El productor británico Sam George, conocido por su habilidad para transformar géneros y su meticuloso trabajo en la industria musical, ha puesto a Cáceres en el mapa del metal internacional con su más reciente proyecto: Cult of the Lamb: Hymns of the Unholy . Este EP, inspirado en la banda sonora del exitoso videojuego Cult of the Lamb , reinterpreta seis temas clave con un enfoque metalero que fusiona la atmósfera original del juego con la intensidad y energía del género. Con su estudio Mammoth Sound Studio como base de operaciones, George ha logrado reunir a músicos de distintos rincones del mundo para crear una obra única que ya está generando un gran impacto en la escena.
En esta entrevista, Sam comparte los detalles detrás de la conceptualización, producción y ejecución de este ambicioso proyecto. Desde los desafíos de adaptar música interactiva hasta el proceso de selección de colaboradores internacionales, descubrimos cómo el productor se ha convertido a Cáceres en el epicentro de esta creación global. Además, hablamos sobre el lanzamiento del primer sencillo, CULT , y lo que significa para él seguir explorando nuevos horizontes en la música.
Quizás también te interese leer:
– Ruge Boreal, la nueva sensación del Rock Alternativo
– Linkoln Park: La banda tributo que mantiene vivo el legado de Linkin Park en España
– Battle Beast: La banda de heavy metal finlandesa que arrasa
Sam George Desvela los Secretos Detrás de Cult of the Lamb: Hymns of the Unholy
Sam George, es un placer tenerte en LaCarne Magazine. Felicidades por Cult of the Lamb: Hymns of the Unholy, que vio la luz el pasado 28 de octubre. Ahora que el trabajo ya está terminado y disponible para escuchar, ¿cómo te sientes? ¿Satisfecho con el resultado?
Sam George: Gracias a vosotros por esta entrevista. Diría que estoy más que satisfecho. Antes incluso de considerar la acogida que ha tenido el disco, ha sido una experiencia increíble llevar las riendas de un proyecto de tan alto perfil, colaborar con algunas superestrellas mundiales, y que contribuyan directamente a mi música.
Pero más allá de la experiencia, la respuesta del público ha sido estupenda. Lo más importante es que los fans del videojuego se han enganchado de verdad. Han conectado con la música y les ha encantado el proyecto. Para Massive Monster era un riesgo embarcarse en algo tan arriesgado, así que contar con un apoyo total de los fans del juego ha sido muy gratificante. Esto abre camino a otros desarrolladores de videojuegos, que quizás se lancen a formas menos obvias de marketing en el futuro.
Cult of the Lamb se ha convertido en un fenómeno no solo por su jugabilidad, sino también por su música única. Sam, como productor apasionado por la innovación sonora, ¿qué te motivó a reinterpretar la banda sonora y transformarla en una obra completamente nueva?
Sam George: En primer lugar, la historia del juego y los temas que en ella se tratan tienen sinergias evidentes con el mundo del metal. El ocultismo, el sacrificio, la sangre y las vísceras son temas frecuentes en la música metal. La BSO también se prestaba a este tipo de proyecto. Tiene una gran melodía y estilo, con muchos elementos percusivos y groove que pueden reinterpretarse de forma contrastada. Estos fueron los principales factores para mí, pero es que también me encantan los retos. Llevo más de 20 años formándome como compositor y arreglista, y encuentro un inmenso placer en este tipo de proyectos complejos. La inversión mental es grande, pero la recompensa es inmensa.
La música para videojuegos no solo establece el tono emocional, sino que también responde al dinamismo del jugador. En este sentido, Sam, ¿cómo gestionas la libertad creativa al reimaginar música tan vinculada al flujo interactivo? ¿Encontraste desafíos específicos al adaptar estos temas al estilo metal?
