La historia de la música está llena de grandes artistas que nos han dejado un importante legado, y si hay un músico que reuna todas las condiciones y características para ello, ése es John Bonham.
Si no sabéis quién es este hombre, es que necesitáis más cultura musical, porque John Bonham está considerado como uno de los mejores baterías de Rock de toda la historia. Y no exageramos, pues este monstruo contaba con una potencia y una resistencia asombrosa, contaba con un estilo inconfundible y muy personal, que posteriormente crearía escuela.
Además, verle tocar en directo era todo un espectáculo. De sobra es conocido que, en algunos conciertos, John Bonham se solía marcar en el tema Moby Dick un solo que duraba más de media hora.
John Bonham fue uno de los pilares de Led Zeppelin, y fue uno de los principales responsables de ese pesado sonido que siempre ha caracterizado a la banda. La vida de este genio de la batería estuvo cargada de fama y éxitos, pero también de oscuras sombras en las que los excesos con las drogas y el alcohol estuvieron muy presentes. Hoy damos un repaso a la trayectoria musical de John Bonham, su trabajo junto a Led Zeppelin, y además veremos el lado más oscuro del artista y su trágica muerte.
Quizás también te interese leer:
– Uriah Heep y la historia del Rock británico de los 70
– Deep Purple, la historia jamás contada
– Pantera – Groove Metal, drogas y muerte
John Bonham, el mejor baterista de Rock
El inglés contaría en la actualidad con 73 años, y sus primeros pasos en la música comenzaron a muy temprana edad, pues con cinco añitos empezó a sentir atracción por la batería. Imaginaos a un crío de cinco años aporreando las cacerolas y las latas, pues así era John de pequeño.
Cuando el pequeño John contaba con diez años, su madre decidió comprarle un tambor, y cuando cumplió los quince, su padre le regaló su primera batería. En aquel momento John estaba estudiando, pero decidió abandonar el colegio para ponerse a trabajar con su padre.
Bonham siguió sintiendo ese especial interés por la música, y, aunque había abandonado los estudios y no tenía ni idea de música, era capaz de tocar un poco la guitarra y de leer partituras. Su interés fue a más, era un apasionado de los baterías de Jazz, y estaba decidido a convertirse en músico tomando como base a algunos de sus artistas favoritos como Buddy Rich, Joe Morello o Gene Krupa entre otros.
John Bonham y Led Zeppelin
John Bonham siguió practicando, y pronto comenzó a tocar en algunas formaciones, haciendo incluso de vocalista en alguna de ellas. Formó parte de un grupo llamado Way of Life cuando contaba con 17 años, y muy pronto llamó la atención de artistas que querían trabajar con él. Estuvo en algunas bandas más, y en una de ellas, llamada The Crawling King, conoció a Robert Plant.
Además de en ésta, también estuvo en otras formaciones, hasta que llegó Tim Rose con su propuesta para que formara parte de su banda, una banda que estaba compuesta por Robert Plant, Jimmy Page y John Paul John, que conoceríamos como Led Zeppelin. Los cuatro componentes vieron desde el primer momento la química que había entre ellos, así que decidieron terminar la gira que la banda tenía pendiente en Escandinavia, aunque todavía bajo el nombre de The New Yardbirds.
Fue poco después cuando decidieron cambiar su nombre definitivamente por el de Led Zeppelin, y fue en el álbum debut de la banda donde John Bonham aportó su sonido explosivo y contundente que Led Zeppelin tendría como principal característica sonora. Era el batería perfecto para la banda por su ritmo, su rapidez, y con tan solo 20 años contaba ya con una desenvoltura y desparpajo que asombraba.
En lo profesional seguro que alguna vez habéis escuchado que no hay nadie imprescindible, pero esto no podía aplicarse a Led Zeppelin porque John Bonham no era reemplazable. Nadie era capaz de tocar como él y darle ese sonido tan particular a la banda, un toque en el que se mezclaban el Jazz, el Rock, las técnicas más antiguas y las más novedosas.
