Hacía ya algo más de un año que escuché su música en directo por primera vez, y había que repetir. No tenía duda. La voz dulce y desgarrada, y la pasión que pone en sus directos, son dignos de ver tantas veces como sea posible.
Estoy hablando de nuestro amigo Víctor Fraile, que tras un periodo de pausa sobre el escenario volvía a deleitarnos con su repertorio de su álbum debut, Diarios de un Instante, y alguna que otra nueva canción que serán del próximo álbum, en el que Víctor ya se encuentra trabajando.
Fue la noche del sábado, 15 de Octubre, en la acogedora sala Jazzville, en Madrid, muy cerquita del Parque del Retiro.
*Fotos y videos de Eva María Aroca
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Velada con Víctor Fraile en la Sala Jazzville
Cierto es que la última vez que vi a Víctor Fraile en directo no fue hace un año, sino el pasado mes de junio, cuando acompañó al gran maestro Morti en un concierto mágico, en el que Morti insistió a Víctor que cantara alguno de sus temas.
En esta ocasión, muy especial también, pues era todo dentro de un ambiente entre colegas y familiares (a veces pienso que eso pone más nerviosos a los artistas que el hecho de actuar delante de personas que no ha visto jamás, ¿qué opináis?).
Había un ambiente agradable, de estar por casa, y el sonido de la sala, como bien me habían comentado, era espectacular. Todo en general creó una atmósfera íntima, con risas y emociones muy vivas, haciendo que pasáramos un rato de lo más agradable, y, la verdad, se me hizo corto.
El protagonista de la noche empezaba con esa misma canción, El Protagonista, y también fue protagonista, no menos importante, David Pérez, quien acompañaba a Víctor Fraile en esta velada tocando el piano.
Víctor hizo un repaso por todos los capítulos de su “diario”, incluso los más personales y más difíciles, como cuando se dispuso a cantar Mil Espinas, canción que él mismo aseguró que no iba a volver a cantar, pero que es un capítulo muy importante de su vida como para dejarlo de lado.
He de decir que ese momento fue realmente muy emotivo, y muchas personas de los que estábamos en la sala derramamos una lagrimita. Gracias, Víctor, por cantar esta canción de nuevo.
También hubo momento para las risas cuando justo antes de escuchar la bonita canción Aurora, David Pérez con su melódica, y Víctor Fraile con la guitarra, hicieron una breve versión de la famosa y prohibida Lambada.
También pudimos disfrutar de canciones como Telón de Acero, Todo lo que Aprendí, que, para mí sorpresa, mi hijo de ocho años, quien me acompañó en esta bonita noche, se sabía de principio a fin toda la letra.
Alcalá de Henares, ciudad cervantina que vio crecer a Víctor Fraile, y que él le tiene tanto cariño y buen recuerdo, que le dedicó su canción Esta Ciudad.
Por supuesto, no podían faltar sus temas Hay Niños Que Saben Matar, El Cielo sobre Mí, Hombre, que es una de mis favoritas de Víctor, por su forma de interpretarla, su letra, la melodía… Todo es bonito en esta canción.
Es una canción que tiene un sentimiento que siento de una forma muy cercana y personal. Eso es lo bonito de la música, que cada individuo, al escuchar una canción, la haga suya. Ésa es la magia y el arte de conectar con la música que crea el artista.
Y, cómo no, tenía que sonar su primer tema, con el que conocí a Víctor Fraile, su famosa Son de Luna.
También hubo tiempo para escuchar un par de canciones nuevas, que obviamente yo no iba a desvelar aún y no grabé, porque ya las lanzará Víctor Fraile cuando las tenga que lanzar. Pero que sepáis que yo, junto a los asistentes esa noche en la sala Jazzville, ya las hemos escuchado.
Sin duda alguna, fueron unas horas muy especiales.
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