Donizetti y el secreto de El Elixir de amor

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Hoy dedicamos nuestras líneas a la música clásica y a Gaetano Donizetti, que, por si no os suena mucho, fue junto a Rosinni y Bellini uno de los compositores italianos más famosos y reconocidos del S.XIX.

Estos tres compositores triunfaron en la escena operística de aquella época, sobre todo en la llamada corriente belcanista, pero, a diferencia de sus coetáneos, Donizetti destaca por ser el que más composiciones realizó.

Su repertorio abarca numerosos géneros como sonatas, música de cámara, obras orquestales, cantatas, dúos, oratorios, música religiosa, cuartetos para cuerda, sinfonías, etc. Pero donde más destacó fue en ópera. Hay alrededor de unas 75 óperas escritas por Donizetti, de las cuales unas 71 las escribió entre los años 1816 y 1884.

A lo largo de las siguientes líneas haremos un breve recorrido por la vida de Donizetti, donde veremos cuáles fueron sus primeras obras, el gran éxito de una de sus mejores composiciones llamada Elixir de amor, y el trágico y triste final del compositor italiano.

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Donizetti y sus primeras composiciones

Fue la ciudad italiana de Bérgamo la que vio nacer en 1797 a Gaetano Donizetti. La familia del compositor era muy humilde, y, a diferencia de otros compositores, no tuvo un ambiente musical familiar.

Cuando Donizetti contaba con tan solo nueve años fue admitido en una escuela de música, donde comenzó a dar sus primeros pasos en su formación musical. Este tipo de escuelas era gratuita, y su principal función era formar a cantantes y músicos para los coros de las iglesias.

Simon Myr fue uno de los fundadores de este tipo de escuelas que reciben el nombre de Lezione Caritatevoli (que viene a traducirse algo así como «lecciones caritativas»). Myr, que también era compositor y maestro en esta escuela, se dio cuenta enseguida de las grandes dotes que poseía el pequeño Donizetti, así que lo tomó bajo su protección para enseñarle.

Debió hacerlo muy bien, y en 1811 siguió formándose en el conservatorio de Bolonia. Allí recibió clases del que fuera también maestro de Rossini, Mattei, de quien aprendió a componer. Donizetti poseía una gran destreza y facilidad para componer tanto sinfonías como cuartetos para cuerda, y fue en esta época cuando compuso su primera ópera.

Siguió ampliando sus conocimientos musicales y compositivos en Nápoles, y fue en 1817 cuando Donazetti regresaba a Bérgamo para estrenar al año siguiente su primera ópera, Enrico di Borgogna. Tan solo unos años después, en 1822, representó otra ópera llamada Zoraide di Granata, y la ciudad elegida para hacerlo fue Roma.

Fue tal el éxito que obtuvo con esta representación que fue contratado en Nápoles para llevar a cabo otras representaciones operísticas, aunque la ópera que le llevó a lo más alto, y con la que se hizo famoso fue la ópera Ana Bolena, que publicaría unos años más tarde en 1930.

Los grandes éxitos de Donizetti

Donizetti alcanzó la fama con sus óperas, y fue uno de los precursores en extender el llamado bel canto por toda Italia y Europa. En aquella época, el canto lírico, la ópera, alcanzó una gran fama y eran muchos los compositores italianos los que ocupaban los carteles de los grandes teatros.

Como os comentábamos al principio, Donizetti se acompañó de otros grandes representantes de la época, como sus coetáneos Bellini y Rossini. De hecho, había bastantes piques entre ellos por demostrar quién era el mejor compositor.

Donizetti fue, por mayoría, uno de los mayores productores de ópera en comparación con los dos anteriormente mencionados. Ahora bien, tenía muchos fans, pero también muchos detractores y críticos. Muchos fueron los que comparaban las obras de Donizetti con las de Rossini, criticaban las de Donizetti porque eran demasiado predictivas, y que las melodías no se adaptaban al drama de la escena.

Y es que Donizetti posicionaba todo el peso de sus óperas en el canto y en su belleza más que en la estructura armónica, algo que hasta el momento nadie había hecho. Esta característica en las óperas del italiano no gustaban a la crítica más tradicional, que comparaba al artista como un mal imitador de Rossini.

Pero las críticas no hicieron mella en Donizetti, que siguió componiendo óperas a una velocidad pasmosa, pues como ya os hemos dicho llegó a componer un total de 75 óperas entre los años 1816 y 1884.

Comenzó a ser famoso con la representación de la ya mencionada Zoraida di Granata, aunque la etapa de mayor esplendor del compositor llegó a partir de 1830. De entre sus óperas encontramos destacados y conocidos títulos como Anna Bolena, Lucia di Lammermoor, Maria Stuarda, L’elisir d’amore, Linda di Chamounix, La Favorite o Don Pasquale entre muchísimas otras.

