Nekro, recuperando años no vividos
Nekro estuvo por primera vez en La Paz buscando ese pedacito de tierra que sienta suyo. Cuando en la vida llevas un aire de resignación que paraliza nuestras pasiones de creer que lo conoces todo en la ciudad, llega una noche en la denominada noche de los museos, cuando se llena de gente en las calles buscando ese poco de arte que escapa a nuestra cotidianidad.
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Conoces a un artista que ha recorrido el mundo y estuvo en escenarios de miles de personas como el Lollapalooza, pero que sin embargo se encuentra muy cómodo en un lugar relativamente poco conocido como es el Almatroste de la calle Ingavi, donde entran un centenar de asistentes.
El Almatroste recibió esa fabulosa noche a Nekro, vocalista de Boom Boom Kid, en un acústico que me hizo preguntar ¿por qué no había escuchado a Nekro en toda mi vida? Así que después de su presentación me acerqué para agradecer una velada incomparable, y le pregunté si accedía a unas palabras con LaCarne Magazine. Esta es la entrevista realizada esa noche junto a Nekro, en la que agradezco a Javi desfachatado (JD) y Roger Jordán (RJ) porque sin ellos esto no sería posible.
Nos alejamos del bullicio del local, subimos estrechas gradas con paredes llenas de graffittis para respirar el frio aire paceño, y, sin mediar acción, empezamos de una manera poco frecuente en un estrecho pasillo mientras todos entran y salen. Saludan a Nekro emocionados. Le decimos que somos una parte de la revista española.
JD. Qué tal tu visita a La Paz, Nekro? ¿Es tu primera vez acá en la ciudad?
Sí, mi primera vez en la cuidad. Tardé mucho en venir, pero siempre pasaba algo. Aquí estoy por suerte, rodeado de un montón de amigos, un montón de amor y un club divino, y ¿qué puedo pedir? Estoy muy contento. Llegué ayer, hoy toqué y me quedo un par de días para conocer un poco más de lo que es esta gran cuidad.
LCM. ¿Te esperabas todo el recibimiento que te han dado? ¡la gente coreando tus canciones, se sabían hasta cada grito que das, que linda experiencia!
Sí, la verdad que sí. Me emocioné. En un momento andaba haciendo cualquiera a la guitarra, porque pensaba… pensaba en eso, cómo viajan las canciones. Que cuando uno las hace y las vienes a tocar con la guitarra, como hice hoy, es la forma más primitiva de cómo nacen.
Luego las agarra el músico, y le ponen rejillas y hacen. Y nada, vos me das una sorpresa que para acá (Bolivia), y para España y qué se yo y dices… es algo que no me esperaba y estoy… ¿qué te puedo decir? ¡Estoy muy contento!
JD. Además de la gran presentación que hiciste ¿Qué expectativas todavía tienes en la cuidad? ¿Qué esperas hacer todavía, qué esperas conocer?
Mucho porque llegué ayer a la madrugada. Empezamos a hablar un poco de música de los años 70 de acá, y los chicos me empezaron a hablar un poco de historia. Yo ya conocía algo de Klimax y Wara, pero no de otras bandas como, 50 de marzo, por ejemplo.
[mks_pullquote align=»right» width=»200″ size=»18″ bg_color=»#dd3333″ txt_color=»#ffffff»]«Para mí la música lo es todo, todo es latidos del corazón, caminar, todo es música para mí.» [/mks_pullquote]
Sé que Nekro es una persona que desea conocer, y que es una de sus pasiones, y tener a un artista que quiere saber lo que produce el país que lo recibe es algo satisfactorio, es parte de su inspiración, crea su música a partir de notas, papeles, grabaciones tomadas de corrido.
Sí, empapándome un poco de lo que pasó musicalmente, y, bueno, también de lo que es la ciudad. Hoy a la mañana me levanté y me fui al museo de la música aquí, después me fui al valle de la Luna, caminé, y mañana me voy a ir a conocer la feria de El Alto, a ver la lucha de cholas. Y a comer toda la cantidad de papas que pueda comer y a conocer un poco de la gastronomía y un poco más de la cultura y lo que es esta ciudad, de sus secretos si los puedo descubrir.
Nekro ya había estado en Bolivia en 1997, exactamente en Cochabamba junto Fun People, y hoy su música se produce incluso en Japón. Se relaja en todos los países a los que va. Ahora se encuentra en el pequeño escenario adornado con un Illimani de fondo coronado con dos gatos blancos jugando con una bola de estambre con las iniciales “BB KID”. Jugar a donde va y vivir el día.
JD. ¿Cómo vives ahora el contacto con la música después de tantos años componiendo? ¿Qué representa para ti en este momento?
Para mí la música lo es todo, todo es latidos del corazón, caminar, todo es música para mí. Hoy hablé ahí de un tío que se llama John Cage, que es uno de mis compositores favoritos, y habla de eso, habla de la terapia de la música. Me gusta, me mantiene, me hace bailar, ¡cuando uno baila está feliz! ¡Qué más!
Una guitarra de doce cuerdas con la leyenda “This machine kills fascism” llena el ambiente de música. En frente de él hay un cuaderno muy usado que va pasando descuidadamente mientras canta. Ése es su set list, y lleva de 30 a 40 canciones tocando de golpe, y en ocaciones explica y recuerda lo que le llevó a escribir su arte.
