El también conocido Dúo Gonzales está conformado por los hermanos Marcelo y Anki Gonzales, quienes acaban de estrenar un formidable y apasionante álbum, y, dadas las afinidades atmosféricas, al ser colegas del gremio artístico de la misma ciudad, equipo de fútbol y Estudio de Grabación, esta entrevista es como charlar con un par de hermanos del Alma.
Mientras los Mellizos Gonzales van presentándose En Vivo y compartiendo su nueva producción discográfica con el público, también forman parte de la obra teatral El florecimiento del Cerezo, escrita y dirigida por Kike Gorena, donde musicalizan la puesta en escena. Agradezco a Anki por la confianza y colaboración para la exclusiva junto a LaCarne Magazine.
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Mellizos Gonzales, excelencia musical con guitarra y canto, dinamitando el Ajayu (Espíritu)

Disfrutando del álbum Al Peji, ¿cómo les fue en la producción?
La idea de este disco está presente hace 10 años. Al ser un homenaje a nuestro padre, surgió a partir de su fallecimiento en noviembre del 2015, un mes después de presentar Los Compañeros, nuestro primer disco. Así que son canciones que se vienen haciendo desde esa época.
Entre el 2024 y 2025 terminamos de grabar, arreglar y decidir cómo y qué música entraría en el álbum. Es un disco más latinoamericano y más alrededor de la guitarra, que es en donde mejor sabemos jugar. Grabado en Ruido Blanco – Estudio de Grabación, con José Luis Blanco “Wait”. Luego, el gran cierre, con la masterización de Marcelo Navía. La producción ejecutiva en su totalidad es gracias a un mecenazgo de varios familiares queridos, de tres familias desde tres distintos países.
¿Cómo nacen y se hacen a la vida musical?
Hemos comenzado con la música desde niños, jugando – tocando hoyas, luego un par de instrumentos autóctonos que aprendimos superficialmente en colegio. A los 12 años comenzamos a estudiar guitarra en el Taller Boliviano de Música Popular “Arawi” con Paúl López, y con nuestro instructor Claudio Durán, quien nos inició en la experiencia de formar un grupo de Música latinoamericana, hacer conciertos y hasta crear cassettes con un grupo de niños llamado Los Polillas.
Años después, comenzamos a estudiar guitarra clásica en el Conservatorio Nacional de Música de La Paz, lo que después nos llevaría a uno de los más preciados momentos de nuestras vidas, que es cuando ambos nos ganamos una beca para irnos a estudiar guitarra a la Escuela Nacional de Música de La Habana, lo que nos abrió el panorama guitarrístico y musical en sí.
A la vuelta de Cuba, regresamos al Conservatorio como docentes durante un par de años, viviendo luego otro par de años en Quito, Ecuador, en un proyecto de música. Al retornar a La Paz, Bolivia, tocando mucha Música Contemporánea con el ensamble Maleza en el Espacio Casataller, fundando el ensamble de Música Latinoamericana Ceviche Mixto y participando de otros proyectos como el Dúo Gonzales-Domínguez, Taki Ongoy y Cerro Negro, etc.
¿Qué artistas han marcado en Mellizos Gonzales?
Luego de un extraño y nebuloso trance infantil de un acercamiento auditivo a Chayanne, Maná y Los Fantasmas del Caribe, ya más introducidos en hacer música, me acuerdo que de niños nos gustó y escuchábamos mucho folklore, desde Sukay hasta Los K’jarkas. Al llegar al Taller Arawi, nuestro instructor nos introdujo a la Música Autóctona Aymara y a Víctor Jara, Violeta Parra, Los Jairas, Los Jaivas, Sobrevigencia, Luzmila Carpio, Oscar García, etc.
Por el lado familiar, estaba nuestra hermana, muy fan y escuchadora de lo que en algún momento se llamó Nueva Canción Latinoamericana y Española (Gieco, Serrat, Pedro Guerra), pero sobre todo de la Nueva Trova cubana y de Silvio Rodríguez, quien luego se convirtió en una de nuestras principales influencias.
Por otro lado, estaba mi padre Alfredo Gonzales “Peji” y mi tío Reynaldo “Gato”, cuyas influencias posteriormente incluyeron en nuestras mentes y dedos a Eduardo Falú, Chango Rodríguez, Atahualpa Yupanqui, Horacio Guarany, “Cuchi” Leguizamón y toda esa tradición zambera argentina tan presente en nuestra ciudad en generaciones anteriores.
A eso tenemos que añadir la Música Académica Clásica y Contemporánea (Mozart, Bach, Villalpando, Palacios, Llanque) y a toda la tradición popular latinoamericana todavía no mencionada, desde México hasta el sur chileno y argentino (Simón Díaz, Rafael Escalona, Rubén Uquillas, Anibal Sampayo, Alfredo Domínguez, Matilde Casazola, Cholo Berrocal, Chabuca Granda, Chico Buarque, Paulinho da Viola, Buena Vista Social Club y muchos más). Otros géneros como el Blues, The Beatles, el Rock argentino y King Crimson.
