Legati es una banda oriunda de Chihuahua que se autodenomina como “Rock Barroco”. Sin embargo, para los oídos más elementales de este redactor, su música destila Power Metal de excelso nivel.
A mediados de mayo, la agrupación finalmente presentó su segundo larga duración titulado: H.A.D.E.S. (2020). Después de haber presentado Path to Synchrony en 2016, su nueva obra es un excelente segundo paso que mantiene el nivel de la banda.
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Legati lanza su segundo disco H.A.D.E.S.
H.A.D.E.S es un álbum en el que venían trabajando por lo menos desde hace dos años. Sus primeros anuncios fueron lanzados en 2018, dejando escuchar canciones tan pronto las componían y grababan.
Fue así como se pudieron conocer algunas piezas como «Closer», «The Reminder», y la homónima del álbum, dejando ver que estaban cocinando un trabajo de enorme calidad, tanto a nivel de composición y ejecución.
Su producción es perfecta. Confirma que la escena mexicana finalmente ha conseguido un estándar por demás interesante, en el que sus discos ofrecen un sonido que permite hacer brillar a las canciones.
Utilizan muchísimas orquestaciones, cuya atinada mezcla ayuda a que las piezas aumenten su dimensión, y alcancen niveles de epicidad que diez años atrás habría sido inimaginable escuchar en una banda mexicana. Esto cada vez está siendo más común.
Después de una introducción llamada «Battle of the Seas», donde plantean el contexto de la obra, el disco inicia con altas dosis de energía desde su primera pieza.
«Ocean» es una canción donde la agrupación deja ver su enorme poder en todos los sentidos, y esta intensidad no la bajan durante sus ocho piezas, y poco más de media hora de duración.
H.A.D.E.S. se alimenta a través de dos ejes principales: la guitarra de Edgar Hira y la voz de Lluvia Domínguez, todo aderezado con orquestaciones que alimentan perfectamente la emoción de las piezas.
No es por demeritar el trabajo de Jonathan Contreras (batería), ni el de León (bajo), por el contrario, las canciones exigen en cuanto a velocidad y ejecución, pero su rol claramente se coloca en un segundo plano al no tener ninguna introducción, ni solos, ni algo que vaya más allá de ser los soportes vitales de los dos ejes previamente mencionados.
La voz de Lluvia Domínguez se mantiene proverbial. En ocasiones recuerda a la de Sabine Edelsbacher, de Edenbridge, sólo que Domínguez ofrece tesituras más avezadas que evidencian un enorme rango que sabe aprovechar favorablemente, dependiendo si se trata de estrofas o de estribillos. Edgar Hira ha cristalizado todavía más su trabajo de guitarra. Aprovechando las bondades de estudio. Éste músico se multiplicó en las grabaciones dejando sonar riffs y líneas melódicas armonizadas (y a veces muy devastadoras), como en las estrofas de «Gods of Sorrow».
H.A.D.E.S. cierra con dos piezas más relajadas: «Reminiscence» y «Gone», dos canciones muy curiosas porque, a pesar de ser las menos aguerridas del álbum, mantienen una enorme dosis de distorsión y de arreglos orquestales que impiden bajar la potencia de todo el disco en su conjunto.
Legati optó nuevamente por el camino de la independencia, lo que explica en gran medida el enorme lapso de tiempo que les tomó poder culminar esta obra.
Sin embargo, su lento pero seguro paso es una gran muestra del inquebrantable espíritu que esta banda posee. H.A.D.E.S. es una obra que paga con creces todo el trabajo invertido, y que el fanático fácilmente podrá comprobar.
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