Os pongo en situación: año 1955, en Norteamérica suena la radio en el típico barrio negro, donde las melodías habituales se mueven entre el Blues, el Jazz y el R&B. De repente, una noche empieza a sonar I Got A Woman, una canción sobre amor carnal, incluso sexual, pero con los ritmos que han sonado por la mañana en la iglesia. Un chaval ciego, con una voz desgarradora, explotaba, clamando desde el averno acompañado con un piano que sonaba a la vez a góspel y a Honky-tonk. Y de un plumazo, Ray Charles había inventado el Soul.
Ray Charles Robinson nació el 23 de septiembre de 1930 en Albany, Georgia, en el seno de una familia muy pobre. Pronto se mudaron a una comunidad de Greenville, en Florida, donde él y su hermano fueron criados por su madre y su abuela, ya que el padre los había abandonado. Ya en esta época Ray se había fijado en la música. Su madre era muy amiga del regente del Red Wing Cafe, Wylie Pitman, lugar donde sonaba continuamente Boogie Woogie. Wylie Pitman sería el primer maestro de piano de Ray.
Con cinco años empezó a tener problemas de vista. Mientras su hermano pequeño, George, moría ahogado al caer en una tina de agua, estando a su cuidado, sin que Ray pudiese hacer nada. Con 7 años quedaba ciego definitivamente. Ante esta situación, su madre decidió que su hijo debía aprender y poder valerse por sí mismo. Así que, después de mucho pelear, consiguió que fuera admitido en la Escuela para ciegos y sordos de Sant Augustine, en Florida. Aquí, entre otras cosas, aprendió música braille y a tocar el piano y el clarinete. Estaría entre 1937 y 1945, año en que la madre de Ray murió y, después de unos altercados con un profesor, finalmente era expulsado. En ese momento se mudó a Jacksonville con una pareja amiga de su madre, y empezó a tocar por allí y por aquí, incluso se hizo del sindicato de músicos, donde conocería a muchos colegas, y donde pronto se ganaría una buena reputación de talentoso. Finalmente marcha a Orlando. Serán años duros. Con 16 años Ray vivía en la pobreza casi extrema. Finalmente consiguió trabajo haciendo arreglos para diferentes bandas pop.
En 1947 se convierte en pianista de The Honeydippers con las primeras grabaciones, muy influenciado por Nat King Cole, a quien Ray admiraba profundamente. Así continúo unos años más. En 1948 marcha a las ciudades del norte junto a un adolescente de 15 años llamado Quincy Jones, siendo habituales en la banda de Ma Son Trio.
Con 18 años es descubierto por el magnate de Atlantic Records, y firma con la compañía con la que estaría 7 años sacando discos, que iban desde el Jazz al R&B. Así comienzan con las grabaciones, ninguna fue excesivamente popular, hasta que en 1953 graba Mess Around, que rápidamente se convierte en un éxito. Y éste será el comienzo de una carrera vertiginosa hacia el éxito. Serán años de temazos como Midnight Hour, Sinner Prayer, This Little Girls Of Mine o What’d I Say, que se convirtió en número uno en las listas de R&B (aunque también fue vetada en muchas emisoras nacionales por su letra sexualmente sugerente). A finales de los años 50 tenía una banda completa, donde destacaban las increíbles The Raelettes (con quien Ray mantenía un dialogo musical muy cercano a la cópula a partir de los ritmos más frenéticos y enérgicos que una banda de música negra haya conseguido jamás), y recorría el país de templo en templo de la música (Teatro Apollo, El Carnegie Hall, el Festival de Jazz de Newport…).
En 1959 ficha por ABC-Paramount. Con esta compañía tendría un contrato muy liberal, pues consiguió la propiedad de sus canciones más populares y el control artístico de sus creaciones. Será el momento de temas tan icónicos como Hit the Road, Jack o Georgia On My Mind, una canción compuesta en los años 30, y que tal vez sea uno de los temas más versionadas de la historia de la música negra. Ray Charles tuvo problemas en el propio estado de Georgia al no querer tocar en el auditorio de Atlanta segregado en 1961, fue denunciado por incumplimiento de contrato, y finalmente tocó en un estadio desagregado. En 1979, el propio estado proclamaba la canción como himno oficial del estado, y Ray la interpretaba en el acto oficial de legislatura estatal (EE. UU. y su doble moral…).