A semanas de la presentación oficial de Al Peji, en el Teatro Nuna, ¿qué nos pueden comentar de este apasionado recital?
Fue un recital muy especial porque habíamos tocado una primera vez en el Nuna el año 2016, justamente estrenando algunas piezas de Al Peji. Volver nueve años después y tener el Teatro casi lleno de tantos amigos y gente que fue a oír de corazón estas nuevas canciones, fue algo que nos llenó el Alma.
Esta es una música que de alguna manera puede ser muy íntima. Acudimos mucho a la poesía en lo que hacemos, y tener a la gente atenta a cada palabra es algo muy especial que nunca se deja de apreciar.
Al Peji fue producido en el Estudio Ruido Blanco, dando como resultado 17 piezas fundamentales para la Música Contemporánea hecha en Bolivia, ¿qué temáticas y ritmos nos han regalado?
Con José Luis Blanco tenemos una estrecha amistad, compañerismo y complicidad de música y vida hace más de 10 años. Ya hemos grabado anteriormente con él en el disco Valses Para Perros de Ceviche Mixto. Volver a él fue lo más natural.
Al ser un homenaje a nuestro padre, la temática principal de este disco es la muerte y la familia. Desde ahí: la memoria, el lugar en que naces, la búsqueda espiritual y algunas otras ideas que quizás ni siquiera percibimos aún.
Entre las piezas hay dos kaluyos, uno propio y otro, un reciente tesoro descubierto del compositor Eduardo Caba, un bambuco colombiano dedicado a nuestro abuelo nacido en ese país, una Ranchera mortuoria, una pieza hecha al estilo de la Trova cubana tradicional, un Chamamé con nombre de mujer, un Huayño psicodélico, un Aire de Huayño lento de amor, una Trova tradicional a la antigua, tres variados aires de cueca, tres zambas de distintos estilos, una copla oscura y una simple Canción, pieza titulada Así Mismo, la única no enmarcada en géneros latinoamericanos.
El cover art del disco Al Peji es fundamental para acompañar el contenido que trae la obra musical, además que el álbum fue publicado en formato streaming, se hizo un booklet lleno de información, entre fotos y letras, que hacen digno el placer de producir un disco, ¿cómo se dio el proceso creativo?
Esta primera edición está realizada en un librito algo más grande (15 x 15 cm.) que el librito tradicional de CD, pero que de alguna manera quiere homenajear el placer que fue palpar un librito de los discos originales en nuestras épocas noventeras del siglo pasado. Esta vez decidimos no sacar el CD en sí, ya que el librito tiene un código QR con el que se puede acceder al disco digital, que ya está liberado en todas las plataformas.
Invitamos a adquirir este librito que es un lindo objeto, con una buena calidad de impresión y papel, diseñado con mucho empeño y cariño. Fue nuestra idea y la creamos junto a Jorge Enríquez, un amigo diseñador, a partir de fotos familiares de varias épocas.
¿Quién es el personaje de la foto de portada?
Es precisamente nuestro padre, Alfredo Gonzales “Peji”, en sus años juveniles en Londres.
Su álbum es completamente acústico, ¿qué nos pueden comentar de la realización y composición de sus canciones?
Nuestro trabajo como cancionistas se enmarca en una cadena de autores latinoamericanos vivos y muertos para los que la guitarra es el principal medio, cáliz. Esto proveniente en una anterior instancia histórica de músicas como el Flamenco, en las que la ritualidad de lo pequeño, de la taberna, del sonido de la guitarra no amplificada entre cuatro paredes o a la intemperie, es una manera de entender y hacer la música. Por eso lo orgánico y natural se dio casi como parte de una escuela latinoamericana de hacer canciones.
Cada uno de los dos componemos nuestras canciones en distintos procesos, momentos y velocidades. Algunas piezas pertenecen más a una manera de creación “académica”, otras se realizan con procesos más intuitivos, con guitarra, lápiz y palabra. Oyendo y repensando bastante lo que se va armando.
Me ha encantado Ch’ayñitas, una obra llena de amor y color, que cuenta con la participación de Lucero Rodríguez y José Luis Blanco, ¿cómo nace esta preciosa canción?
Esta canción nació específicamente como un regalo de matrimonio para los mencionados en la pregunta. Los en ese momento futuros esposos, tenían un dúo llamado Ch’ayñita, ese nuestro bello querido pajarito stronguista. De ahí nació la idea de la pieza. Fue natural incluir a la pareja querida en el arreglo, lo que la cerró de manera muy fina.