Sam George: Bueno, desde el principio este disco nunca se diseñó para incluirlo dentro del juego, así que no tuve que preocuparme de cómo se adaptaba la música a la jugabilidad en ese sentido. Obviamente, eso me liberó un poco a nivel creativo, permitiéndome ser más libre con el desarrollo armónico, rítmico y estructural. Dicho esto, me impuse un par de «reglas» para asegurarme de que mis arreglos reflejaran la BSO con honestidad. En primer lugar, mis canciones tenían que seguir exactamente las estructuras y los tempos de las canciones de la BSO que reinterpretaban. Si las superpones, se puede ver que coinciden a la perfección.
En segundo lugar, mis versiones debían contener en todo momento al menos un elemento de la canción de la BSO. River Boy, quien compuso la BSO, me proporcionó todas las pistas originales para que las utilizara, así que pude elegir las partes que quería incluir. Siguiendo estas dos reglas, pude garantizar que me mantenía fiel a la BSO de alguna manera, al mismo tiempo que tenía muchas licencias para explorar y desarrollar mis propias ideas.
Transformar una banda sonora compuesta originalmente para un videojuego en un EP de metal no solo implica un cambio de género, sino también de enfoque narrativo y sonoro. Sam, ¿cómo estructuraste el proceso creativo para que estas piezas cobraran vida bajo una nueva identidad musical?
Sam George: Creo firmemente en la importancia de saber adónde quieres llegar antes de ponerte en marcha. Tener un plan claro me permitió tomar decisiones bien enfocadas a lo largo del proceso creativo. Sabía que las estructuras serían inusuales para la música metal, debido al hecho de que todas las canciones se basaban en varias canciones más cortas de la BSO. Por ejemplo, la última canción del disco, «DEATH», es una combinación de cuatro canciones de la BSO: «First Son, Baal», «Second Son, Aym», «Narinder» y «The One Who Waits». Esto dio a las canciones una sensación de composición total, con un viaje lineal de principio a fin, sin la repetición de secciones que normalmente se espera en una canción.
En segundo lugar, creé una paleta sonora antes de empezar, compuesta por sonidos de batería, tonos de bajo y guitarra y elementos de diseño de sonido. Esto me permitió garantizar un nivel de coherencia en las seis canciones. En tercer lugar, sabía que la contribución de los músicos iba a ser clave para aportar personalidad e individualismo a cada una de las canciones. Por lo tanto, era importante que no me dejara llevar demasiado por mi propio desarrollo, sino que dejara espacio para que los otros artistas trabajaran en él.
La mezcla y masterización son pasos cruciales para capturar el carácter distintivo de cualquier proyecto musical, especialmente cuando se busca una atmósfera única. Sam, ¿qué herramientas o técnicas específicas empleaste para darle al EP esa textura que combina lo visceral del metal con la esencia original del videojuego?
Sam George: El proceso de mezcla y masterización no tenía nada de especial. La magia surgió en los procesos de composición, arreglos y grabación. Disponer de las secuencias originales para los arreglos significaba que el alma y la esencia de la BSO ya estaban integradas en las pistas. El carácter visceral se debe a la contribución de los músicos en cada canción. Los que conozcan la batería de Mike Malyan sabrán apreciar la fuerza y el dinamismo que aporta a un disco.
Los guitarristas hicieron un gran trabajo aportando sus estilos individuales y su toque personal a cada canción, y Howard y Matt se esforzaron mucho por comprender la historia y caracterizar a los distintos protagonistas. Estos fueron los factores que realmente marcaron la diferencia.
A lo largo de tu carrera has trabajado con una amplia variedad de géneros y artistas, desde composiciones originales hasta colaboraciones internacionales. ¿Cómo compararías este proyecto en términos de complejidad y creatividad con otros trabajos que has realizado?
Sam George: Este proyecto entra en el pódium de los más complejos, eso seguro. Técnicamente he escrito música más compleja, pero el nivel de detalle y la cantidad de cosas que hay que tener en cuenta simultáneamente en este proyecto no tienen parangón en otras cosas en las que he trabajado.
