Han tenido que pasar cinco años desde su anterior Industries para que la banda nos presente un nuevo trabajo que además cuenta con nueva formación.
The Farm es su quinto disco y el que presenta más cambios de su extensa carrera. La incorporación de un nuevo batería (Joan Chilet) y un nuevo bajista (Álvaro González), ha supuesto que la banda suene más potente, técnica y compacta de lo que ha sonado nunca, aunque sin duda, el cambio más notable es el que tiene que ver con la voz.
Rafa Villalba es un cantante sobresaliente que domina con solvencia los registros más agresivos y guturales a los que The Sweet Metal Band nos tienen acostumbrados pero también los melódicos, propios del metal más clásico, dotando a la banda de sonoridades totalmente nuevas sin que esto menoscabe la violencia sonora de la que siempre han hecho gala.
Suenan igual de cabreados que de costumbre, pero con un rango mucho más amplio de sonidos y referencias, capaces de recordar a la locura polirrítmica y extrema de Strapping Young Lad, a los Pantera más clásicos o a la agresiva delicadeza de Opeth, sin olvidar las influencias como Slipknot o Soilwork, presentes a lo largo de toda su trayectoria.
Grabado en los estudios Fireworks (con Quique Mompó y Fernando Asensi) y en Mojave (con Manuel Tomás, que también lo ha producido y mezclado) y masterizado en Finnvox por Mika Jussila, la producción es impecable, poderosa y actual. Seis temas (y una intro) sin concesiones, directos, letales y más engrasados que nunca. The Farm es más que otro disco de una banda ya clásica en la escena, es el renacer de The Sweet Metal Band.
Metal, como siempre, pero transformado y mejor que nunca.
Por Monty Peiró