A estas alturas resulta estéril decir que existen dos Luzbel. Sin ninguna necesidad de acudir a la nostalgia, y con una labor creativa constante, Raúl Greñas ha demostrado que él es Luzbel, a prueba de cambios de alineación, obstáculos y litigios rabiosos.
Retorno a la obscuridad: solamente hay un Luzbel
Después de lanzar El templo del odio (2016), marcando el primer álbum inédito de Luzbel en más de dos décadas (el último fue La rebelión de los desgraciados, 1994; aunque El comienzo fue publicado en 1997, no era un disco nuevo como tal), la agrupación sufrió la partida de Mike de la Rosa, cuya inclusión siempre dividió a los fanáticos entre los que les gustaba su estilo y quienes no disfrutaban su presencia en el escenario.
El anuncio de Mike González como la nueva voz de Luzbel tomó a muchos por sorpresa, y aunque el también vocalista de Aiam y Erogena hizo un gran esfuerzo para ganarse a la fanaticada con relativo éxito, todos sabían que la verdadera prueba de fuego vendría con las nuevas canciones que dieran inicio formal a su propia era.
Esto finalmente llegó con El retorno a la obscuridad (2019), un EP de cuatro canciones inéditas que dejan ver el gran estado en que se encuentra Luzbel compositivamente hablando.
Inicia la era de Mike González con Luzbel
El proceso creativo fue realizado ya con Mike González como miembro de la banda, por lo que estamos ante canciones hechas exprofeso para su timbre, cadencia y estilo, dando como resultado cuatro piezas muy consistentes que evidencian a una banda perfectamente establecida.
Mike González ejemplifica a la perfección al vocalista consciente de sus recursos. Sabe lo que es capaz de dar y lo explota al máximo. Es increíble el enorme rango que posee su voz.
Escucharlo en Earth’s Crying (2001) de Erógena, y luego en El retorno a la obscuridad, hace pensar que estamos ante dos vocalistas diferentes.
El retorno a la obscuridad marca también el reencuentro de Raúl Greñas y Humberto Vázquez, el “nuevo” bajista que a inicios de 2019 se unió a Luzbel debido a la partida de Víctor Nava, quien por cuestiones personales tuvo que hacerse a un lado.
Humberto Vázquez es un bajista que participó en tres discos cardinales del heavy metal mexicano. Grabó el único álbum hasta la fecha de Cuero y Metal: Juicio Final (2016), y fue el bajista de la banda de culto Argus, el proyecto alterno que Raúl Greñas formó a principios de los 90 durante un periodo en el que Luzbel estuvo inactivo, lanzando dos verdaderas joyas: El vigilante (1990) y El valle azul (1992).
El retorno a la obscuridad abre la puerta para un nuevo disco de Luzbel
El retorno a la obscuridad está perfectamente producido.
Su mezcla permite escuchar todos los instrumentos y percibir qué es lo que aporta cada uno a la canción, como en Íncubo, donde varias voces corean de fondo en el estribillo y usan piano durante el solo de Greñas, consiguiendo una pieza musical de altura, y no una saturación de instrumentos sin sentido.
El bajo de Humberto no desaparece ante los riffs de Greñas, sin que tampoco suene por la fuerza. Hay un gran equilibrio en el sonido de ambos músicos. El trabajo de Jorge Curiel en la batería sigue siendo encomiable, sobre todo porque su función no es tocar piezas a mil por hora con ritmos intrincados (que perfectamente podría interpretar sin ningún problema), sino mantener el beat de las canciones con la perfección milimétrica que lo caracteriza incluso en vivo.
Por su parte, Raúl Greñas sigue manteniéndose como un referente del heavy metal mexicano. Pasajero de tu vida posee una introducción excelsa, que evidencia el gran estado en el que se encuentra su técnica, confirmando el compromiso que este músico le rinde a su guitarra.
Aunque es breve (¡apenas 18 minutos!), El retorno a la obscuridad funciona muy bien para demostrar el actual estado de Luzbel: confirma que sigue siendo una agrupación de gran calado, que no está dispuesta a vivir del pasado, aumentando favorablemente la expectativa de un futuro nuevo álbum.
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Excelente reseña. Luzbel llegó para quedarse y tomar el trono que siempre le ha pertenecido!!!