Hace poquito nos dejaba el gran Chick Corea, un pianista de personalidad y carisma artísticos arrolladores, así que no quiero dejar pasar la ocasión de hablaros de uno de sus maestros, Herbie Hancock, que además es de la pocas leyendas del Jazz que nos quedan vivos.
Un auténtico genio del piano, que lo elevó hasta convertirlo en un instrumento diferente a lo que conocíamos de él. Hablamos de Herbie Hancock, un artista que ha pasado por todos los estilos de Jazz a partir del Bebop (Hardbop, Jazz fusión, Jazz Funk, Jazz electrónico…), y que cuya capacidad híbrida de crear música le ha hecho influenciar a todas las tendencias musicales de la segunda mitad del siglo XX.
Así pues, este homenaje lo dividiremos en dos partes para que no os estreséis, mis pequeños procastinantes. Será una parte más biográfica, y otra donde analizaremos su estilo y sus aportaciones a la historia de la música. ¡Vamos a ello!
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Herbie Hancock, un auténtico genio del piano
Nacido el 12 de abril de 1940 en Chicago, provenía de una familia de clase media, con un padre inspector del gobierno y una madre secretaria, pero ambos con pasión por la música. De hecho, le pusieron a su hijo el nombre del cantante Herb Jeffries.
Comenzó su formación en educación musical con 7 años, estudiando clásica. Pronto su talento le revelaría como niño prodigio: con tan solo 11 años interpretó magistralmente, junto a la Orquesta Sinfónica de Chicago, el Concierto para Piano nº 26 en Re mayor de Mozart.
Nunca tuvo un profesor de Jazz, un estilo que le interesaba hasta la obsesión, sin embargo, su prodigioso oído y sentido armónico se desarrollaron magistralmente. La influencia del grupo vocal Hi-Lo le aportará un concepto armónico que Herbie aprovechó muy bien, la dualidad vocal. Él lo desarrolló, pero con instrumentos.
En 1960 vio tocar por primera vez a Chris Anderson, le impresionó tanto que no paró hasta conseguir que éste le diera clases, convirtiéndole en su gurú. Ese mismo año comenzó a trabajar junto a Donald Byrd y Coleman Hawkins.
Byrd, viendo el potencial del joven Herbie Hancock, le sugirió que estudiara composición con Vittorio Giannini, y así lo hizo, ganándose rápidamente una excelente reputación que le llevó a empezar sesiones junto a artistas de la talla de Oliver Nelson o Phil Woods.
Los primeros éxitos de Herbie Hancock
Su primer álbum en solitario es de 1962, Takin Off, para Blue Note. De este disco sale el maravilloso estándar Watermelon Man (que tomará en su regazo Mongo Santamaría, hasta hacerlo un éxito comercial). Este disco puso los ojos (y oídos) de todos los grandes músicos de Jazz del momento en Herbie Hancock, especialmente se fijó en él Miles Davis (que ya sabéis que tenía ojo clínico para detectar a los genios).
Éste estaba formando una nueva banda. Será su batería Tony Williams quien le pone en contacto con Herbie, y, a mediados de 1963, estos dos genios estaban trabajando juntos en el segundo gran quinteto de Miles Davis, quien consideraba a Herbie Hancock uno de los talentos más prometedores del mundo del Jazz, y tanto que si.
Esta formación se completaba con Ron Carter al bajo, el citado Terry Williams, Sam Rivers al saxo, y Wayne Shorter como segundo saxo. Esta formación es considerada como uno de los mejores combos de Jazz hasta el momento.
Los 60 fueron una época muy prolífica para Herbie, quien, además de con la banda de Miles, seguía grabando temas propios para Blue Note, y colaborando con artistas del momento: Lee Morgan, Eric Dolphy, Grant Green… Es el momento de discos como My Point Of View (1963), Speak Like A Child (1968) o The Prisioner (1969), que, si bien no son muy conocidos, fueron (y siguen siendo) muy aclamados por la crítica.