Mellizos Gonzales y su nuevo álbum Al Peji
Desde el 27 de junio el álbum se encuentra en las plataformas streaming de preferencia, ¿cómo les ha ido hasta el momento con la respuesta de su público?
En el concierto, y posteriormente, recibimos lindos comentarios. Además de que tuvimos la fortuna de acercarnos a interesantes e interesados periodistas como Claudia Daza, Carlos Idrobo, Denisse Mendieta y Pepe Murillo, con los que tuvimos una buena difusión y charlas sobre nuestro trabajo. Gente querida y creativa realizó algunas recopilaciones de videos del concierto y otras sorpresas que nos alegraron. Las escuchas van bastante bien.
Nos regalan composiciones de Alberto Zapata (en Retrato) y de Eduardo Caba (en Quisiera Amarte y No Amarte), ¿cómo se encaminaron estas piezas hasta salir a la luz?
En el caso de Retrato es una letra de un tío colombiano nuestro, del que encontramos un texto que era una poesía dedicada a su padre, nuestro abuelo Juancho Zapata. Parte de esas sentidas palabras fueron hechas música en un Bambuco, precisamente el ritmo colombiano andino por excelencia.
Con Quisiera amarte y no amarte de Eduardo Caba, sucedió otro hecho fortuito y muy apreciado. La eximia pianista Mariana Alandia y el compositor Javier Parrado, que vienen investigando la obra de Caba hacer varios años, nos invitaron a interpretar esta pieza, de la que se descubrió había sido grabada por el mismo Caba en los años 20 en un Sello discográfico argentino, sólo que con un pseudónimo: “Pedro Colque”, lo que impidió saber que quien cantaba desde lo profundo de la historia era el propio ¡Eduardo Caba!
Con la transcripción del piano de Caba del Maestro Parrado y la alta capacidad artística de Alandia, llegamos a esta nueva grabación de una pieza que tiene todo lo bueno de la música y poesía nacional.
¿Qué evento o Festival los ha dejado marcados en el Alma?
El viaje a Cuba fue un momento que marcó realmente nuestra vida y carrera como quizás ningún otro. Hablando de festivales, por ejemplo, tuvimos la felicidad de participar (como oyentes) en La Habana en el Festival de Guitarra Leo Brouwer del 2005, el que conmemoró 50 años de su carrera artística, con su presencia.
Los viajes siempre han sido hitos, nuestros casi 3 años viviendo en Quito también. Todo lo que tiene que ver con nuestro trabajo en el Espacio Casataller de La Paz también nos hizo los músicos que somos. Por otro lado, encuentros con el guitarrista ayacuchano Raúl García Zárate, o el Maestro catalán de la guitarra clásica Alex Garrobé, han sido momentos esenciales para nuestra carrera.
Su nuevo álbum está a la venta a Bs. 40, haciendo ustedes mismos el envío o entrega del material, además que han innovado con un QR que te conduce para escucharlo y descargarlo, ¡increíble! ¿Qué nos pueden contar de la experiencia?
En este caso la edición no incluye el CD físico, lo que esperamos hacer en un futuro, ¿por qué no pensar también en un vinilo? Esta primera edición es un librito con carátulas y letras de cada canción, como nos decía un periodista, es también un ensayo fotográfico. Realmente recomendamos adquirirlo. La experiencia de oír el disco con el librito es única. Nosotros mismos entregamos el material y podemos realizar envíos fuera de La Paz (Info: 79538914).
La experiencia digital está servida, soltada al Universo. Sólo es cosa de sentarte y poner play al disco en tu plataforma favorita.
Me encantaron temas como Copla Negra, Los Cuervos, Tigre de la Zurda, y todo el álbum. ¿Qué canciones se han convertido en referentes para ustedes cuando las llevan al En Vivo?
Justamente la pieza Quisiera amarte y no amarte de Eduardo Caba se ha convertido en uno de los referentes del disco, por lo grande de la obra, también nuestro Kaluyo, Como un Abismo. También piezas como Entre una Montaña y un Altar, el chamamé Andrea y el gato instrumental Tío Gato, son piezas que forman parte de nuestro repertorio hace tiempo y siempre son muy bien recibidas, cada una por su tipo de sabrosura.
Una pregunta fundamental, ¿por qué el título del álbum Al Peji?
En noviembre de este año, se cumplen 10 años de la partida física de nuestro padre Alfredo Gonzales S., a quien de niño apodaron “Peji”, variación de “Peti”, abreviatura de petiso. Mucho de lo que nos dejó nuestro papá tiene que ver con el mundo paceño de los amigos, los apodos, el fútbol en el (Stadium) Obrero, la guitarreada. Toda la idea de este disco surgió a partir del momento de su muerte. Es el muerto más cercano que tenemos en lo que llevamos de vida.
