Juan Carlos Castillo y la improvisación libre

improvisación ¿Cuál es tu procedencia musical?
En la música empecé escuchando más que tocando. Desde los 12 años hasta los 18 escuchaba todo lo que caía en mis manos, principalmente las cassetes que grabábamos y nos pasábamos entre los amigos del colegio. Anhelaba tener un tocadiscos, llegué a comprarme algún vinilo cuando todavía no tenía donde ponerlo.

Mi primera experiencia musical fue un programa de radio propio en el que reseñaba a partes iguales novedades del comic de entonces (era 1983, época dorada de muchas publicaciones), y discos que me dejaban los amigos. Con quince años, era la persona más joven de la radio (radio bigarda libre, una de las pioneras en Cuenca, la ciudad donde nací), lo que me colocaba instantáneamente en la posición de aprender de todo lo que escuchaban y ponían mis compañeros de más edad.

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Así conocí a Cream, Free, Manfred Mann, Fairport Convention, Shakti, Van der Graaf Generator y muchas otras cosas que me fueron “abriendo la oreja”. Llegó un momento en que la curiosidad por el lenguaje musical era tal, que empecé a interesarme en el hecho de tocar, crear, y hacer música.

Pasé del teclado Casiotone de aquella época, el VL-1, que todavía conservo, a la típica guitarra española, en mi caso prestada por un amigo que cedió a mi entusiasmo, hasta que conseguí mi primera guitarra acústica. En esta época no tenía ningún conocimiento musical, así que improvisaba pequeñas frases, “inventaba” acordes, o intentaba sacar de oído “Solsbury hill” de Peter Gabriel, o algún tema de los Beatles, o de John Mayall. Al poco tiempo estaba componiendo mini-piezas con la guitarra.

Esto en particular me encantaba. Casi todo lo que hacía era muy rítmico, me podía pasar horas tocando una progresión que me gustara. De pronto, me empezó a interesar el Blues, sacaba pequeñas frases de aquí y allá. Después vino la batería, importante para mí porque me dio la posibilidad de tocar en grupos.

Tiempos de rock and roll. Tras algunos años de tocar con gente, grabé un disco con un grupo semi-profesional, pero en ese momento no me gustó nada escucharme tocando: ahí me dí cuenta de que necesitaba organizar lo que sabía, y aprender mucho más. Empecé a dedicar tiempo más en serio a los dos instrumentos.

Durante un tiempo recibí clases de dos guitarristas y músicos extraordinarios: Eugenio Ibarz y Andrés Olaegui, con los que pude aprender, aparte de ciertos conceptos muy útiles sobre el instrumento, los conocimientos de armonía que necesitaba para componer e improvisar un poco en condiciones. Por entonces ya escuchaba Jazz, y me empecé a plantear conocer más a fondo el lenguaje. Continué unos años más tocando con bandas, y entonces me crucé con la improvisación libre.

¿Cuáles son las influencias que te han ayudado al aprendizaje de tu lenguaje improvisatorio?
En cuanto a influencias, me cuesta localizar cuáles son o en qué medida han pesado más unas sobre otras (esto quizás lo podría decir mejor alguien que me escuche en distintas situaciones musicales).

Por otra parte, pienso que para ser capaz de asimilar ciertas influencias, tiene que darse sí o sí un conocimiento más exhaustivo sobre el instrumento del que yo poseo. Dicho esto, sí tengo claro lo que me ha ido marcando: siempre me han atraído los músicos que van más allá, en el sentido de experimentar y ofrecer algo “distinto”, o que desarrollaron un lenguaje muy personal: Zappa, Wayne Shorter, Sonny Sharrock, agrupaciones como el Spontaneus Music Ensemble, o King Crimson…, mentes abiertas con un sentido de aventura en todo lo que hacen.

