De nuevo viajamos a la cuna de la música negra americana, de nuevo nos vamos a Nueva Orleans, pero en esta ocasión para mover la cadera al ritmo del pionero del Rock and Roll. Un artista carismático que representa mejor que nadie ese espíritu musical de una ciudad con sonidos tan propios que sólo podemos definir como sonido Nueva Orleans… Vamos a mover el esqueleto con Fats Domino.
Quizás también te interese leer:
– Lee Scratch Perry, el padre del Dub
– Sharon Jones, la nueva reina del Soul
– Betty Davis, la diosa del Funk
Fats Domino, pionero del Rock and Roll
Antoine Dominique Domino Jr nació el 26 de febrero de 1928. Proveniente de una familia de origen criollo francés, era el menor de 8 hermanos, y su padre era violinista a tiempo parcial. Durante un breve tiempo acudió a la escuela Louis B. Macerty, pero lo abandonó para ponerse a trabajar como ayudante de repartidor de hielo.
Con 10 años tuvo su primer contacto con un piano. Le enseñaría a tocar su cuñado, el músico de Jazz Harrison Verrett. Con 14 años ya se encontraba actuando en bares de la ciudad, sin embargo la oportunidad le llegaría en 1947, cuando el director de la Orquesta de Nueva Orleans, Billy Diamond, aceptó hacerle una audición (se la hizo en el patio de su casa durante una barbacoa). Lo hizo tan bien que Diamond le contrató inmediatamente para su banda, Solid Senders, que actuaban todos los días en Hideaway Club.
Fue en este momento cuando cambió su nombre por Fats, homenajeando a pianista como Fats Walker y Fats Pichon (y también por su voraz apetito).
En 1949 firmó su primer contrato con un sello musical, concretamente con Imperial Records. Junto a Dave Bartholomew escribió The Fat Man, una canción basada en el tema Junker´s Blues, y con el que alcanzó el número 2 en la lista de R&B vendiendo más de un millón de copias. Este tema es considerado el primer hit de Rock and Roll de la historia.
Ahora sí que empezaba la carrera comercial de Fats Domino. A partir de aquí, la fama de Fats Domino empezó a crecer, sacó bastante canciones con éxito (todas junto a Bartholomew), y siempre se acompañaba de grandes músicos locales, como Smokey Johnson, Lee Allen o Earl Palmer. Aparte de los trabajos con Imperial Records, nuestro protagonista trabajaba mucho como pianista de sesión para otros músicos y sellos discográficos, de ahí que la influencia de Fats sea tan grande, su sonido se expandía.
A mediados de los 50, entró en la escena Pop con el sencillo Ain’t That A Shame, el primer éxito de Fats Domino en una lista pop de Billboard.
Finalmente, su primer álbum vería la luz en noviembre de 1955 con el nombre de Rock And Rollin’ With Fats Domino. Un año después alcanzaría el número 2 de la lista Billboard Juke Box durante varias semanas con el tema Blueberry Hill.
Vendió más de 5 millones de copias por todo el mundo. Esta canción es un hito en el Rock And Roll, y será versionada por artistas como Elvis, Little Richard o Led Zeppelin. Fue también número 1 en las listas de R&B y su mayor éxito.
Fats Domino siguió cosechando éxitos: I’m Walkin’, Valley Of Tears, Be My Guest… se hizo bastante famoso, incluso apareció en dos películas: Shake, Rattle & Rock y The Girl Can’t Help It. Recorrió EE. UU. y actúo en multitud de programas de televisión, haciendo de su sonido algo tremendamente popular. Esto le llevó de gira por Europa a principios de los 60.
Imperial Records moría en 1963 con más de 60 sencillos de Fats a sus espaldas. Nuestro prota pasó al sello ABC-Paramount Records, que le llevó a grabar a Nashville, Tennesse. La colaboración con Bartholomew había acabado y sus nuevos productores cambiaron un poco el sonido de sus composiciones, añadiendo un acompañamiento de coro vocal que se acercaba a un estilo más country; sin embargo, esto coincidió con el comienzo de la “invasión británica” y Fats caía en picado en popularidad.
El gran reconocimiento no llegaría hasta los años 80: el Salón de la Fama, Grammys, Medallas de honor… Su último disco como tal fue una recopilación para Navidad, lanzado en 1993, y su última gira fue en 1995, estando en Europa se puso malo y decidió que no se movería más del área de Nueva Orleans.
Durante los desastres del Katrina, se pensó que había muerto, pues su casa se encontraba en una zona que sufrió mucho, incluso apareció una pintada en su casa que versaba “Rip Fats. You will be missed«, pero finalmente fue rescatado por un helicóptero de la guardia costera y llevado al refugio de Baton Rouge, pues lo habían perdido todo.
En 2006 la ciudad de Nueva Orleans se propuso reconstruir su casa. Ese mismo año, ya totalmente apartado de los escenarios, lanzó un disco, Alive and Kickin’, en beneficio de la Fundación Tipitina (en apoyo a músicos locales indigentes y ayuda a la preservación del sonido de Nueva Orleans), y se trataba de grabaciones inéditas de la década de los 90.
El 19 de mayo de 2007 se subía por última vez a un escenario, en el Tipitina’s, un concierto benéfico que fue grabado y televisado bajo el nombre de Fats Domino: Walkin’ Back To New Orleans. Fue una despedida al más puro nola, con muchos artistas invitados y mucho sonido propio.
Ese mismo año, Vanguard lanzó un disco, Goin’ Home: A Tribute To Fats Domino, con sus canciones grabadas por artistas famosos como Elton John, Willie Nelson, Neil Young, Robert Plant, Tom Petty o Lenny Kravitz. En 2012 hizo una pequeña aparición en la serie de mi vida Tremé haciendo de sí mismo. Con 89 años, y rodeado de su familia, su vida se apagaba el 24 de octubre de 2017.
El legado de Fats Domino es innegable. Considerado por críticos y músicos como el pionero del Rock and Roll, él era tan humilde que cuando le preguntaba decía: “lo que ellos llaman Rock and Roll, es el R&B que he tocado durante 15 años en Nueva Orleans”, y así era.
Pero también es verdad que todos lo rockeros de los 50, ya fuesen blancos o negros, estaban tremendamente influenciados por el sonido de Fats. En una entrevista en 1969, un periodista llamó a Elvis Rey del Rock, a lo que él contesto: “No, el verdadero Rey del Rock es y siempre será Fats Domino”.
Además fue de los primeros artistas negros en tener fama entre el público blanco, incluso fue de los primeros en unir audiencias sin importarle la segregación racial.
Con su peculiar estilo de piano Boogie-Woogie, Fats Domino abrió la escena musical hasta límites insospechados y su sonido traspasó todas las fronteras posibles, creando una escuela que con el paso del tiempo se vería reflejada en el futuro el Rock.
Tupé, camisa elegante, y mucho movimiento de cadera, eso junto al piano de Fats hace que nada pueda salir mal, así que bebe hasta la colina del arándano y mueve ese cuerpito de R&B.