En cuanto a la creatividad, en este proyecto tenía ciertos límites porque siempre había un resultado final en mente; no podía ir donde quisiera. Pero, en general, prefiero trabajar así. Me gusta definir mis límites antes de embarcarme en cualquier nuevo viaje de composición o producción, ya que me permite tomar decisiones sobre la marcha con conocimiento. Me gusta utilizar la metáfora de pintar un cuadro para explicar este punto de vista. En lugar de intentar decidir si quieres pintar algo de azul cielo o azul marino, empieza por preguntarte si quieres pintarlo de azul. Quizá deba ser rojo. Respondiendo primero a las grandes preguntas, las pequeñas resultan más fáciles.
Con un EP tan ambicioso como Cult of the Lamb: Hymns of the Unholy, el talento de los colaboradores es crucial. ¿Cómo seleccionaste a los músicos internacionales que aportaron su sonido único al proyecto? ¿Qué buscaste en sus habilidades o enfoques musicales?
Sam George: El primer factor que se tuvo en cuenta fue puramente administrativo: necesitábamos artistas que estuvieran disponibles para hacer el trabajo en ese momento, es decir, que no estuvieran de gira. Obviamente, esto redujo un poco la lista, lo cual no era malo. A partir de ahí, Massive Monster y yo escribimos una lista de músicos que queríamos que estuvieran en el disco.
Laced (el sello discográfico) también tiene una extensa lista de contactos a los que pudo recurrir. En cuanto al estilo musical de los guitarristas, queríamos músicos que tuvieran un sonido claramente identificable; queríamos que pudieras poner cualquiera de las canciones y pensar: «Eso suena a fulanito tocando». Para los vocalistas fue sencillo: queríamos dos de las voces más fuertes y reconocibles del mundo del metalcore, y no hay nada más reconocible que Howard Jones y Matthew K. Heafy.
Coordinar un proyecto musical con colaboradores de diferentes partes del mundo puede presentar desafíos logísticos significativos, desde la gestión de tiempos hasta la sincronización de las grabaciones. Sam, ¿qué dificultades encontraste al trabajar con artistas internacionales en Hymns of the Unholy y cómo lograste superarlas?
Sam George: La verdad es que el proceso fue bastante fluido. En lo que más se tardó fue en acordar las condiciones y firmar los contratos. Por lo general, todo lo que tiene que ir y venir a través de la administración lleva más tiempo. Tuvimos suerte de que en este caso no hubiera más discográficas implicadas, porque de lo contrario también habría supuesto un quebradero de cabeza. En cuanto a las dificultades artísticas, el único reto real fue comunicar las instrucciones a los guitarristas. Era un trabajo bastante inusual, en el sentido de que recibían una canción completamente formada a partir de la cual trabajar.
La mayoría de las veces, los guitarristas trabajan a partir de cero y se permiten ideas completamente nuevas, así que limitarse a una estructura rítmica y armónica fue una experiencia nueva para ellos. Hubo un par de llamadas para aclarar los requisitos del trabajo, pero nada que resultara excesivamente difícil.
Mammoth Sound Studio se ha ganado una reputación por su ambiente cuidadosamente diseñado y su tecnología de vanguardia. En este contexto, ¿cómo dirías que el entorno de tu estudio ha influido en el resultado final de la producción del EP y en la colaboración con artistas internacionales?
Sam George: Desde el punto de vista de la producción, la batería se grabó en mi sala de grabación. Para conseguir un buen sonido al grabar un instrumento acústico fuerte (como una batería o un piano) se necesitan tres cosas: un buen instrumento, una buena sala y un buen músico. Si falta alguno de estos componentes, se desmerece mucho el producto final.
