Luis Daniel Iturralde y el Teatro Nuna de La Paz

Esta vez tengo el agrado de poder entrevistar a Luis Daniel Iturralde, músico percusionista y alma del Teatro Nuna Espacio Arte en La Paz. El Nuna ya se ha vuelto un espacio de suma importancia para el ámbito cultural de la ciudad, muy querido y respetado por su público y artistas de todo tipo.

Ritmo, Alma y Vida – Entrevista a Luis Daniel Iturralde

Pero empezamos con Luis Daniel, el músico.

En varias ocasiones pude verte con tus grupos Bloco Runatiña, La Burkina e Illapa Reggae Roots o como percusionista/baterista invitado. ¿Cómo fue tu trayectoria como músico hasta ahora?
¡Muchas gracias por la invitación querida Susan!
Bueno, yo empecé a explorar la batería desde los 14 años, y posteriormente descubrí el inmenso mundo de la percusión cuando tenia 20 años. Desde que empecé con la música este elemento tan esencial a marcado el rumbo de mi vida de una manera muy positiva y creativa. A los 19 me fui a estudiar a Montreal, Canadá, y ahí viví durante 11 años hasta volver a Bolivia nuevamente en el 2013.

La música -más aún cuando estas fuera de tu país- se convierte en tu identidad, en tu forma de conocer a otras culturas desde adentro, y en un imán que atrae a la gente que está en la misma búsqueda. Es a través de mis deseos de música que fui parte de noches de jam (improvisación) con gente de diferentes culturas (árabes, europeos, africanos, asiáticos, latinos, etc…), gente joven e idealista como yo que cree en una aldea global, donde todos conviven a pesar de las diferencias y, contrariamente a lo que predica la xenofobia, se enriquecen los unos a los otros con la maravillosa diversidad.

Tremendos jams en los que estuve, y el fruto de esos jams fue que formé un grupo de rock árabe con amigos Jordanos, Zenit; una banda de rock progresivo con devotos Hare Krishna, Tattva; un ensamble de Latin Jazz con amigos latinos y europeos, Ecos de Portoalegre, con quienes tocamos en el Festival de Jazz de Montreal frente a miles de personas; La Kontraband de Martín Arias (hijo de Gerardo Arias de Savia Andina) con quien compartimos muchos shows de folkrock en Montreal; y finalmente fui alumno, y luego de algunos años director, de la escuela Zuruba de percusión afrobrasileña y fusión, con ellos tuve el gusto de viajar a festivales de percusión en Sapporo (Japón), Rabat (Marruecos), y por muchos lugares de Canadá.

Desde que volví a Bolivia he tenido el gusto de tocar con La Burkina, Illapa Reggae, Gustavo Orihuela Quartet, Aeroplan y crear el Bloco Runatiña y la escuela Runatiña de Percusión, además de ser invitado de muchas otras bandas.

¿Cuál es tu principal actividad musical por el momento? ¿Hay fechas para presentaciones o estás trabajando o pensando en alguna grabación?
Actualmente estoy grabando con la Burkina, con Illapa Reggae y, como siempre, tocando y dando clases en el Bloco Runatiña.

El disco de La Burkina –el primero que graban conmigo pero el tercero de la banda- es un disco bien rockero y experimental, y la fecha de presentación será en noviembre en el NUNA. Algo que aprecio de Sebastián Zuleta –guitarrista, compositor y reconocido músico de la escena de música contemporánea boliviana- es su gran interés por complicarnos la vida a mí y a Vic Carpio (el tremendo bajista de La Burkina). Realmente no se le escapa un detalle, y es así que uno aprende a poner los beats y breaks en el lugar exacto y no dejar ni un detalle suelto. Es muy divertido trabajar con ellos, la verdad que nos gusta complicarnos la existencia a todos y qué mejor que hacerlo con rock mutante.

