Ha sido totalmente un sueño hecho realidad. Qué ganas tenía de este concierto tan especial. Nada más y nada menos que la gira del 30º aniversario de Sôber, banda que todos conocemos, liderada por los hermanos Escobedo, junto a su otra banda, Savia, y el sonido maravilloso de la banda Skizoo, con el siempre grande Morti.
Cierto es que tenía mis dudas sobre si escribir o no acerca de esta gran concierto. Es obvio que una experiencia así merece ser contada y ser revivida, pero por otro lado tenía muchas ganas de disfrutar de la experiencia como una fan más. De hecho, me vais a disculpar ya que grabé un par de videos, unas pocas fotos y poco más. Realmente necesitaba vivir el momento. Además, este concierto era uno de mis regalos de cumpleaños, así que, venga, vale, lo cuento, pero de una forma diferente. No como colaboradora, sino bajo la experiencia de una fanática viendo por primera vez a sus bandas favoritas juntas.
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Sôber, Savia y Skizoo – Gira 30 aniversario
(La nueva fecha para el concierto de Valencia es el próximo 12 de Abril en el Auditorio Municipal de Burjassot)
El pasado 8 de marzo, día de la mujer, y dos días después de mi cumpleaños, estaba impaciente y muy nerviosa por lo que estaba a punto de vivir. Como comentaba anteriormente, era la primera vez que veía a mis bandas favoritas juntas. A Sôber los había visto ya en mi ciudad y alguna vez más, pero como Savia, no, y a Skizoo, ¡nunca!
Y diréis vosotros «pues han ido muchas veces a Madrid«. Ya, pero yo estaba trabajando o no estaba en Madrid por entonces. Así que era normal que estuviera nerviosa y tan emocionada por vivir esta experiencia. Ahora entenderéis por qué me ilusiona tanto hablar y escribir sobre Morti, de quien tengo la fortuna de tener su amistad después de tantas entrevistas y reportajes, y porque soy una pesada, “pero en un nivel intermedio” (risas). En fin, amigo Morti, ya sabes que yo “ni mucho, ni poco”, que tengo ya mucha costumbre sueca, y soy muy «Lagom».
En Madrid, un día lluvioso, pero daba igual. Iba a hacer mucho frío, y yo me vestí como si fuera a subir al Everest, y pasé un calor tremendo. Y yo sin abanico, pero ahí estaba, puntual a mi cita. Apertura de puertas a las 19:30. Me coloqué justo al lado de los chicos de sonido, y, mientras esperaba a que comenzara el gran espectáculo, tuve la suerte de conocer al grandísimo profesional tras las cámaras Rubén Vílchez, de Sabotatge Productios. Fue una grata coincidencia porque me parece un chico súper majo y agradable.
Sôber, Savia y Skizoo, un trío explosivo
Eran justo las 21:30 de la noche cuando el gran espectáculo comenzaba. Los hermanos Escobedo, Manu Reyes y Antonio Bernardini salían al escenario recibidos por un caluroso aplauso de los asistentes. Un gran escenario, con dos pantallas a los lados del mismo para no perderme ningún detalle.
No sabía muy bien cómo iba a ser la dinámica del concierto. Si primero tocaría Sôber, y luego Savia y Skizoo, pero la verdad es que se fueron contrapeando un grupo con otro, haciendo que la experiencia fuera muy atractiva y amena para el público.
No puedo nombrar, ni quiero, todas las canciones que tocaron. Fueron más de veinticinco canciones. Algunas me las sabía mejor que otras, pero empezaron con La prisión del Placer. Hubo una colaboración muy especial junto al violinista Charly Pérez para el tema Brazos Altos, Caras Bajas.
Exploté de alegría rockeando con Arrepentido, aunque eso fue ya casi al final del concierto, pero salté y canté con temazos como Tiempo, Estrella Polar, y, por supuesto, con las canciones de mis Skizoo de mi corazón, que por fin veía en concierto, haciendo que mi cumpleaños fuera muy especial.
Cómo no cantar al son de Arriésgate, No todo está perdido, Habrá que olvidar, y la preciosa canción Algún día, y sabía que ese Algún día iba a llegar, y por fin llegó. Cumplí otro sueño, y, como fanática que soy, os lo comparto con toda mi ilusión. Aquí definitivamente me olvido de jergas o patrones periodísticos, y os lo cuento con ese nivel de intensidad que me caracteriza (Sorry, not sorry).
Puntualizar que el concierto duró unas tres horas y media, que me emocioné bastante en algunas partes, como por ejemplo en el momento de Inmortal, cuando recordaron a su amigo y compañero fallecido, Alberto Madrid, y también cuando Morti acababa alguna de sus apariciones estelares interpretando los clásicos de Skizoo, y todo el público coreaba su nombre: «Morti, Morti, Morti«. Literalmente la piel de gallina y alguna lagrimilla.
Bestial! No se me ocurre otra palabra para describir esa “guerra” entre Manu Reyes y Carlos Escobedo, cada uno en sus baterías.
Y hasta aquí os cuento esta experiencia que viví con mucha ilusión, como una niña. ¡Qué digo! como una fan loca en toda regla que llevaba sus carpetas del instituto llenas de fotos de estos chicos. Gracias, Sôber, Savia y Skizoo por esta gran noche.
Y esta noche fue sólo el principio de una gira que seguirá por Barcelona, Bilbao, Santander, Galicia, y más ciudades. Así que si quieres tener una experiencia tan especial como es celebrar treinta años de trayectoria (que pocas bandas pueden decir eso), no os lo penséis mucho e id ya mismo a comprar vuestras entradas.
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