Malasangre y su monumental canción «La Patraña»

Malasangre

Malasangre irrumpe en la campaña electoral con La Patraña

Después de 10 de silencio, sin si quiera presencia en las redes sociales, Malasangre irrumpe en plena campaña electoral con esta monumental canción, La Patraña, de hechura impecable.

Se ve que la presentan con prisas, con las mezclas acabadas la semana pasada y el video que preparaban sin llegar, pero sus autores tenían algo que decir al electorado, “precisamente ahora que está siendo adulado y embaucado por los políticos para que les voten y vuelvan a justificar así el saqueo perpetrado a nuestras arcas públicas y privadas, a nuestras conquistas sociales, a nuestra soberanía y a nuestra libertad”.

«La Patraña» es una canción extraña, inclasificable, que sus autores definen más bien humorísticamente como rap sódico.

Tiene partes recitadas, partes susurradas, partes cantadas y partes gritadas con desesperación. Arropados por un arreglo sinfónico sobrecogedor, se desgranan 80 endecasílabos asonantes para describir “la orwelliana sociedad en que malvivimos con nuestro beneplácito”, mediante la alegoría de una planta invasora, la Patraña, que arrasa el planeta y que además transmite una enfermedad al ser humano devastadora.

Como quien da unos cachetes a alguien que ha perdido el conocimiento para que lo recobre y vuelva en sí, Malasangre previene al pueblo para recordarle el proverbio: La primera vez que me engañas, la culpa la tienes tú; la segunda, la culpa la tengo yo.

La Patraña es una reflexión sobre las consecuencias de aceptar la mentira y sobre la propia responsabilidad del pueblo, el adulado y engatusado y mil veces engañado, de su depauperada y triste situación. Después de 10 años de silencio, Malasangre no podía seguir callado porque, como sentenció Brecht, “cuando la verdad sea demasiado débil para defenderse, tendrá que pasar al ataque”.

Anteriores trabajos

Canciones para la Resistencia (1997). Tras varios años actuando en solitario y con diversas formaciones ircunstanciales, Benito Malasangre reunió finalmente a un quinteto estable con el que grabó, en 1997, su primer isco, Canciones para la Resistencia, en el que se incluían temas que ya había grabado en diversas maquetas desde 1993. Este CD, autoproducido, incluía trece de sus temas más combativos, escritos desde 1992, y tuvo muy buena acogida entre la crítica especializada. Tanto José Miguel López (Discópolis), como Diego Manrique (El Ambigú) lo mencionaron como uno de los discos más interesantes de los publicados en 1998.

Derecho a la Locura (2000). Para grabar su segundo disco, Benito Malasangre recurrió a músicos procedentes del jazz, y sus propias composiciones se empaparon de swing, bossa y, por supuesto, blues. Fueron precisamente las canciones incluidas en este nuevo disco, Derecho a la Locura, que salió a la calle en Julio del 2000 distribuido por Alía Discos, las que conformaron el repertorio de la gira de Artistas en Ruta promovida por la Asociación de Intérpretes o Ejecutantes (A.I.E.). En su grabación participaron un total de doce músicos, la Transfusión Band, además de las colaboraciones especiales de Quintín Cabrera y Albert Pla. El disco incluye un relato en el que se narra un encuentro fantástico entre Benito Malasangre y don Quijote. En una aparición el hidalgo le muestra a Benito el camino hacia la locura, y las 13 canciones del disco son las etapas del recorrido. Como ocurrió con su anterior trabajo, derecho a la Locura fue recibido con críticas elogiosas especialmente en el ámbito de Radio3, y lo han venido pinchado en programas tan diversos como Discópolis, El Ambigú, La Bahía, El Despertatroz, Peligrosamente Juntas y La Ciudad invisible.

Amatoria (2003). Bajo este título reunió una colección de canciones de asunto amoroso. El tempo es notablemente más lento que en los dos anteriores discos y hay también una mayor poetización en los textos. Benito Malasangre grabó estas canciones acompañado por un trío de genuinos músicos de jazz, recurriendo a estilos como el swing y la bossa, pero también al bolero, al tango, al vals e incluso a la rumba, como en la versión del antológico I’ve got you under my skin, de Cole Porter.

Blues castellano (inédito) (2001). Benito Malasangre puso música a un total de 14 canciones extraídas del poemario de Antonio Gamoneda Blues castellano. Un complejo y bien trabado trabajo poético-musical que no llegó a editarse.

Endechas (inédito) (2006). El último disco de Benito Malasangre, grabado en 2006 y por el momento inédito, reúne una serie de canciones de marcado carácter evocador y melancólico. Acompañado exclusivamente por guitarra española y violín y con un tono en ocasiones casi recitativo, se desgrana el trabajo más poético de este cantautor sin concesiones.

Poética-Mente (2006-2016). Bajo este título ha reunido Benito Malasangre las canciones compuestas en esta última década, cuya grabación ha tenido que aplazar en repetidas ocasiones. Cercano en muchos sentidos a Endechas, da un paso más en su decantación por la poesía, con canciones que hablan de la canción misma y del propio quehacer poético.

La Patraña (2016). Monumental canción de Benito Malasangre y David Sáenz de Buruaga que narra poética y sinfónicamente la orwelliana sociedad en que vivimos mediante la alegoría de una planta invasora, La Patraña, que transmite además una enfermedad enajenadora y devastadora.

Benito Malasangre ha compartido escenario con cantautores como Quintín Cabrera, Luis Pastor, Ángel Petisme, Javier Krahe y Albert Pla, con quien realizó dos giras, en 2001 y 2002. Ocasionalmente ha actuado también junto a Tonino Carotone, Julián Hernández, El Mecánico del Swing, Rafael Amor, Olga Manzano, Ismael Serrano, Pepín Tre, Pablo Guerrero, Amaia Zubiría, Tontxu y una larga lista de nombres y grupos menos conocidos.

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