Desde el corazón de Extremadura llega Garraspera, el proyecto musical de Juanfran Monroy, con un segundo trabajo que late con la fuerza de lo auténtico. Su nuevo álbum, “Cara B”, no es solo una colección de canciones, sino un viaje emocional cargado de raíces, poesía y verdad. Grabado en Sixtynine Studios y con hasta siete colaboraciones de artistas vinculados a la tierra, este disco explora lo que no siempre se enseña a primera vista: lo íntimo, lo incómodo, lo que remueve y también lo que abraza.
En esta entrevista hablamos con él de forma directa y sin filtros, como su música. De Extremadura, de vulnerabilidad, del “Rock Castúo” que lo define y del proceso de construir canciones que se sienten más que se escuchan. Garraspera abre su Cara B para nosotros, y lo que encontramos dentro no es solo música: es una forma de mirar el mundo.

Garraspera y su nuevo disco «Cara B»
Bienvenido de nuevo a las páginas de LaCarne Magazine, Juanfran. Esta ocasión es especial porque vamos a hablar de “Cara B”, tu nuevo lanzamiento con Garraspera. Lo primero que hemos notado es que “Cara B” es un título que invita a mirar más allá de lo evidente. ¿Qué representa para ti?
Muy buenas, es un placer volver a compartir esto con vosotros. Pues ya tenemos aquí Cara B. Después de un año de duro trabajo por fin verá la luz. Es un álbum que se ha llevado a cabo con mucho cariño desde mi parte y desde todas las partes involucradas. Nos llevará a conocer más el mundo en el que vivimos desde diferentes puntos de vista, desde el lado más humano, y sobre todo desde muy adentro.
¿Cómo fue el proceso creativo de este segundo álbum? ¿Hubo algo que lo marcara especialmente?
Este álbum es un caso especial porque ya había preparadas unas cuantas canciones, pero en el transcurso de las grabaciones han ido saliendo ideas nuevas, hasta varias canciones que se han incluido en él.
En comparación con tu primer EP, ¿qué evolución sientes que has experimentado como compositor y como persona?
De todo en esta vida vamos aprendiendo y así evolucionando. En esta ocasión las composiciones son más “sentías”, la lírica está más currada, y en el sonido hemos trabajado también bastante para conseguir realmente lo que nos pasaba por la cabeza.
Hay una mezcla muy orgánica de crudeza y ternura en los temas. ¿Cómo trabajas ese equilibrio emocional en tus letras?
Son temas entre lo reivindicativo y lo más profundo. Son cosas que salen, que piensas… Yo personalmente cojo la guitarra y me suelto. Así son la mayoría de las composiciones.
¿Cuáles son los artistas o bandas que más han influido en tu forma de hacer música?
Como suelo comentar, las principales influencias son los primeros Extremoduro y el rock aflamencado de Triana, de todo eso me nutro en las composiciones. Es más, en este nuevo trabajo hay una canción, “Mi Pequeño Homenaje”, que es un agradecimiento a todas esas bandas, cantautores, poetas y artistas que me han influenciado y lo siguen haciendo a día de hoy.
¿Cómo decides qué historia contar en cada canción?
Esas cosas salen solas. Como ya he comentado antes, van saliendo cosillas a la vez que toco la guitarra, que es mi arma de compositor jejeje.
En “Cara B” hay siete colaboraciones. ¿Qué te llevó a invitar a estos artistas en concreto y quiénes son?
Cosas de la vida. Hay algunos que se cruzaron en mi camino, y al escuchar sus voces se me encendió la bombilla: “Joder, ¡qué bien quedaría esta voz junto con la mía en tal canción!”. Y así ha sido jejeje.
Pues uno de ellos es Luiky Calderita, de los Amenoskuarto ya desaparecidos, que colabora en “Arde Monfragüe”; Jaime hernández de Farragua, que puso voz y percusión en “A veces Sueño Despierto”; Luter en “Secuelas de una Guerra Perdida”; Manu Márquez puso su voz en “Vagabunda”; Amanda Centeno nos deleitó con su gran voz en “Al Verte Sonreír”; José Félix ‘Kasto’ y Joel Márquez en “Cambio de Piel”, Raúl Martínez, de Viento, en “Mi Gitana”; y Juanje Espada metió la batera en “Huyendo Conmigo de Ti”.
