Hablar con Criterioh es asomarse al corazón de “Ser Escuchado”. Rapero, activista cultural y educador de calle, lleva años siendo un referente en Extremadura dentro del freestyle y la cultura hip hop. Pero su papel aquí va mucho más allá del escenario: acompaña, escucha, guía.
En este taller, su voz no solo rima, también abraza. Con él hablamos del poder sanador del verso, del proceso íntimo de escribir una letra cuando las palabras no han tenido sitio antes, y de cómo el rap puede ser una segunda oportunidad para jóvenes que aún están buscando la primera.

Criterioh, has trabajado de cerca con chicos que llegan con muchas barreras emocionales y sociales. Desde tu experiencia directa con ellos, ¿qué tipo de transformaciones emocionales sueles observar en los jóvenes desde la primera hasta la última sesión del taller?
Pues, verás, muchos de los chicos el primer día son más reservados, preocupados más en hacer la gracieta para el resto de compañeros que en hablar de sí mismos y trabajar en el taller.
En cuanto empezamos a rodar y trabajamos, vemos que se abren más, hablan de sus problemas, de sus sentimientos y emociones. Es bonito ver el cambio en ellos.
Imaginamos que trabajar en un entorno como este deja huella personal. A nivel humano, ¿hay algún momento o historia concreta que te haya marcado especialmente en tu trabajo como monitor?
Lo que más me llega es ver que los chicos de reformatorios donde trabajamos, una vez salen fuera del centro y vuelven a sus vidas normales se siguen acordando de ti, te hablan, si te ven les cambia la cara…
En esos momentos te das cuenta de que no has sido una parte efímera de ellos mientras estaban encerrados, sino que agradecen cada minuto que has pasado con ellos y siguen teniéndote presente fuera.
La escritura de letras parece ser una herramienta poderosa para el autoconocimiento. Desde tu punto de vista, ¿qué descubren los chicos sobre sí mismos cuando escriben su primera letra de rap?
Pues es emotivo ver cómo descubren sus errores, sus miedos, sus debilidades en cuanto escriben y se dejan llevar. Ves en ellos un lado más humano que normalmente ocultan al poner una barrera de dureza y crudeza al resto de personas.
Es algo que siempre me funcionó a mí cuando empecé a hacer música en el año 1999, y sigue estando presente en los chicos 26 años después.
Escucharse a uno mismo en una grabación puede ser un acto revelador. En tu experiencia, Criterioh, ¿cómo crees que cambia la percepción que tienen de ellos mismos al escuchar su propia voz grabada en una canción?
Eso va dentro de cada uno. A algunos no les gusta, se oyen raros puesto que nosotros cuando hablamos nos escuchamos de una forma distinta a cuando nos escuchamos en un audio, video, canción, etc…
Pero es más bonito cuando ellos mismos se sorprenden por lo que acaban de hacer y tienen interés en seguir haciéndolo, porque no solo les ayuda, sino que les divierte y les abre un mundo nuevo lleno de cosas que no han vivido ni hecho antes.