Donizetti fue un revolucionario en su época por su innovadora forma de componer. También introdujo algunos cambios en cuanto a las representaciones operísticas, pues sustituyó al cantante que solía ser una mujer vestida de hombre, por un cantante (hombre) tenor.

El italiano quiso intruducir cambios en la ópera que estaba siendo representada en aquellos momentos, una ópera muy arraigada en los convencionalismos del S. XVIII.

A pesar de la fama que alcanzó como compositor, Donizetti no tuvo mucha suerte en la vida. Se casó con Virginia Vasselli y con ella tuvo tres hijos, pero todos murieron. Pero la tragedia no termina aquí, pues tan sólo un año después de la muerte de sus padres, Donizetti perdía también a su mujer a causa del cólera.

Pero Donizetti, además, también estaba enfermo. Había contraido sífilis, y por aquella época una de los tratamientos que se llevaban a cabo para su cura era con mercurio, lo que provocó en el artista numerosos trastornos mentales. Su enfermedad hizo que fuera ingresado en un psiquiátrico de París, y posteriormente se trasladó a la casa de unos amigos en su Bérgamo natal, donde finalmente, y presa de la locura, acabó falleciendo el 8 de abril del año 1848.

La producción operística de Donizetti es bastante amplia, y con ella consiguió destacar la figura del tenor y su bel canto. Podríamos decir que estableció las bases para lo que vendría después con otro gran artista y compositor italiano, el gran Verdi.

L’elisir d’amore y su aria más famosa «Una Furtiva Lagrima»

Una de las óperas más famosas de Donizetti es L’elisir d’amore, El Elixir de Amor, que se estrenó en el teatro de Milán en 1832. Hacía muy poco tiempo que el italiano había estrnado su anterior ópera, y aún estaba algo dolido por el fracaso que tuvo este estreno. Además, L’elisir d’amore la había compuesto en muy poco tiempo, por lo que el artista aún estaba más nervioso.

Esta ópera destaca de entre todas porque fue la primera en la que Donizetti introduce el bel canto, esa importancia que el compositor da al cantante y a la belleza de su canto y melodía.

Esta ópera, aunque no pueda parecerlo, es cómica, o cómica romántica, pues en ella Donizetti nos cuenta la historia de Nemorino, un joven enamorado de una bella e inteligente muchacha llamada Adina. En la escena aparece Nemorino suspirando de amor por ella, y viéndose como un verdadero tonto porque ella no se ha fijado lo más mínimo en él.

Todo ello podéis verlo representado en la primera aparición de Nemorino sobre la escena en la que canta este aria Quanto é bella.

A lo largo de la ópera se suceden diferentes escenas y situaciones, entre ellas la llegada al pueblo o a la ciudad de un vendedor ambulante. Éste posee un extraño elixir, el elixir de amor.

El protagonista de esta ópera ingiere grandes cantidades del elixir desesperado por ser correspondido por su amada, elixir que no es más que vino, así que podéis haceros una idea de la borrachera que llevaba el amigo.

Y tras varias situaciones, como decíamos, que van ocurriendo a lo largo de la ópera, llega el aria más famosa de esta ópera, la sin duda bellísima Una furtiva lagrima. En ella (la tonalidad musical) se aprecia una profunda tristeza por la tonalidad de las primeras notas, pero en realidad, el protagonista está contento porque puede que la mujer a la que ama corresponda su amor, porque ha visto una furtiva lágrima sobre su mejilla y eso le da esperanza. Quizás ese elixir de amor haya surtido efecto sobre la mujer amada.

La mejor forma de oirlo y sentirlo es a través de uno de los más grandes tenores de todos los tiempos, Luciano Pavarotti y su espectacular interpretación de esta famoso aria. Pelos como escarpias!

Una bonita historia que acaba, atención spoiler, con final feliz. Os lo destripamos: Adina se compromete con otro, pero finalmente decide romper su compromiso porque en realidad está enamorada de Nemorino. Un bonito final para una gran ópera cómico romántica cargada de cierta ternura y melancolía.

Aunque no seáis mucho de música clásica, por muchos otros géneros que escuchéis, Una furtiva lágrima deja huella, y si al escucharla no se os ponen los pelos de punta, es que no sabéis escuchar de verdad.

Si os ha gustado, os recomendamos que escuchéis este podcast del programa Las mañanas de RNE con Pepa Fernández, en la que el gran Ramón Gener explica de forma muy sencilla todo lo que contiene Una furtiva lágrima.

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