De 1963 es el original álbum Invents And Dimenssion, un disco con composiciones completamente improvisadas, muy innovador para la época. En 1968 participaría en la primera de muchas de las bandas sonoras que ha hecho a lo largo de su carrera, además de grabar cantidad de temas para espacios publicitarios de televisión.
A finales de la década, y con los aires nuevos que traían los 70, Herbie Hancock empezó a introducir elementos de Rock y música popular en sus composiciones. Además, comenzó a experimentar con los teclados, incluyendo el Fender Rhodes (por insistencia de Miles Davis el visionario). Herbie se adaptó rápidamente, haciendo suyo el sonido, y como en 1968 fue despedido de la banda de Miles, aprovechó para crear él mismo una formación, su propio sexteto, con el que hacer la música experimental que se estaba cociendo en su cabecita.
Esto no significa que no continuara apareciendo en los discos de Miles durante muchos años. Además, abandona Blue Note para firmar con Warner. Es curioso, 1969 será el año en que Herbie se vuelva “famoso”, al crear la melodía del show televisivo de Bill Crosby: Hey, Hey, Hey, It’s Fat Albert, melodía que se incluirá en su álbum Fat Albert Rotunda, muy inspirado en el R&B Y el Jazz clásico.
Herbie Hancock, más allá del Jazz estándar
Herbie Hancock siempre estuvo fascinado por los instrumentos eléctricos. Normal, pertenece a esa generación de músicos que se forman en lo clásico, pero que se mueven por tiempos de cambios donde las influencias de otras músicas están muy presentes. Ante esto se propone la creación de un montón de ritmos nuevos basados en una musicalidad que va más allá del Jazz estándar.
Pronto formó un sexteto con el que se puso a experimentar. Lo formaban Buster Williams (bajo), Billy Hart (batería), y trío de trompetas compuesto por Eddie Henderson, Julian Priester y Bennie Haupin. Contaban con Patrick Gleeson, que se encargaba de los sintetizadores, que en esta época son un instrumento más (por mucho que me pese…).
Hicieron juntos tres discos: Mwandishi, Crossing y Sextant, donde el espíritu de la improvisación está por todas partes, y donde se avanza musicalmente hasta lo nunca visto, pues marcarán el camino para el nacimiento de la música electrónica.
Ya entrados los 70, Herbie Hancock formó el grupo The Headhunters con nuevos músicos. Su primer disco fue un éxito que consiguió llegar a la esfera Pop (algo que se le criticó mucho desde el mundo del Jazz, ya sabéis…). Hoy en día este disco sigue sonando fresco, y su influencia en el posterior Jazz contemporáneo, así como en el Funk, el Soul y el Hip Hop, es innegable.
Junto a The Headhunters se hicieron varios discos, lo que no impidió a nuestro protagonista estar, por otro lado, con nuevas creaciones. Este grupo se juntó de nuevo en 1998, haciendo las delicias de los hippies-beat trasnochados.
Será éste el momento también de BSO como The Spook Who Sat By The Door o Death Wish, y de nuevas creaciones ya con regustos de músicas más modernas como el Funk. Es el inicio de una época muy comercial (no por ello peor) de Herbie Hancock, además de las primeras colaboraciones con Chick Corea (su sustituto en la banda de Miles Davis, y eterno compañero de correrías pianísticas).
Entre 1978 y 1982 Herbie Hancock grabó numerosos discos de música Disco y Pop, todos ellos con una base de Jazz, pero con alguna innovación genial. En Sunlight, por ejemplo, utilizó un codificador de voz. Estos discos le abrirán la puerta al mercado británico, así en 1981 se embarca en una gira europea.
Además, empezó una serie de colaboraciones con Wynton Marsalis, que llevará a ambos a realizar una gira internacional, VSOP II, en compañía de Branford Marsalis (y esta historia ya os la sabéis).
A partir de este momento Herbie Hancock se volverá mundialmente famoso, y su música evolucionará hacia la posmodernidad. Os espero el mes que viene para seguir con este viaje de música experimental.
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