Del mismo modo, en la fase de mezcla y masterización de una producción es vital contar con una buena monitorización en una sala bien tratada. Sin uno no tiene sentido tener el otro. Es la combinación de ambos lo que permite escuchar los matices sutiles de una grabación sin dejarse engañar por las imprecisiones de los altavoces o de la sala. Ésta es la diferencia más importante entre un estudio profesional y un home studio.
Por eso he dedicado tanto tiempo, consideración y dinero a diseñar una sala de grabación bonita y con carácter controlado, y lo mismo he hecho con mi sala de control, que es plana y honesta, que facilitan el trabajo profesional. Desde el punto de vista del trabajo con artistas internacionales, tener un estudio de grabación adecuado desde el que trabajar establece un elemento de legitimidad a tu capacidad para producir un trabajo de cierta calidad. Por supuesto, las herramientas son tan útiles como la persona que las maneja.
El EP Hymns of the Unholy es una reinterpretación innovadora de la banda sonora de un videojuego popular, transformada con un enfoque metal que la hace única. Sam, para quienes aún no han tenido la oportunidad de escucharlo, ¿por qué crees que este proyecto merece ser descubierto?
Sam George: El disco se plantea como un EP de metal innovador. No es necesario conocer el videojuego para acceder a él o disfrutarlo. La composición es variada y ecléctica, las estructuras son inusuales, la musicalidad es excelente y la interpretación vocal es de primera. Desde el punto de vista musical, es una escucha entretenida. Si eres fan del juego y conoces su historia, resulta mucho más fascinante. La narración y la caracterización añaden otra dimensión a la experiencia auditiva. Muchos fans han comentado en YouTube, Reddit y Discord que el EP ha mejorado su experiencia con el juego. Les ha encantado disponer de contenido adicional que desarrolla los personajes y las historias que ya conocen y adoran del juego.
Además de tu trabajo en Hymns of the Unholy, sabemos que tienes numerosos proyectos variados y emocionantes, desde la producción de música hasta la gestión de tu estudio en Cáceres. ¿Cómo logras equilibrar tu tiempo y creatividad entre diferentes frentes, desde el trabajo de producción hasta tus colaboraciones con artistas de todo el mundo?
Sam George: Bueno, lo primero que hay que decir sobre este tema es que cuando haces algo que te gusta todos los días no parece tanto un trabajo. Por supuesto, todos tenemos que llevar comida a la mesa, y en última instancia sigue siendo mi medio de vida, pero tengo la suerte de poder ganarme la vida haciendo algo que me produce tanta alegría.
En cuanto al equilibrio entre los distintos trabajos, creo que es justo decir que mi conciliación podría mejorar un poco. Cuando tengo trabajos pendientes, pesan en mi mente. Me cuesta desconectar cuando sé que hay trabajo esperándome. Mi negocio aún no está en el punto en el que pueda permitirme tener a otra persona haciendo montajes y desmontajes, preparando archivos de sesión y editando audio. Cuando el calendario esté tan lleno que tenga que hacerlo, me veré obligado a reequilibrar un poco la balanza.
Para contextualizar, uno de los estudios más conocidos del país cobra 720 euros por una sesión de grabación de piano de cuatro horas. Aquí cobro 280 euros, ¡por un día entero! No obstante, creo que es importante mantener mis instalaciones y experiencia asequibles y accesibles a la comunidad musical en general, ya que hacer música no debería ser sólo un pasatiempo de ricos.
Sam, muchas gracias por tu tiempo. Ha sido un placer poder hablar contigo. Te deseamos mucha suerte y éxito en tu carrera, y que vuelvas pronto para contarnos más. ¡Un fuerte abrazo!
Sam George Ha sido un placer hablar contigo. Y a todos los artistas y grupos que estén buscando un productor y un estudio profesional y asequible con el que trabajar, por favor, tenedme en cuenta. Podéis contactar conmigo directamente a través de la página web del estudio o de mi página web de artista.
Encotrarás más información sobre Sam George en Facebook, Instagram, YouTube, Spotify
