En el 2007 más o menos fue cuando me decidí a cambiar de rumbo. Durante ese tiempo de transición estuve muchas veces tentado a volver al lenguaje del rock, pero definitivamente en ese año, que fue cuando conocí al violonchelista Raúl Díaz, pensé que ya era hora de cerrar ese capítulo.
De todas formas, antes de dar ese paso, y en ese momento de incertidumbre, hice una colaboración con un dúo de rock instrumental, de guitarra y batería, llamado REZNIK. Sus temas me impactaron y no quise dejar pasar la oportunidad de hacer algo con ellos. Me pasaron varias grabaciones suyas y me dieron permiso para hacer una remezcla. Seleccioné unos cuantos temas instrumentales y empecé a experimentar con ellos las técnicas de estudio que me atraían en ese momento. Ahí aporté las letras y la voz únicamente. La música corre de cuenta de REZNIK. Lo que sí hice fue “adulterar” sus temas sometiéndolos a transformaciones como poner su música “al revés” y añadir pistas de voz con textos automatizados y bastante surrealistas. Me acuerdo que leía en ocasiones esos textos también al revés mientras grababa la voz y después reproducía esa pista invirtiéndola y la mezclaba con las pistas de la música original. Bueno, el resultado es bastante curioso. Ejemplo: “El Resurgimiento de la Zarina”. Sin duda es rock, pero con detalles más que dadaístas… se nota que en esa época estaba bastante interesado en grupos como Père Ubu. Estas grabaciones las titulé “Colaboraciones esporádicas en un instante cósmico”.
También aproveché material grabado anteriormente y empecé a remezclarlo utilizando de nuevo mi antigua mesa analógica de 4 pistas para esas remezclas. Al hacer esas transformaciones los temas originales quedaron totalmente irreconocibles. En esa época estaba totalmente enfrascado en probar lo que se puede conseguir en un estudio, no me interesaba para nada las actuaciones en directo. Me pasé horas y horas yo solo encerrado con unos auriculares puestos. El resultado de todo ese trabajo fueron las “Elucubraciones de un indio borracho”. En realidad es lo que me estaba pasando, estaba divagando obteniendo resultados muy distintos y experimentando continuamente. Era como una preparación para lo que llegaría más tarde de forma natural. Me refiero a la visión que he llegado a tener de la música. Todas estas pruebas estaban encaminadas a un objetivo que descubrí más tarde…
Por esa época también empecé a interesarme por el dodecafonismo y la atonalidad de Arnold Schönberg. En primer lugar me dio por mezclarlo con ritmos rockeros y estructuras de blues, pero con unas tonalidades y unas notas que no son las típicas de esos géneros. En el dodecafonismo todas las notas tienen la misma importancia, no hay ninguna que sea fundamental y grabé con esa idea un tema llamado “La alucinación dodecafónica de un Fauno del Este”. Un despropósito total… pero a mí me encanta. Después apliqué teorías dodecafónicas (aunque no de una manera ortodoxa) y escribí partituras para hacer nuevas versiones de los temas grabados el año anterior. Me junté con Raúl Díaz al cello y Óscar Iris al saxo y conseguimos darle un nuevo aire a esas piezas cambiando totalmente las versiones originales. Éste fue el momento, creo, en el que decidí dejar ya definitivamente el rock. Y fue también en ese momento donde se empezó a gestar el embrión de lo que al año siguiente se llamaría Arín Dodó. Aunque eso es una historia larga de contar y con muchas fases. Habrá que esperar a que Mozart no piense de nuevo en estas cosas…
Ah!,…y si alguien está interesado, todas estas grabaciones se pueden descargar en http://www.arintonadodo.com/category/musica/2007/
Atentamente, J.G. Entonado & Arín Dodó