Betty Davis, la diosa del Funk

We are the Funk! Y de repente, en un mundo de hombres, aparece una leona a la que es imposible domar, porque se ha dado cuenta de que es dueña de su voz, de sus ritmos, pero sobre todo de su cuerpo, un cuerpo movido por la sensualidad y los movimientos groovies más increíbles y con nombre propio, el de Betty Davis.

Va para ti, Silvia, te quiero mucho.

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Betty Davis, la diosa del Funk

betty davis

Betty Mabry nació en en Durham, Carolina del Norte, el 26 de julio de 1945. Creció en la granja de su abuela en Reidsville, pero pronto la familia marchó primero a Pittsburgh y después a Nueva York, donde nuestra joven protagonista, ya con 16 años, se inscribe en el Fashion Institute of Technology.

Nos encontramos en un momento en que la ciudad de Nueva York es centro cultural, y donde las influencias de Greenwich Village lo invaden todo. No iba a dejar escapar este momento nuestra Betty, así se sumergió profundamente en ese mundo. A menudo se la veía por el Cellar, un club de moda de la zona alta, donde solía pinchar música y donde se reunía la gente joven, moderna y guapa del momento: actores, modelos, cantantes…

Además, por esta época aparece en sus primeros trabajos de modelaje, en revistas como Seventeen, Ebany o Glamour (las superpops del momento, vaya). Conocería a mucha gente en esta época, haciéndose gran amiga de Jimi Hendrix y Sly Stone.

Sin embargo, su camino musical comenzó de la mano de su amiga, la cantante de Soul Lou Courtney, quien la produciría su primer sencillo, The Cellar. Betty Davis no era una mera intérprete, ella componía letras y hacía arreglos también.

Las influencias musicales de Betty fueron B.B. King, Jimmy Reed y Elmend James entre otros músicos de Blues; sin embargo, las experiencias vividas en estos primeros años en la gran manzana le llevaron a hacer este sencillo a modo de Jam. De 1964 serán los sencillos Get Ready For Betty y I’m Gonna Get My Baby Back.

También grabó un dúo junto a Roy Arlington, I’ll Be There. Después se unió a Hugh Masakela, con quien grabó varias canciones: Line, Love, Learn y It’s My Life. Pero su primer trabajo profesional reconocido no sería hasta 1967, cuando compuso Uptown (To Harlem) para el grupo The Chambers Brothers.

En 1969 comienza una relación muy compleja junto a nuestro colega Miles Davis. Estos dos juntos eran una auténtica bomba de relojería, tanto musical como emocionalmente.

En este momento, Betty grabará 5 canciones para Columbia Records, producidas por Miles Davis y Teo Macero. Tres de ellas eran composiciones de Betty, y las otras dos una versión de The Cream y otra de Credence Clearwater Revival; sin embargo, no se vendieron mucho, y acabaron archivadas hasta un recopilatorio que vio la luz en 2006 Betty Davis, The Columbia Years, 1968-1969.

En 1971, ya separada de Miles Davis, se marcha a Londres para seguir su carrera como modelo. Vuelve al año siguiente. Su intención es grabar con uno de los artistas del momento, Santana, pero en vez de eso grabó canciones propias acompañadas de los mejores músicos de Funk de la Costa Oeste, dando como resultado su primer disco propio, Betty Davis, una maravilla que fue lanzado en 1973, obteniendo varios éxitos, como Shutt Off The Lights o If I’m In Luck I might Get Picked Up.

Después vendrían los álbumes They Say I’m Different (1974) y Nasty Gal (1975). Ninguno llegó a ser un gran éxito, algo que no logramos entender, pues son el ABC del Funk del momento. Entre algunos de los miembros de su última banda encontramos a Herbie Hancock, Chuck Reiny o Alphonse Mouzon

Mucho éxito en la escena underground e internacional, pero en 1979, Betty se cansa de todo y decide dejar la música y volver a su Pittsburgh, donde vive tranquilamente hasta ahora.

Betty Davis fue una de esas cantantes que a pesar de haber triunfado en el submundo de la industria musical, influyó en muchos artistas. Por ejemplo, a Miles Davis le introdujo en el mundo de la moda (y menudos conjuntitos se gastaba el amigo), pero también el de las nuevas tendencias musicales (le presentó a Jimi Hendrix y le introdujo en el mundo del Funk clásico y la psicodelia); el disco Filles Of Kilimanjaro de Miles Davis tiene como portada un retrato de Betty, además incluye una canción con su nombre.

Su sonido fue considerado como Funk-Punk, y sus actuaciones en vivo eran una pura performance. Tanto ella como sus músicos salían a escena semi desnudos, a modo de personajes de Burlesque. Ella maullaba, gruñía, gemía, y reclamaba llevar el mando.

En sus canciones hablaba de amor y sexo, pero también de los trapicheos comerciales de los managers, el acoso sexual en el mundo de la música, y el uso de la mujer como mercancía. Su carrera musical fue muy castigada por medios y críticos, que no aceptaban, en su puritanismo americano, que una mujer fuese libre sexualmente y encima presumiese de ello

Betty Davis fue una adelantada a su tiempo, tanto que muy pocos entendieron su sonido, tan libre, tan lleno de sensualidad y ritmo. Por ello le rendimos el homenaje que merece como diosa indiscutible del Funk.

Y siempre digo lo mismo, que os pongáis el disco del artista de turno bla bla bla, pero en este caso os obligo a ello, sobre todo si nunca habéis escuchado a esta bestia parda de la música. Os aseguro que no os va a dejar indiferentes.

Puedes escuchar a Betty Davis en Spotify

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