Los años 60 llegaron cargados de ritmos nuevos para nuestro Ray, pronto se introdujo en el Country con su disco Modern Sounds in Country And Western Music. Este testigo lo recogerá Otis Redding directamente.
Estos años fueron también complicados para Ray. Con una personalidad compleja, empezó a juguetear con la heroína y la marihuana, pensaba que podía ayudarle a crear música y a aprovechar su creatividad (la funesta sombra de Charlie Parker era alargada…), se me ponen los pelos de punta al imaginarme ciega y puesta de caballo. A mediados de los 60 es detenido por primera vez por posesión y consumo de drogas. Sin embargo le soltaron en seguida, pues el registro se hizo sin una orden oficial. Esto sucedería en dos ocasiones más, hasta que es condenado a hacer rehabilitación para evitar la cárcel. Consiguió desengancharse de la heroína después de 17 años de adicción… Eso es fuerza de voluntad, joder!
Los 70 llegaron con poca fuerza. Con la llegada del Rock psicodélico, el Funk y el Groove, el sonido de Ray quedaba un poco de lado, sin embargo, esto no desmotivó a nuestro artista, que seguiría con una activísima producción de grabaciones. Muy importante es el disco A Message Of The People, donde la influencia de los ritmos evangélicos y la canción protesta serán enormes, destacando la versión America The Beautiful.
Los 80 seguirán siendo muy productivos, discos cercanos al Country, grandes colaboraciones, actuaciones en hasta 11 películas (grandísimo el cameo como vendedor de guitarras en Granujas a Todo ritmo de los Blues Brothers), anuncios, programas de televisión… Ray era toda una personalidad. Empiezan los reconocimientos, estrellas en el Paseo de la Fama, reconocimiento, en el Salón de la Fama del R&B, Grammy Lifetime, medallas nacionales, doctorados honoris causa, premios nacionales, títulos honoríficos, actos oficiales en la Casa Blanca… En 1986 creó la Fundación Ray Charles para el apoyo financiero a instituciones y organizaciones para la investigación de trastornos de la audición. Dejaría una herencia de 20 millones de dólares para la asistencia de niños negros sordos.
En 2004 le es detectada una enfermedad hepática. Moría por la misma el 10 de junio de ese mismo año con 73 años. Su última aparición pública fue en un homenaje a su estudio de música como un hito histórico en Los Ángeles. Varios años después salió a la luz una grabación inédita, el disco Genius Loves Company, un disco de duetos donde le escuchamos junto a B.B. King, Willie Nelson, Nathalie Cole, Diana Krall o Van Morrison entre otros.
Como veis, la vida le dio mucho de sí a Ray Charles. Con una infancia marcada por la más extrema de la pobreza, Ray se hizo a sí mismo gracias a la fuerza interior que le dominaba, la música. No puede clasificarse dentro de ningún estilo, él escribió, compuso, tocó varios instrumentos, e interpretó casi todos los estilos musicales. Heredero directo del Rock sureño y el R&B, Ray consiguió darle a los jóvenes de los 50 lo que necesitaban, alejarse de los sonidos y mensajes encorsetados del Blues, el R&B y el Góspel, y cantar sobre la vitalidad, el amor y el desenfreno. Así nacía el Soul, que en palabras del propio Ray “no es un estilo musical, sino una manera de vivir”.
Ray Charles no conoció límites musicales (y casi en su vida: tuvo 12 hijos de 10 mujeres diferentes, ahí es nada), su revolución en la música negra abrió el camino a muchos de los artistas de los que ya hemos hablado aquí. Hoy en día, estos ritmos pioneros nos son muy populares, pero en los años 50 fueron toda una explosión. Además, no debemos olvidarnos del plus de la religión, al sacar el Góspel de la iglesia, Ray cometía casi sacrilegio, algo que encantaba a los jóvenes (y por lo que tuvo muchos problemas). Sin Ray Charles no conoceríamos la música negra y tal como la conocemos ahora. Brother Ray, gracias por todo.