La experiencia de un muerto cercano te transforma la percepción y pensamiento sobre la muerte misma y mucho del disco parte de esa premisa. El hecho de llamarlo Al Peji y no A Peji, se dio naturalmente, desde nuestro bolivianismo de usar “el/la” para nombrar a las personas.
Han apostado por editar el álbum en foto libro, distribuirlo independientemente, ya que en Bolivia ni mercado ni industria discográfica nos queda, ¿cómo les va con la respuesta del público?
Dado el problema que mencionas, de la casi desaparición del mercado e industria, al hacer música como la nuestra de manera Independiente, difícilmente esperamos muchos réditos económicos de lanzamientos como este, y, los que existen, se dan sobre todo del cobro de entradas en los conciertos y venta de discos.
Lo que estamos haciendo es seguir brindando conciertos en varios lugares, aproximadamente uno mensual y seguir distribuyendo de mano a mano nuestro librito del álbum. Es siempre linda la respuesta de aquellos escuchas, que sabemos que siguen, aprecian, critican, le sacan el jugo a nuestro trabajo, ahora con la emoción latente de un nuevo disco después de tantos años.
¿Qué les dirían a las personas que quieren incursionar en el Movimiento Musical?
Si quieren tener algunos buenos resultados entre tanto fracaso y rechazo inevitables, lo primero que debe ser parte de sus vidas es la absoluta constancia y mucho trabajo, a veces hasta con dolor. Mucho trabajo, estudio, pasión, fanatismo del bueno. Deben profundizar en lo que quieren hacer, darle varias horas por día. Ahí vendrán algunos buenos conciertos, algunos buenos discos, algunos ricos viajes, algunos leales escuchas, así sean pocos, cercanos, almas compañeras que van a seguir tu trabajo de cerca.
¿Tienen alguna cábala antes de subir al escenario?
Iba a decir, hecho al chistoso: “Warikasaya k’alatakaya…”. Pero no. Como somos mellizos, somos bastante bichoraros entre los dos. A penas nos saludamos, a veces todo es una especie de silencio o telepatía extraña en la que no nos hace falta hablar tanto. Pero, claro, para conciertos tan importantes como este último del Nuna, no falta un abrazo loco y efusivo con gritito, intento de entrar en trance, un poco a lo mierdeo teatral.
Recuerdo haber observado en sus redes sociales que grabaron un par de canciones entre paisajes urbanos y montañosos, ¿qué canciones fueron registradas?
En el primer disco Los Compañeros, ya habíamos experimentado con estas grabaciones en exteriores con la pieza Ven 2, grabada en la calle frente al teleférico amarillo de Sopocachi. Para este segundo disco quisimos experimentar un poco más con esto, también porque al José Luis Blanco le gusta mucho experimentar con este tipo de trabajo. Entonces la pieza Ch’ayñitas fue grabada en el Lago Titicaca, Rito fue grabada en el Cerro Killi Killi, Copla Negra en el Valle de Las Agujas y Río de la Vida en el Río Orkojahuira.
¿Qué artistas recomiendan para poder adjuntar a la colección?
Tengo que sugerir a Ceviche Mixto, banda nuestra, la que no podemos dejar de recomendar aprovechando esta tan buena oportunidad. También quisiéramos sugerir a los locales: Jechu Durán, En Árbol Difunto, Azorella, Carlos Sivila, Gabo Guzmán, Canela Palacios, Ira Sublime, Dante Domínguez, Enfant, Taki Ongoy, Rino y los latinoamericanos: Los Nuñez, Manuelcha Prado, Elcira Bustillos, Marisa Monte y Luis Dimitrov Rodríguez.
¿Qué proyectos se vienen?
Además del posible lanzamiento de dos nuevos discos con el ensamble Ceviche Mixto, uno junto a la Orquesta Sinfónica Nacional, quisiéramos con Al Peji hacer una pequeña gira por unas 2 o 3 ciudades del país, y obviamente, seguir tocando el disco En Vivo en La Paz.
Sus palabras de despedida para la gente que sigue la música de Mellizos Gonzales.
Muchas gracias por estar ahí, por oír, darse tiempo para asistir a un recital y escuchar música nueva, invertir energía y recursos en comprar y leer el librito de un disco o un poemario.
De lo mejor que tiene la música que hacemos es esa humildad del campo, de lo popular, de la guitarra en el campo, la familia, las pequeñas reuniones, intercambios, poemas a la naturaleza, a los ríos, a los amores perdidos, a nuestros muertos y ancestros, a lo más valioso que puede tener un país, una ciudad. Los invitamos a seguir acompañándonos en estas búsquedas.
Muchas gracias también a ti, Alfonseka, querido colega y hermano.
Representando desde las montañas de la ciudad de La Paz, Bolivia, y con el corazón atigrado el mejor de los éxitos. ¡Salud!
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