Ritmo y locura: Madness convierte Sevilla en una pista de baile

6 de Julio 2025 – Icónica SantaLucia Sevilla Fest (Plaza España, Sevilla)

La sevillana Plaza de España se preparó para una noche diferente. Tras varias jornadas de música en el Icónica SantaLucía Sevilla Fest, el cartel anunciaba una propuesta especial: la llegada de Madness, banda británica legendaria del ska-pop, con más de cuatro décadas de historia, canciones atemporales y un humor absurdo tan contagioso como sus ritmos. Y Sevilla, con su mezcla de tradición, arte y alegría, les esperaba con los brazos abiertos.

Sevilla se rinde ante el ska eterno de Madness

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Foto: Robbie Ramone

Puntuales, Suggs (voz principal junto sus inseparables gafas oscuras) y su séquito entraron como un desfile de caballeros excéntricos. Con las imágenes de un elevisor en blanco y negro de fondo y al grito de «One Step Beyond!», la plaza estalló. El saxofón resonó con fuerza y cientos de cuerpos empezaron a moverse al ritmo de ese ska bailable que ya es patrimonio de la cultura pop británica.

Madness no venía a impresionar con luces o artificios: su mayor efecto especial era su carisma atemporal, su teatralidad casi chaplinesca y un repertorio lleno de himnos generacionales.

A lo largo de la noche, Madness ofreció un setlist eufórico con clásicos como «Embarrassment», «The Prince» dedicada a su ídolo skatalítico Prince Buster, uno de sus más recientes éxitos como «NW5», la archiconocida «My Girl» o la caribeña «Wings of a Dove»,e , intercalando bromas, pasos de baile torpes pero encantadores y guiños al público español.

Mención especial para «The Harder They Come», versión del clásico de Jimmy Cliff junto a imágenes de la homónima película protagonizada por el jamaicano a primeros de la década de los 70’s y que fuera causante de introducir y lanzar el reggae en Estados Unidos con su banda sonora. A continuación «Shut Up» y la persecución escénica de algunos miembros de la banda disfrazada de policias tras el saxofonista Lee Thompson al más puro estilo Benny Hill.

Con «Mr. Apples» hizo referencia satírica a sus políticos británicos y nos hizo la pregunta de cómo estaba el panorama político actual en nuestro país.

Foto: Robbie Ramone

En un abrir y cerrar de ojos el público se había bailado ya más de la mitad del repertorio y lo mejor estaba por llegar, con «House Of Fun», «Baggy Trousers» y el clímax de «Our House», sin duda las canciones más conocidas por el público español y más coreadas en la preciosamente iluminada Plaza de España. La banda dejó lo mejor para el final: cuando sonó «It Must Be Love», la plaza entera se fundió en una especie de abrazo colectivo. Parejas abrazadas, móviles encendidos, coreografía espontánea de palmas sevillanas al ritmo del amor inglés.

A Suggs se le veía contento y motivado según mostraba esa sonrisa cómplice mientras la gente brincaba como en una buena verbena ska, riendo, cantando y dejándose llevar por la ejecución del grupo.

Las luces suaves en tono rosáceo y azul bañaban los arcos de la plaza, mientras la banda mantenía un ritmo constante, sin descanso. Las pantallas proyectaban continuas imágenes animadas de estilo retro. Todo encajaba en el estilo Madness: una mezcla de circo, music hall y ska para todos los públicos.

Incluso algunos sevillanos se animaron con trajes temáticos: tirantes, gafas de sol y sobre todo sus famosos fez, una pieza de merchandising de la banda, que no es más que el gorrito turco rojizo ideado por los musulmanes andalusíes de la ciudad de Fez (Marruecos). El público era tan protagonista como el grupo. y convirtieron el recinto en una gran pista de baile al aire libre.

Foto: Robbie Ramone

Bromeó Suggs sobre los hermanos Gallagher de Oasis parodiando la pose y el estilo de Liam al cantar y un «Gracias Sevilla, sois más locos que nosotros», antes de despedirse al ritmo de «Madness», su tema homónimo, entre aplausos atronadores y algún que otro lagrimón nostálgico para terminar con la mítica «Night Boat to Cairo» y decir adiós al respetable.

Madness en Sevilla no fue solo un concierto: fue una declaración de alegría, de no tomarse la vida demasiado en serio y de celebrar la música como una fiesta sin fronteras. Y sí, por una noche, la flema británica y el duende andaluz se dieron la mano… y bailaron sin parar durante casi una hora y media.

Más info de Madness en su Web.

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