Un estilo propio y revolucionario que podemos escuchar en todos los trabajos de Led Zeppelin, y que marcaron ese estilo tan particular de la banda. Así tenemos increíbles temas en los que encontramos ese toque tan particular de John Bonham como The Ocean, Archilles Last Stand, Inmigrant Song, Kashmir o Misty Mountain Hop entre otros muchos destacables.
Si recordáis lo que os comentábamos al comienzo del artículo, John Bonham no estudió música, pero a pesar de todo tenía un toque especial. Algunos no entendían cómo un tipo que no había estudiado música podía tocar con Led Zeppelin, pero claro, John Bonham tenía ese especial carisma para tocar, y, sobre todo, dejaba impresionados a tod@s en sus directos. Además, también os recordamos que aunque no había estudiado música, sabía leer partituras.
Era todo un innovador, y su batería se componía de un montón de cacharros. Además de los cinco cuerpos con los que contaba su bateria. él había añadido dos timbales, unas congas, y un gong enorme al que solía prender fuego en los directos. También fue un músico arriesgado, y fue de los primeros en usar sintetizadores. De hecho, fue el primero en utilizar sintetizadores en una batería electrónica durante un directo.
John Bonham y su camino hacia la destrucción
Como todos sabéis, Led Zeppelin se convirtió en una de las bandas de mayor éxito, y ese éxito venía acompañado muchas veces de alcohol, drogas, peleas, armas, mujeres…, una cascada de excesos que afectaba a la banda y cuyo principal protagonista fue John Bonham.
El batería era pura dinamita en los directos, dando una brutal muestra de energía sobre el escenario, una energía que no se apagaba cuando el concierto terminaba. Pero John no gestionaba bien su propia energía, y son muchos los amigos del batería los que hablan de él como una persona maravillosa, divertida y amable, hasta que probaba el alcohol.
John entonces pasaba de ser ese amigo amable y divertido a convertirse en un personaje desagradable y violento, las bromas se le iban de las manos, y era frecuente que todo terminase en pelea. Bonham vivía de forma continua en un círculo autodestructivo.
Sus compañeros de faena en Led Zeppelin le apodaron cariñosamente Bonzo, ya que en numerosas ocasiones no sólo prendía fuego al gong de su batería, también él se prendía fuego. Un apodo que le iba a la perfección.
Siguió por este camino de autodestrucción, y durante las giras eran muchos los hoteles que se echaban a temblar cuando John Bonham se alojaba en ellos. Se conocen muchas historias y anécdotas protagonizadas por Bonham en los hoteles: en uno de ellos intentó tirar un piano por el balcón de su habitación. En otra ocasión, en un hotel de lujo en Tokio que albergaba una exhibición de katana, a John, borracho como una cuba, se le ocurrió la genial idea de robar una de ellas y se lió a espadazos en su habitación destrozándolo tooooodo.
Cuenta también la historia que después de destrozar su habitación fue a la habitación de su compañero de Led Zeppelin, John Paul John. Imaginaos la cara de éste cuando abre la puerta de su habitación y se encuentra a Bonham totalmente desquiciado con la katana en la mano… Bonham sacó a John de la habitación, se encerró en ella, y repitió el proceso con la katana destrozando también la habitación de su compañero.
Menudo peligro tenía el amigo Bonham! Además de liarla en los hoteles (muchos de ellos les prohibieron la entrada) también eran frecuentes las peleas. De hecho, en el año 77 tuvo una pelea con un guardia de seguridad antes de un concierto, en la que también se vieron implicados dos técnicos de sonido y el manager de la banda.
Así era el día a día de John Bonham, conciertos, rock and roll, drogas, alcohol, peleas, y una vida de excesos que no hacían más que hacer más profundo el hoyo del que John era incapaz de salir.
El trágico final de John Bonham y el fin de Led Zeppelin
Como veis, John Bonham tenía dos caras. Por un lado estaba John el amigo, ese tipo que es amable y con el que siempre te diviertes, pero por otro lado estaba el John violento, desagradable y que suele meterse en problemas.
