Ricardo Tejero y la imrpovisación libre
¿Cuál es el origen de tu actividad musical como Ricardo Tejero?
Bueno, en mi caso, la verdad es que empecé a hacer música al mismo tiempo que empezaba a hacer improvisación. Se dio la circunstancia que mis primeros pasos tocando un instrumento (lo cual ya llegó tardíamente, pues estaba ya en mis 20) fue acompañado de dos personalidades muy fuertes dentro de la música improvisada en Madrid: Wade Mathews y Chefa Alonso.
Así que de su mano fui descubriendo la música improvisada, al mismo tiempo que aprendía a tocar un instrumento. Lógicamente, al principio no hice improvisación, me llamaba la atención, me despertaba curiosidad pero no llegaba a entenderla lo suficiente como para permitirme hacerla yo. Así es que fui tocando un poco de todo: clásica, jazz, música popular, todo ello dentro de bandas de aficionados, con amigos aventureros de lo musical como yo, y ahí comenzó todo. Eran principios de los 90.
[mks_button size=»small» title=»Descargar ahora!» style=»rounded» url=»/tienda/lacarne-magazine-56/» target=»_self» bg_color=»#dd3333″ txt_color=»#FFFFFF» icon=»fa-cloud-download» icon_type=»fa»][mks_button size=»small» title=»Ver ahora!» style=»rounded» url=»http://issuu.com/lacarne/docs/lacarne_magazine_n56/62″ targget=»_blank» bg_color=»#dd3333″ txt_color=»#FFFFFF» icon=»fa-eye» icon_type=»fa»]
¿Cuáles son las influencias que te han ayudado al aprendizaje de tu lenguaje improvisatorio?
La verdad es que son bastantes y muy variadas. Van desde músicos de flamenco como Paco de Lucia, hasta músicos de jazz como John Coltrane, Archie Sheep, Eric Dolphi, etc.
Aunque más directamente y más sinceramente, quizás las voces que resuenan con más nitidez en mi cabeza a la hora de hacer música es la de improvisadores de la escena inglesa como Evan Parker, Lol Coxhill, Paul Dunmal o John Butcher, y también no saxofonistas como Pat Thomas, Keith Tippet, Mark Sanders, Fred Frith o John Edwards. No en vano, todos esos años que pasé junto a ellos han dejado en mí una importante huella musical y personal.
Pero también me sigo fijando y dejándome influenciar por algunos músicos de las nuevas generaciones, tanto ingleses como de otros lugares, como Alex Ward, Hannah Marshal, Nate Woley, o Tyson Shorey.
Cuéntanos un poco más de tus inicios como Ricardo Tejero en la improvisación libre.
Cuando comencé a dar clases con Wade Mathews, a principios de los 90, frecuenté algunos de sus conciertos con el trío Ziklus y a escuchar algunas grabaciones.
Luego conocí a Chefa Alonso, que me dio el empujón definitivo juntándome con otros jóvenes músicos que empezaban a adentrarse en el lenguaje de la libre improvisación, como Cristina Fernández, Mark Sefton, Marcos Monge o Ernesto Santana. Y ahí comenzamos a tocar con regularidad, dando nuestro primer concierto de improvisación libre en mayo de 1998, en el centro cultural de Vicálvaro, dentro de la presentación de un libro que era la colección de poemas de diferentes poetas madrileños. Fue todo un bombazo! La gente nos decía: que cosa tan curiosa!.
A partir de ahí, mi experiencia con la música improvisada ha ido moldeándose de muchas maneras.
¿Qué actividades desarrollas como improvisador?
Bueno, además de la práctica y estudio diario, que está muy orientado a intentar seguir desarrollando el lenguaje y las posibilidades de mi improvisación, está la de dar talleres, organizar conciertos dentro de este lenguaje con el colectivo Raras Músicas, y la de seguir tocando con diferentes proyectos, tanto en España como fuera.
¿Cuál crees que es tu papel en la escena de improvisación?
Mmm, pues no sé muy bien, la verdad. Supongo que la de un músico más que se interesa por esta forma de creación, y que intenta ser fiel y sincero con su forma de hacer música.
¿Podrías explicar brevemente tu concepto musical?
Gabriel García Márquez escribió en su autobiografía: “Hasta descubrí el milagro de que todo lo que suena es música, incluso los platos y los cubiertos en un fregadero, siempre que cumpla con la ilusión de indicarnos por dónde va la vida”. Yo suscribo este enunciado. La música creo que es básicamente: sonido y silencio, y las infinitas maneras en que uno pueda hacer combinar estos dos eventos. Sin más, ni menos.
Más info sobre Ricardo Tejero en: