Cada artista tiene dentro de sí mismo una verdad única, y en la búsqueda constante de esa verdad -que siempre está en constante movimiento, como las personas- reside la inspiración y la autenticidad.
Rufus T Firefly son un grupo que siempre ha estado muy cerca de esa verdad, y se acercan más con cada nueva entrega; son personas sensibles, especiales y mágicas, y lo dejan entrever en su música. Mantienen intacta la pureza de su música y de su propuesta. Y también son humildes, pero a la vez enormes cuando se juntan para hacer música. Cualquiera que haya estado en uno de sus conciertos lo podráconstatar.
Las letras del disco hablan del amor, de la naturaleza, de la lucha de lo que es puro y de la belleza de lo natural frente a la vorágine de la sociedad y la superficialidad de las cosas. Magnolia no pretende sólo entretener -como sucede con tantas propuestas musicales que triunfan en nuestro país- sino que intenta ir un poco más allá, pero lo hace de forma pacífica y sincera. No te grita, sino que te abraza y te sumerge en un caleidoscopio de olores y sabores.
También es un disco ambicioso. Como co-productor y mezclador de todos los discos en castellano de Rufus T Firefly hasta la fecha, mi mayor labor siempre ha sido ordenar y canalizar todo ese torrente de ideas que llegaba, e intentar empujarlo para que alcanzara la máxima expresión de sí mismo. Y es un torrente enorme, tal y como muestra el arte del disco con su inmensidad de color, a cargo de Julia Martín–Maestro, la baterista de la banda.
En el caso de Rufus T Firefly, cada disco ha sido un viaje distinto, en el que siempre hemos intentado huir de nuestra zona de confort, y perseguir una idea nueva y concreta. Si queremos hacer algo, siempre lo hacemos hasta el final, llevándolo todo al extremo, y sin pensar si en algún momento esto o aquello sería «demasiado». Magnolia es «demasiado» muchas veces, sí, pero es un demasiado fascinante y, sobre todo, hecho con clase.
Rufus T Firefly son una de las bandas más punteras y vanguardistas del panorama nacional, y poco a poco están reclamando un lugar propio dentro del elenco de grupos y artistas que funcionan en España.
Les ha costado (son ya más de diez años de carrera para esta banda de la pequeña localidad de Aranjuez) porque el suyo es el camino largo y difícil; y es que es complicado tener éxito en España teniendo un discurso personal y al mismo tiempo inclasificable. También es el camino que construye obras más sólidas y duraderas, de esas que dejan un poso en sus seguidores que durarátoda la vida, y que sabráenvejecer bien.
El mundo necesita discos como Magnolia y grupos como Rufus T Firefly; necesita música sincera, inquieta y de calidad. De esa en la que el autor ha ahondado en lo más profundo de sí mismo para dar a luz a algo bello y conmovedor, sin escuchar nada más que su propio fuero interno. Eso, hecho con mucho estilo, y gracias al inmenso talento Víctor Cabezuelo y sus compañeros de barco es, en esencia, Magnolia.
Texto: Manuel Cabezalí
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