Entrevista a REN WALTERS, improvisador hasta en los sueños…
Ya dije el mes pasado que Juana Beltrán y Ren Walters para mí son un único ente artístico.
También advertí que las entrevistas iban a ir por separado, pero ya que toca este mes cederle la palabra a Ren, no está de más repasar la entrevista a Juana y los vídeos que la preceden porque ahí estamos los tres: Juana Beltrán, Ren Walters y yo (Arín Dodó) unidos en una misma pieza.
Como me siento yo cada vez que pienso en ellos dos: unidos a pesar de la lejanía, pero muy cercanos en el entendimiento y en el espíritu.
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Ren Walters, improvisador hasta en los sueños
Ren Walters, ¿Cuándo y cómo llegaste a la improvisación libre? ¿Porqué te interesa esta forma de hacer música?
Siempre he estado improvisando, así es como empecé a aprender la guitarra, y poco a poco me di cuenta que hacer música en el momento de la actuación-performance era lo que más me interesaba.
Hago música de esta manera porque inmediatamente cuenta cómo experimento el mundo en el momento de la actuación-performance, y esto está de acuerdo con mis intereses expresivos.
Aunque hay años y años de preparación, no hay planes de qué hacer en la performance, y esto revela la verdad de mi preparación y la verdad de mi vida.
¿Cuáles son las influencias que te han ayudado al aprendizaje de tu lenguaje improvisatorio?
La influencia más importante en la forma en que me acerco a la creación musical fue mi amigo y mentor David Tolley (músico, escultor, pintor, artista multidisciplinario, profesor, que murió en 2014).
Escuché y observé su forma de hacer sonidos, su relación y conexión con el proceso. Aprendí a eliminar las expectativas y exigencias de mí mismo en la performance.
¿Escuchas mucha música improvisada libremente? ¿Crees que es necesario hacerlo para ser un buen improvisador? Es algo que me he planteado de vez en cuando. Yo, en particular, no suelo escuchar mucha música improvisada. Por supuesto, en los conciertos que asisto, o mientras toco con otra gente, pero no suelo escuchar discos o ver vídeos de este tipo de música. Lo hago, pero no con frecuencia. La fuente de inspiración la busco en otros sitios: lectura, escuchando música “convencional”, e interesándome por otras disciplinas artísticas o no necesariamente artísticas. ¿Cuál es tu opinión?
Ocasionalmente escucho música improvisada, no a menudo.
Puede ser útil en ciertos momentos de tu educación escuchar cómo otros abordan la improvisación, aunque en otras ocasiones puede distraer en encontrar un significado personal.
La descripción tuya en tu actitud para escuchar música improvisada es similar para mí.
¿Piensas que el arte hay que tomárselo “en serio”? Quiero decir, si hay que tenerle respeto, o simplemente encararte con él y hacer lo que sientas sin pensar en cómo te van a juzgar. ¿Es algo elevado y trascendental? ¿O es preferible, en tu opinión, bajarlo de su pedestal y considerarlo más terrenal, menos sublime?
Pienso que la interpretación del arte y su respuesta debería ser personal. El público está muy influenciado por lo que otros piensan sobre el arte, particularmente los comentaristas de los medios de comunicación.
Al observar una pieza de arte, música, hay una respuesta inmediata, la cuál es válida, pero también hay una respuesta más lenta, donde la audiencia necesita más tiempo para procesar lo que está observando, tratando de resolver el problema al que se enfrentan ante la obra de arte.
¿Qué es para ti “espacios” en una pieza? Quiero decir, que si te dicen: “vamos a crear una pieza con ‘espacios’, ¿qué interpretas?
Yo interpretaría que esto significa dar tiempo para que una obra evolucione sin necesidad de producir sonido o movimiento, etc, pero es importante a la misma vez estar comprometido y atento al proceso interno de la performance.
¿Consideras que la improvisación libre es un género musical autónomo?
No utilizo el término “improvisación libre” para describir lo que hago, porque ahora parece que es un género musical, evolucionado con el tiempo desde mediados del siglo pasado.
Podría describir un aspecto de mi proceso de interpretación, pero socialmente creo que el término indica un estilo musical, lo cual no es lo suficientemente preciso en la descripción de lo que yo hago.
Hay músicos e improvisadores (como yo, por ejemplo) cercanos a la idea de hacer primeras tomas y de dejarse llevar por la intuición, la inmediatez y la espontaneidad. Hay quien dice, sin embargo, que esa forma de entender el arte lleva a fórmulas repetitivas y aburridas, y que el ensayo y la composición son necesarios para evitar esos inconvenientes. En mi opinión, las fórmulas y patrones se repiten en cualquier manifestación artística. ¿Qué opinas?
En algunos momentos de mi vida he repetido ejercicios para desarrollar mi capacidad técnica, pero finalmente encontré que los comportamientos mecánicos practicados limitaban el cómo y lo que quería expresar.
Así que tuve que reconfigurar los mecanismos para ser más flexible y adaptable.
No creo que el problema sea la repetición como tal, sino más como una mente que se fija en la forma en que el material se utiliza para la expresión.
En un libro llamado “El nuevo paisaje sonoro”, de R. Murray Schaffer, viene la siguiente afirmación: “Es cierto que hay mucha gente que no son sensibles al ruido; pero esos son precisamente los que tampoco son sensibles al argumento, o al pensamiento, o a la poesía, o al arte, en una palabra: a cualquier tipo de influencia intelectual.
La razón de esto es que el tejido de sus cerebros es de una calidad muy tosca y ordinaria. Por otro lado, el ruido es una tortura para gente intelectual”. ¿Cuál es tu opinión sobre esta afirmación?
Depende de lo que el individuo entienda sobre la idea o concepto del “ruido’.
Tal vez el ruido puede entenderse como lo que está excluido de lo que se pretende escuchar.
¿Es ruido lo que es extraño o irrelevante de lo que esperamos, queremos o pretendemos escuchar?
Explícame brevemente tu concepto artístico y musical.
El arte es una práctica y un proceso que se ha convertido en parte integrante de mi vida.
A veces encuentra expresión a través de una disciplina particular en un momento determinado; otras veces, su expresión está por debajo de la superficie, no es legible para los demás o incluso para mí.
Es una forma de vivir, una forma de relacionarse con uno mismo y con el mundo.
Alguna vez me dijiste que “la performance empieza cuando te despiertas por la mañana y acaba al acostarse (muchas veces no acaba, sigue en los sueños)”. Me gustaría que te extendieras un poco más en lo que piensas de esa afirmación.
“Performance” no es una idea limitada del comportamiento. La “performance” puede ser muy sutil, incluso para el que la realiza.
Hay muchas personas que están continuamente actuando porque consideran que están siendo observados por otros.
Es un cierto tipo de performance. Esto es cultivado por la sociedad vigilante en la que ahora vivimos. Esto en cierto modo es un tipo de actuación. Es un acto para un mundo que observa.
¿Puede haber una performance que sea fundamentalmente privada, que venga a través de intentar conocernos a nosotros mismos, al mundo y a nuestras relaciones?
Nosotros realmente no “sabemos” nada hasta que estamos experimentando, y esta actitud nos lleva a una relación radicalmente simple, porque estamos negando la “sofisticación” que viene con la idea de poseer conocimiento.
Así que necesitamos que todos estemos comprometidos, que estemos presentes para experimentar plenamente la acción, la experiencia.
De esta forma disminuye la “performance” como acto, y promueve la “performance” como existencia.