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Antes de nada, me gustaría decir que no estaría de más buscar referencias de estos músicos citados, porque ahora sólo voy a hablar de Joey. Molinaro da conciertos de música compuesta por él ejecutando piezas únicamente con el violín, su voz, y llevando el ritmo con los pies. Una combinación muy sugerente porque da la impresión de estar viendo a un minigrupo acústico o eléctrico con una intensidad increíble.
Después de su concierto a solas, nos incorporamos los demás e hicimos un set muy dinámico, divertido y bastante loco, ya que acabamos tirando taburetes al suelo y tocando con ellos puestos en la cabeza. En cuanto vi que Joey se dedicaba a desvariar, yo me lancé a la piscina sin pensarlo…, y eso que yo estaba tanteando al principio, al no saber cómo podría reaccionar él. Un show muy performático. Un tipo muy atractivo este Joey, sí. Una buena referencia suya: ver enlace
Otra de mis experiencias improvisatorias es que también he estado tocando con un par de cuartetos, aunque solo voy a hablar de uno de ellos, simplemente porque tengo alguna documentación de ese concierto, no porque esté más contento con un cuarteto que con el otro. Las dos experiencias han sido muy excitantes.
Precisamente con el cuarteto del que no voy a hablar, Aether, vamos a repetir concierto en dos semanas, debido a que nos fuimos muy contentos de la primera sesión (a ver si conseguimos grabar algo ese día). El cuarteto al que me voy a referir es el formado con Enrique Zaccagnini, Gregorio Kazaroff y Marta Sáinz.
Enrique y Marta tienen un registro muy amplio: desde lo más abstracto e intimista, lleno de detalles (el concierto que dimos ese día fue más o menos en esa línea) hasta lo más ruidoso, escandaloso y carente de ellos. Fue un concierto donde aprendimos todos mucho, descubriendo en el momento nuevas formas de expresión y nuevas estrategias. Hay una pequeña muestra en este video:
No es que sea una muestra muy fiable de lo que pasó allí, pero eso es lo que pasa con este género musical. Esos momentos son efímeros y esos sonidos también, son irreproducibles. He aquí uno de sus atractivos.
Y otra de las experiencias improvisatorias son los encuentros entre los miembros de la Orquesta de Libre Improvisación Raras Músicas. Ya he comentado alguna vez que esos “ensayos” no son ensayos propiamente dichos.
En esos encuentros aprovechamos para tocar, compartir ideas y probar diversas estrategias. Una de ellas es la que está reflejada en esta grabación:
Tocamos cinco piezas distintas, en las que solo había diferencia de ritmo y timbre entre cada una de ellas. Debido a que la única regla que había era que cada uno de los que íbamos a tocar decidiéramos dos de las cinco piezas, sólo podíamos tocar en dos de ellas.
Algo muy interesante (que ya lo probé cuando estuve en Cáceres con Epy Figueroa y cía el pasado mes de enero) porque eso obliga a cambios de timbre continuos, algo primordial en este tipo de música, en mi opinión. Eso es lo que crea distintas texturas y cambios de atmósferas.
Y la última de las experiencias improvisatorias han sido las grabaciones. He grabado a través de la red con gente distinta. Por ahora no tengo los resultados, pero en cuanto los tenga, no duden que hablaré de ellos.
Esto de grabar a kilómetros de distancia es algo único e increíble desde mi punto de vista. Es otra forma de entender la música. No sólo existe el directo, la grabación es una herramienta primordial a mi modo de ver para expresar todos los pensamientos.
Por supuesto, hace décadas que ya se sabe esto, pero internet ha dado una nueva dimensión.
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La naturaleza de la Improvisación
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