas (2011), Flamingos (2002) y Pequeño (1999), que a manera conceptual podrían entrelazarse entre sí.
Cuentas Pendientes marca un cambio significativo en la trayectoria de Enrique Bunbury, pues a diferencia de sus discos anteriores, en los que exploraba la música contemporánea con una fuerte presencia de sintetizadores y producción digital (Palosanto, Expectativas, Posible, Curso de Levitación Intensivo), este álbum se aleja de la experimentación electrónica y se sumerge en los sonidos hispanos y latinoamericanos, con un toque más acústico, orgánico e introspectivo.
Hablando de la producción, podemos concluir que sigue una línea paralela en comparación con su álbum de Greta Garbo del 2023, con una grabación más armónica y una instrumentación cálida, profundizando aún más en la tradición musical latina. Bunbury ha optado por técnicas de grabación más austeras, priorizando el piano, la guitarra española, el contrabajo y la percusión, en lugar de los sintetizadores y efectos digitales, todo esto con el propósito de buscar un sonido más real, humano y auténtico.
Si lo comparamos con discos exitosos como su clásico Flamingos (2002), Cuentas Pendientes se acerca más a la exploración de géneros latinos, pero con una interpretación más purista y sin la fusión de elementos dispares que caracterizaba sus trabajos anteriores. En este álbum, el artista se sumerge completamente en los géneros latinos sin necesidad de contradicciones estilísticas, disfrutando del lenguaje musical y respetando su esencia.
Líricamente el álbum ondea entre un estilo literario, popular y cotidiano si se quiere ve así, encontrando un equilibrio sutil y perspicaz pero sincero. Canciones como “Para Llegar Hasta Aquí”, “Las Chingadas Ganas de Llorar”, “Te Puedes a Todo Acostumbrar” y “Serpiente”, reflejan una introspección profunda y una conexión con la tradición musical latina.
Este álbum no es un disco de rock, ni pretende serlo, por el contrario, es más bien un homenaje a la tradición musical latina, interpretado con respeto y conocimiento. Bunbury logra transmitir una interpretación sincera y una producción que privilegia la esencia de la música sobre la sofisticación tecnológica, sin necesidad de forzar nada, simplemente dejando que fluya de manera natural y con el ánimo de expresar sus emociones musicales en este nuevo trabajo.
Ahondando en el álbum, iniciamos con “Para Llegar Hasta Aquí”, una balada introspectiva que abre con una instrumentación rica en acordeón y guitarra española. Su letra refleja un viaje personal de aprendizaje y resiliencia. Acto seguido nos encontramos con “Saliendo del Arrabal”, un tema con influencias del tango y la milonga, que narra una historia de escape y transformación.
Mientras que en “Las Chingadas Ganas de Llorar” asiente con una fuerte influencia del bolero. Esta canción captura la melancolía y la nostalgia con una interpretación vocal emotiva y arreglos minimalistas.
Empatamos con “Serpiente”, una pieza con influencias de la música tradicional mexicana, donde Bunbury juega con metáforas sobre el destino y la transformación. Entre tanto, “Loco” está inspirada en la historia de un personaje marginal. Esta canción tiene un aire de trova y folclor latinoamericano, con una narrativa que recuerda a los grandes cantautores de la región.
Llegamos a la canción que le da nombre al álbum, “Cuentas Pendientes”. En esta ocasión nos introduce en un vals tan emocionante como emotivo, lleno de reflexiones introspectivas y una instrumentación tan rica como la melodía que viaja por pasajes armónicos en tempo ternario.
La siguiente en la lista es “Te Puedes a Todo Acostumbrar”, tema en el que aborda la resignación y la adaptación a las circunstancias de la vida. La instrumentación es sobria, con un piano que guía la melodía y un aire cumbiero que le da ese toque festivo a la canción.
“La Hiedra” es una canción melancólica con arreglos de piano y cuerdas bien ejecutadas, que explora la persistencia del amor y la memoria. No podríamos empatar mejor con el siguiente track, “Como Una Sombra”, un aire de bolero conjugándose con la balada. Esta pieza juega con la idea de la presencia y ausencia en una relación. La voz profunda y sombría de Bunbury le da ese dramatismo interpretativo que ya se ha vuelto su marca personal.
Cerramos con “El Baile de los Disfraces y la Tentación”, un final vibrante para el álbum, con una instrumentación más festiva y una letra que habla de la dualidad entre el deseo y la identidad.
Huracán Ambulante es el nombre que llevará el nuevo tour de Bunbury. Puedes estar atento a su página oficial y redes sociales para conseguir tus entradas cuando la gira llegue a tu ciudad. El álbum ya se encuentra a la venta, lo pueden conseguir en formato Vinilo, CD, Casete, MP3, y por supuesto escucharlo en todas las plataformas.
En definitiva, Cuentas Pendientes es un disco introspectivo, cálido y envolvente, que reafirma la capacidad de Bunbury para evolucionar sin perder su identidad artística, representa un regreso a las raíces, con una producción más artesanal y una interpretación sincera.
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