En Illapa Reggae soy el baterista y productor de la banda. Es un proyecto sumamente interesante, divertido, rico (en el sentido musical y espiritual) y con muchísimo potencial. Diego Gómez –el motor musical de la banda- es un tremendo compositor joven, gran cantante y guitarrista.

Él trae las compos al estudio, y entre todos montamos las canciones. Los otros músicos que grabaron en el disco son Peque Gutiérrez en el bajo, Óscar Kellemberger en los teclados, Mauricio Murillo en el saxo alto y barítono, Rene Hamel en los vientos andinos, Bernardo Rozo en las percusiones, y Alejandro Bejarano en la segunda guitarra, todos grandes figuras de la escena musical boliviana. La fecha de presentación de este trabajo será el 1ero de octubre de este año en el Nuna. Les recomiendo mucho a todos que vayan y compren el disco, es un reggae muy roots con elementos bien africanos en la rítmica y vientos andinos muy sutiles, que se mezclan muy bien con el resto de la música y le dan una identidad andina contemporánea.

Finalmente dirijo el Bloco Runatiña, mi proyecto de percusión, algo que siempre tuve en mente hacer en Bolivia mientras tocaba con Zuruba en Canadá y en otras partes del mundo. Zuruba y claro Martín Bonin, el director –mi gurú- dejaron mucho en mi, realmente descubrí el poder de la percusión, la necesidad de precisión y actitud, el concepto de tribu que se crea en un grupo de percusión, y el trabajo que hay que hacer para llegar a un buen nivel musical. Bloco Runatiña (del Quechua Humano Tambor) trajo eso a Bolivia desde los inicios el 2013.

La música -más aún cuando estas fuera de tu país- se convierte en tu identidad, en tu forma de conocer a otras culturas desde adentro, y en un imán que atrae a la gente que está en la misma búsqueda.

¿Cuándo y cómo nació la idea para el Nuna?
La idea del Nuna nació el 2013 y fue pura sincronicidad (en términos de C. G. Jung). Por un lado mi hermana, junto a su compañía de danza Gaviota, alquilaron el lugar para ensayar, y con la ayuda de mi padre hicieron remodelaciones, dejando un gran escenario, un espacio para espectadores y una cabina de control.

Por otro lado, en una de mis ultimas clases de postgrado en emprendimientos en la universidad de McGill en Canadá, yo realicé un plan de negocios sobre un “café teatro”, pues tenía muchas ganas de montar algo así en Montreal, ya que siempre estaba tocando en espacios de esas características, pero bueno, me di cuenta que la inversión para hacer algo así allá era demasiado alta y al mismo tiempo había bastante competencia, por estas razones no realicé el proyecto y decidí volver a Bolivia sin planes específicos.

Cuando volví me encontré justamente con este lugar todavía en construcción en plena calle 21, lo vi y me dije a mi mismo, esto no es una sala de ensayos ¡es un teatro! Luego tuvimos reuniones con la gente de Gaviota, quienes no estaban muy seguros de continuar como compañía, y para quienes el alquiler de ese lugar era demasiado caro como para usarlo de sala de ensayos.

Finalmente los convencí de que yo me haría cargo del lugar invirtiendo en equipos de luces y sonido, y de esa forma haría un café teatro que sea auto-sostenible. Al mismo tiempo, Truddy Murillo –integrante de Gaviota y directora de la escuela de danza Mandala- continuaría con su escuela de danza en el mismo espacio colaborando a la sostenibilidad del lugar.  Así nacio el Nuna.

¿Cuál fue el mayor reto para sacar adelante al teatro?
Hubo varios retos, primero el de realizar permisos con la alcaldía. No existe una categoría de centro cultural, solo existen permisos para bares, restaurantes o salones de evento, y con la política “Calacoto seguro” de la alcaldía ya no se emiten permisos a no ser que el lugar sea transferido con un permiso previo a esta ley. Por suerte, después de varias reuniones me otorgaron una mezcla de permisos que nos permiten funcionar en el marco de las leyes municipales.