LCM. Suponemos que hacer una sesión con una banda es muy diferente a ir solo. ¿Cómo escoges las canciones para hacer un acústico?
Sí, trato de tocar las canciones que no toco con la banda, con los muchachos. Suelo estrenar canciones que el día de mañana vamos a tocar con toda la banda completa, y que van bien en este formato, la guitarra y yo. Es difícil porque para mí no es fácil pararme ahí con la guitarra sólo.
LCM. Son sesiones muy personales, donde te abres al público en cada nota, en cada conversación que tienes.
Sí, es como mandarse al mar en una ola gigante sin saber surfear… más o menos…
JD. ¿Cómo nace la idea de venir a La Paz? ¿Cómo nació ese proyecto?
No pude venir antes porque no estaban los contactos para hacerlo, y cuando se dio, se cuadró todo y vine. Tardé 43 años, pero acá estoy. Lo importante es que lo pude hacer, y cumplí un sueño, como tocar en la isla de Pascua hace un par de semanas, o ir a recovecos que del mundo que me gusten para hacer lo que me gusta.
RJ. De la antigua formación, ¿con quienes quedaste? ¿Alguno de Fun People está?
Claro, sí. El Chelo bajista y el Pelado. Con ellos estoy tocando hace 17 años porque ellos grabaron la última época de Fun People y giramos juntos. Aunque ellos son mis amigos antes de que hicieramos algo. Éramos skaters, y conozco a sus padres, a sus madres, conozco a toda su familia, son pibes de mi barrio. Es cómodo, y nos respetamos. Ellos ahora no tienen ganas de salir de gira, pero entienden que a mí me gusta viajar.
LCM. ¿Tú eres el más bohemio de todos?
No, no te creas. Cada uno tiene sus cosas, pero bueno. A veces nos juntamos sin timón y con el mono al hombro. El último disco se llama Demasiado en fiestas porque hace 17 años que estamos juntos, y ustedes saben lo difíciles que son las relaciones humanas. Somos un grupo de amigos que nos hacemos el espacio en este mundo que cada vez camina más rápido, y nos sentamos a hacer música, ruido, y festejamos eso, el encuentro de la amistad y hacer lo que queremos, y hacerlo cuando tenemos ganas de hacerlo. Si no tenemos ganas de hacerlo, no lo hacemos. Y eso, es un festejo.
JD. Bueno, querido Nekro, cambiando de tema, ¿cómo manejas el tiempo con la banda y el tiempo personal?
Ahora tengo familia acá. Yo tengo familia en todos lados. Yo, cuando me muevo, me voy siempre con mis amigos y estoy siempre en familia. Yo me dedico a hacer esto, siempre quise tener una banda de rock n´ roll, pero no soy ningún déspota ni nada, ni tampoco tenemos un contrato. Los chicos tienen vida aparte de tocar en una banda rock n´ roll. Uno es profesor de inglés, el otro diseña ropa, el otro tiene un negocio…, y estamos todos contentos con lo que hacemos, y yo tengo este delirio, y cada uno con su delirio. Cada loco con su tema.
Ha cambiado mucho la forma de adquirir música. ¿Cómo podemos acceder a tus discos?
Sí, ahora está en internet. De ahí pueden bajar mi música, y me pueden encontrar ahí. El que quiera algo físico, cuando toco están mis cosas.
Antes era todo mucho más artesanal, y se hacían fanzines a mano. ¿No tienes nostalgia porque no hayan cassettes como antes?
No, está bueno. Lo que digo es que a mí me gustan los cassettes, me gustan los vinilos, es mi pasión, es mi locura, pero tengo que entender que antes sacaba un disco y nos gastábamos un montón de dinero en mandar a amigos que tenemos dispersos por ahí.
Ahora, salió el disco, ni lo subimos nosotros, lo sube el primero que lo compró, lo compartimos y llega a Sudáfrica o Japón inmediatamente. Y tiene esas cosas que están bien. Yo, a mis amigos más cercanos les escribo todavía carta de puño y letra, pero porque me gusta. Es un berretín mío. Yo puedo agarrar el whatsapp acá y digo: qué haces, cómo está, todo bien, le filmo un video… Me gusta, me gusta todo lo que no conozco… cierro así la nota: Me gusta todo lo que no conozco. Chau.
El dueño del local se acerca con una botella de singani rellena con el clásico Té paceño, ese brebaje caliente para soportar el crudo invierno. Nekro accede a unas fotos mientras reímos en la noche, esa risa de conocer algo nuevo, de tener algo que jamás pensaste y llevarlo desde ya en el corazón. Tan grande y tan humano, Nekro debe prepararse para continuar su visita a Tiwanaku para el día siguiente. Ya comienza el show de vinilos de Sonido Antisistema.
Vamos a bailar toda la noche. Y yo me llevo un pedacito de música que me había perdido, y siento recuperar años no vividos. No lo conocemos todo y jamás lo haremos. Disfrutemos lo que nos llega y busquemos nuevas experiencias sonoras y de vida. Gracias por una inolvidable velada, Nekro.