Recuerdo un concierto de Agustí Fernández con su trío, que incluía a Ramón López y Barry Guy. Disfrutamos, las pocas personas que habíamos acudido ese día al desaparecido colegio mayor San Juan Evangelista, de todo un despliegue de virtuosismo en libertad musical, y de comunicación casi telepática entre los músicos.

Ese día entendí lo que quiere decir “composición en el momento” como sinónimo de improvisación. Más que una influencia, lo recuerdo como el momento en el que decidí trabajar más a fondo en la improvisación libre.

¿Cuándo y cómo llegaste a la improvisación libre?
Por casualidad. En 2004 asistí a un taller de varios días que impartía Chefa Alonso. La verdad es que lo disfruté mucho, era un enfoque totalmente distinto a cualquier cosa que hubiera hecho antes en música. Vi que improvisar libremente implicaba una actitud de escucha que era justo lo que necesitaba en ese momento.

Aunque no tenía ninguna experiencia en este tipo de situación musical, no sentí ningún bloqueo por ello, más bien me lancé directo a la cuestión. Algún tiempo después, Paloma Carrasco, con la que había coincidido en este mismo taller, me habló de unas sesiones de improvisación que comenzaban en La casa de los Jacintos, empecé a pasarme por allí y conocí a muchos músicos que luego serían compañeros en la asociación musicalibre y la orquesta FOCO, a la que pertenecí durante algunos años.

Como te decía, estaba Paloma, también Erica Zisa, Graciela López, Ebba Rohweder, Gregorio Kazaroff, Ricardo Tejero, Marcos Monge, Pedro Rato, Javier Carmona, Juan Jaren, Javier Paxariño… Ellos fueron la influencia más directa a la hora de tocar improvisación libre. A improvisar se aprende improvisando, y si puedes hacerlo junto a músicos experimentados, mejor.

Por esa época dediqué tiempo a escuchar con atención sobre todo a los improvisadores ingleses de finales de los 60 y 70, como Evan Parker, Derek Bailey, John Rusell, AMM, Globe Unity Orchestra, Keith Tippett, etc. Otra experiencia de mucho valor musical para mí es haber tenido la oportunidad de tocar con la orquesta FOCO dirigida por Fred Frith, Terry Day, Maggie Nicols, Agustí Fernández, Llorenc Barber, o Ilan Volkov.

¿Qué actividades desarrollas como improvisador?
Estoy intentando centrarme de nuevo en el solo, algo que cultivé durante un tiempo, y que acabé dejando de lado, sobre todo por la dificultad para encontrar sitios donde poder tocar. En este momento suelo improvisar en solitario todo lo que puedo, y espero en breve poder compartir los resultados.

También, y cada cierto tiempo, me reúno con Jorge Cabadas, músico excepcional con el que comparto un dúo guitarrístico, actividad ésta que ya tiene un fruto en forma de disco, que hemos presentado hace un par de meses. Os animo a que lo escuchéis y nos deis feedback.

Además, colaboro con la Orquesta Raras Músicas, con los que me lo paso muy bien tocando, y también aprendiendo.

¿Cuál crees que es tu papel en la escena de improvisación?
Creo que algo periférico a pesar de mantener actividad en la escena. Por otro lado, me siento afortunado de poder compartir mi experiencia y ofrecer un cierto color, tanto en las situaciones colectivas como en otros formatos improvisatorios.

¿Podrías explicar brevemente tu concepto musical?
Escucha, decide y toca. Hazlo con todas las consecuencias. Este sería el horizonte, por decirlo de alguna manera. A veces esta actitud se materializa, y uno consigue aportar algo que tiene valor musical. Cuando esto ocurre, te das cuenta de que ha merecido la pena el esfuerzo.

Indica tus links, webs personales, grabaciones….
– Sesión de improlibre en raras musicas, con Tejero, Kazaroff, The Geordie Approach y Pedro Rato (vídeo resumen).
– Solo acústica (extracto).
– Soundbites/ con Jorge Cabadas y Juan Carlos Castillo (ver).

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