Otro reto fue el de llegar a cubrir el alquiler. Al principio yo trabajaba como coordinador de RRHH en el grupo empresarial Kantutani, y la mayoría de las veces se me iba la mayoría de mi sueldo en cubrir todo el alquiler pues no teníamos tantos espectáculos.

Al mismo tiempo tuvimos que cobrar muy poco para que los artistas se animen a actuar en nuestro teatro y prácticamente auspiciábamos festivales internacionales para que nos tomen en cuenta (fitaz, festijazz, danzenica). Pero de esa forma nos integramos muy rápidamente al circuito cultural de las artes escénicas, y creo que los artistas se dieron cuenta de que el servicio que prestábamos era de muy buena calidad.

Y bueno, siguen habiendo muchos desafíos pues cada espectáculo es muy diferente y tiene sus propias complicaciones, tenemos muchas historias al respecto, pero como es bien sabido en el rubro the show must go on.

¿Cuál es la filosofía detrás del Teatro Nuna y de dónde salió el nombre?
La filosofía de nuestro espacio es la de dar la oportunidad a artistas profesionales y emergentes de presentar sus creaciones con la mayor comodidad y calidad posible, y al mismo tiempo tratar de que ganen un buen salario por su trabajo cambiando la percepción de los espectadores sobre lo que consideran un precio justo a pagar por un espectáculo de calidad.

También nos preocupa la comodidad del publico, tanto dentro del espacio como para adquirir entradas e informarse sobre nuestras presentaciones, pues obviamente ellos son el motor que impulsa cada proyecto artístico.

El nombre se lo puso Truddy Murillo, y significa Alma en Quechua. Me parece un nombre corto, fácil de retener y con un muy buen significado ya que todos los artistas vierten parte de su alma en nuestro escenario.

¿Tienes nuevos proyectos o planes para el futuro del Espacio Cultural?
Queremos seguir creciendo en calidad, en cantidad de shows y eventualmente en espacio físico. Pero todo esto va junto al crecimiento del publico que se genera a través del movimiento constante de buenas presentaciones.

Cada vez hay mayor aceptación de presentaciones musicales realizadas en teatros, y no siempre en boliches llenos de humo y bulla. ¿Cómo ves este desarrollo y los posibles efectos sobre la escena musical y cultural local?
Creo que siempre es bueno variar de ambientes, y tanto los teatros como los boliches tienen su encanto. En el teatro uno se siente más escuchado y creo que el trabajo artístico es mas apreciado, pero los boliches también tienen su atractivo porque hay mas libertad de armar la fiesta.

Con respecto al humo, yo personalmente me acostumbré a no fumar dentro de los boliches en Canadá, y por eso puse esa regla dentro del teatro, y bueno creo que es inevitable que se establezca una ley antitabaco porque la gente no tiene por qué sufrir por los vicios de terceros. Y los fumadores pueden siempre salir a fumar tranquilos, es cuestión de civismo. La mayoría de los países vecinos aplica esta ley, seguro no tarda en llegar a Bolivia.

Y aquí va una de las preguntas que estamos haciendo a muchos músicos para esta edición especial de las fiestas patrias: ¿Qué crees que falta en el panorama musical y cultural boliviano?
Bueno, creo que en nuestro país hay mucho talento y muchas propuestas originales, sin embargo nos falta más material para exportación, es decir mayor producción de la parte de los artistas –aunque cada vez va mejorando-. Al mismo tiempo creo que carecemos de integración hacia el resto del continente y del globo por la ausencia de participación de nuestro gobierno en programas como ibermusica o iberescena, que impulsan a los artistas fuera del país.

Para todos los interesados y curiosos tenemos aquí los links para que puedan ver la programación del Teatro Nuna Espacio Arte y encontrar mayor información de las bandas y proyectos de Luis Daniel Iturralde:

Facebook:
Illapa Reggae
Bloco Runatiña Arte Percusivo
Teatro Nuna Espacio Arte

Páginas Web:
www.laburkina.com
www.teatronuna.com

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