Zarzuela Cecilia Valdés, con acento latinoamericano

El Teatro de la Zarzuela de Madrid cumplió 163 años el pasado mes de octubre. En este más de siglo y medio que ha transcurrido desde entonces, nunca fue programada en este teatro una zarzuela que no fuera española.

Por fin, el 24 de febrero pasado se estrenó esta zarzuela cubana, que adapta a la escena lírica una novela de Cirilo Villaverde titulada “Cecilia Valdés” o “La Loma del Ángel” (que está considerada la primera novela cubana.

Su primer tomo se publicó en La Habana en 1839, y la obra completa se publicó en Nueva York en 1879, y en su versión definitiva también en Nueva York en 1882).

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Los autores musicales de la Zarzuela “Cecilia Valdés” son el cubano Gonzalo Roig, que realizó la partitura musical, y Agustín Rodríguez y José Sanchez-Arcilla, autores del libreto inspirado en la novela antes citada.

Esta zarzuela es tenida en Cuba como símbolo indiscutible de su cultura popular y de la idiosincrasia cubana. En Cuba hay registradas más de 3.000 partituras de Teatro Lírico (zarzuela).

No es el único caso del desarrollo de la lírica en América. El género lírico se extendió por todo el Continente, y dio sus frutos en otros países como Argentina, Méjico, Guatemala, Costa Rica, Puerto Rico, Colombia o Perú (la conocida canción “El Cóndor pasa” pertenece a una zarzuela con el mismo título de Daniel Alomar Robles, que llegó a estrenarse en Lima).

“Cecilia” es también una película de 1982, con un argumento derivado de esta zarzuela del director Humberto Solás, y protagonizada por Daisy Granados e Imanol Arias.

Posteriormente, Ernesto Lecuona realizó la obra “María de la O”, inspirada también en esta misma historia, y otras zarzuelas como “El Cafetal” o “Rosa la China”.

La obra lírica se estrenó en el teatro Martí de La Habana el 26 de marzo de 1932, y, luego, el tenor cubano Miguel de Grandy realizó una obra que se estrenó en el Teatro Payret de La Habana el 25 de diciembre de 1961, y que es la que ahora se representa en el Teatro de La Zarzuela de Madrid.

El escultor cubano Erig Rebull realizó una escultura en Bronce de Cecilia Valdés que se encuentra ubicada frente al atrio de la Iglesia del Santo Ángel Custodio, justo en la Loma del Ángel, en La Habana.

Al igual que en la novela originaria, los personajes están marcados por un destino trágico, propio de la novela romántica del siglo XIX, y se desenvuelve en La Habana colonial hacia 1830.

El escritor cubano Reinaldo Arenas hizo otra versión de la novela original, dotando a la historia un sesgo satírico con el título “La Loma del Ángel” (1987).

El director de escena, Carlos Wagner, ha trasladado la acción a un cafetal de la Cuba de Batista, previa a la revolución castrista.

Pero la idea original de la novela de Cirilo Villaverde se desarrolla en 1812, en el Barrio del Ángel de La Habana, donde Cándido Gamboa, hacendado español casado con una criolla, seduce a María del Rosario Alarcón “Charito”, una mestiza pobre que da a luz a Cecilia, que es arrebatada de los brazos de su madre al nacer, y que es llevada a la Real Casa Cuna para evitar el escándalo, pero antes de que la niña fuera entregada, su abuela (Chepilla) le ha hecho una marca de media luna azul en el hombro para que siempre pueda ser identificada.

Charito, al serle arrebatada su hija, pierde la razón. Tras una serie de circunstancias que reflejan la brutalidad de los amos respecto del trato dado a los esclavos en ese momento, pasando por el enamoramiento del hijo de don Cándido, Leonardo, hacia Cecillia, de la que éste ignora que es su hermanastra, y cómo su madre criolla comprende la situación incestuosa de la posible relación, le obliga a casarse con Isabel, tras lo cual Cecilia convence a su amigo José Dolores de que mate a Leonardo.

Cecilia es condenada como cómplice del asesinato, y es condenada a ser encerrada un año en el Hospital de Paula, el mismo lugar donde lleva muchos años recluida su madre Charito.

Antes de morir, Charito reconoce a su hija Cecilia por la marca de la media luna azul de su hombro. La obra termina con una oración de gracias a la Virgen de la Caridad del Cobre por haberle devuelto a su hija perdida al cabo de tantos años, y una gran apoteosis final….

El director musical es Oliver Díaz, y el reparto, donde se resalta el acento latinoamericano, lo componen Elizabeth Caballero y Elaine Álvarez (que se alternan en el papel de Cecilia Valdés), Martín Nausspaumer y Enrique Ferrer (en el papel de Leonardo), Homero Pérez-Miranda y Eleomar Cuello (en el papel de José Dolores Pimenta), Linda Mirabal (en el papel de Dolores Santa Cruz), Cristina Faus, Yusniel Estrada, Lilián Pallares, Amparo Depestre, Paloma Córdoba, Rosario Beholí, Amara Carmona, Alberto Vázquez, Eduardo Carranza, Isabel Cámara, Juan Matute, Ileana Wilson, Nacho Almeida, Dayana Contreras, Giraldo Moisés de Cárdenas y Georbis Martínez, y el Coro Titular de la Zarzuela con la Orquesta de la Comunidad de Madrid.

Todos ellos realizan una interpretación ajustada con especial mención a la esclava liberada de Linda Mirabal, y al barítono Eleomar Cuello, de timbre especialmente aterciopelado, que sobresalieron con su calidad vocal sobre el resto del reparto.

La obra musical profundiza en el elogio al son cubano y a la riqueza rítmica afrocubana.

Por último, hay que hacer especial mención a los bailarines Dairi Brown, Amara Cárdenas, Alejandro Colás, Malvin Montero, Olga Moreno, Karel H. Neninger, Diana María.

Nkogo, Nelson Pará, Eunate Quesague, Michel Regueira y Carla Rodoli, que ofrecieron un espectáculo lleno de ritmo y colorido.

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