A pesar de formar parte de Led Zeppelin, John Bonham se infravaloraba de tal forma que incluso llegaba a decir, a pesar de todos los halagos que sus compañeros le hacían, que no era un buen músico. Pero la banda no estaba de acuerdo con él. De hecho, si elimináramos la bateria de John en los temas de Led Zeppelin, las canciones perderían esa potencia y poder que siempre ha caracterizado el sonido de la banda.
En el año 79, y tras varios retrasos, la banda publicó el que sería el último álbum de estudio de Led Zeppelin, su disco In Through The Our Door. Por aquella época, Bonham no estaba pasando por su mejor momento y prueba evidente de ello fue el devanecimiento que John tuvo durante un concierto.
La banda terminó su gira europea, y, a comienzos del otoño del año 80, la banda estaba preparándose para su gira por Estados Unidos, realizando ensayos con bastante frecuencia. Después de uno de esos ensayos, John Bonham y algunos miembros más de la banda iban de camino a casa de Jimmy Page, y, de camino, Bonham iba hablando con su amigo Plant acerca de que él ya no quería seguir tocando la batería, y que a partir de ese momento ambos cambiarían sus papeles, él se dedicaría a cantar y Plant tocaría la batería.
Antes de llegar a casa de Page, la banda paró para desayunar, aunque el desayuno de nuestro querido Bonham no eran unas tostadas y un café precisamente. Se tomó unos cuantos destornilladores, o dicho de otra manera, cuatro copazos bien cargaditos de vodka con zumo de naranja. Siguió con los cócteles cuando llegaron a casa de Page, y claro, la cosa terminó con John totalmente inconsciente.
Sus amigos, visto el estado en el que estaba Bonham, decidieron llevarlo a la cama y acostarlo con la precaución de ponerlo de costado. Parece ser que era algo habitual a lo que sus amigos ya estaban acostumbrados, y como era lógico, pensaron que John se levantaría con la clásica resca, como solía hacer, se iría recuperando poco a poco y todo volvería a la normalidad.
Las sospechas se desataron entre sus amigos cuando llegaron al estudio de grabación y Bonham no estaba, así que comenzaron a buscarlo por toda la casa. Llegaron hasta la habitación donde lo habían acostado la noche anterior, y allí estaba, tumbado en la cama. Ben Lefevre, el que entoces fuera road manager de la banda, intentó despertar a John, pero pronto se dio cuenta de que por mucho que lo intentara éste no se movía.
Algo no iba bien, le buscó el pulso, intentó reanimarle y nada. Después bajó a avisar al resto y llamó a la ambulancia, pero ya no había nada que se pudiera hacer por John Bonham. Contaba con tan sólo 32 años, y declararon que mientras dormía inhaló su propio vómito que le causó un edema pulmonar y la asfixia que terminó con su vida.
Tras la muerte de John Bonham, Led Zeppelin realizó unas declaraciones en las que comunicaron que no continuarían con la banda sin John. Led Zeppelin murió con John Bonham, y sus amigos y compañeros en la banda sabían que nadie podría reemplazarle, no ya como persona, sino como batería.
Corrieron algunos rumores de que la banda seguramente buscara a Carmine Appice, un amigo cercano a la propia banda, y del que John Bonham había aprendido alguna que otra técnica. Posiblemente hubiera sido una de las mejores opciones como sustituto, pero Led Zeppelin sabía que nadie podría llenar el vacío sonoro y personal que había dejado Bonham.
Como ya hemos comentado, la banda murió con Bonham, aunque hemos podido verlos reunidos en algunas ocasiones especiales como conciertos benéficos. El puesto de John Bonham tan solo ha sido ocupado de forma ocasional por el gran Phil Collins y el propio hijo de John, Jason Bonham.
John Bonham se marchó demasiado pronto, y su última borrachera hizo que jamás despertara. Durante su trayectoria demostró que era un músico inquieto, innovador y arriesgado, una auténtica bestia en directo que ha dejado un increíble legado, y creando escuela en los bateristas que surgieron con posterioridad.
Siempre nos quedará la música de Led Zeppelin, y todos los vídeos de la banda en su canal de YouTube que siempre podemos reproducir para recordar a uno de los mejores baterías de todos los tiempo.