Dices que todos tienen un vínculo con Extremadura. ¿Qué importancia tiene tu tierra en tu música?
Si hurgamos bien adentro, todos tienen alguna conexión directa o indirecta con nuestra Extremadura. Creo que en este álbum hay mucho sentimiento hacia mi tierra. En cada canción podemos encontrar una palabra, una frase, algo que te llega a conectar con Extremadura. La portada, obra de Miguel de la Nava ‘Kabuki’, ya en sí nos muestra un cachino de Extremadura, Los Canchos de Ramino, un paraje espectacular que se encuentra entre los pueblos cacereños de Ceclavín y Pescueza.
¿Cómo ves la escena musical extremeña? ¿Crees que se le está dando el lugar que merece?
Aunque no estemos muy valorados los músicos extremeños, hay mucho talento en esta tierra que poco a poco irá floreciendo y estando en su debido lugar.
Por otro lado, la fuerza con la que están llegando la mayoría de los festivales de la FEFA (Federación Extremeña de Festivales Autogestionados) nos indican un gran cambio en el panorama extremeño. Festivales como Bellota Rock, Ceclarock, Centenera Rock, La Raya Rock, y otros tantos más, están llenando de música toda Extremadura, haciendo partícipes a bandas de mucha índole en la península y muchas bandas extremeñas, que es de lo que se trata.
Has confiado en Vikki Sixtynine para grabar este trabajo. ¿Qué hace especial trabajar con él?
Ha habido y hay una conexión desde el principio. Nos hemos entendido perfectamente. Él sabía lo que yo quería plasmar y destacar en cada canción, así que ha sido un verdadero placer trabajar con él. Desde aquí un fuerte abrazo.
¿Hay algún momento del álbum que consideres un punto de inflexión o que te emocione especialmente?
Me emocionan todas, jejej, pero “Piel de Secano” sobre todo. He querido plasmar de donde yo vengo, de donde soy, de esta tierra, y que aunque ya no viva aquí de momento, yo soy de aquí, de esta tierra: “El burro es de donde nace, no de donde pace”
¿Eres de los que escriben desde el dolor o desde la reflexión posterior?
Hay de todo un poco, pero sobre todo imaginación, mucha imaginación. Hay que dejarse llevar para componer. A veces cuentas cosas que te pasan, pero luego acaban mezcladas con mucha imaginación. Al final hay que dejarse llevar…
Estamos deseando verte encima de un escenario. ¿Qué se va a encontrar quien vaya a verte en directo?
Seguimos en la línea de los acústicos, a veces acompañado por el guitarrista Iván Sierra, que le da su toque personal, o a veces en solitario, que también es muy bonito. Es un directo más cercano, más íntimo, más llegando a las personas que tienes enfrente escuchándote.
¿Tienes fechas previstas o alguna gira en mente?
Pues en ello estamos. Estamos trabajando para cerrar algunas fechas para este año y el que viene. Haremos una presentación y habrá alguna que otra sorpresilla.
Ahora que has publicado “Cara B”, ¿en qué anda pensando ya Garraspera?
Os cuento de primera mano que hay un proyecto en mente muy chulo, muy intenso: unos relatos, unos escritos, que irán acompañados de melodías. Ya se está trabajando en ellos hace algún tiempo, y verá la luz en el próximo año.
Para terminar, si pudieras dejarle un mensaje al oyente que descubra “Cara B” por primera vez, ¿qué te gustaría que sintiera o se llevara consigo después de escucharlo?
Garraspera no pretende llenar estadios, solo intentamos llenar de sensaciones a los corazones de la gente que nos está viendo, que lo sientan tan dentro como nosotros mismos cuando lo hacemos, y esperemos que con este Cara B lo hayamos conseguido.
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