Timo Tolkki y su concierto más nefasto

Timo Tolkki se presentó el pasado 13 de septiembre en el Circo Volador de Ciudad de México, como parte de una gira que lo llevó por seis ciudades más de la República Mexicana. El principal atractivo no era su actividad como solista, sino el hecho de que interpretaría canciones de Stratovarius.

La gira fue acompañada por Wings of Destiny, una de las manifestaciones más extraordinarias de power metal en Centroamérica, quien aprovechó para interpretar una hora de material propio ante un público que apenas si llenaba la mitad del lobby del Circo Volador.

A pesar de que el audio hacía que los guitarristas sólo interpretaran su instrumento mímicamente (pues no se escuchaban nada por la saturación), la gente respondió favorablemente. Es muy poco común ver bandas de Centroamérica en Ciudad de México.

Anton Darusso demostró ser un excelente frontman, motivando a que las personas alzaran sus manos y gritaran con él al ritmo de los riffs. El escenario no le quedó pequeño para nada. El resto también demostró seguridad, muy a pesar de que el sonido parecía ser únicamente una batería saturada con sonidos distorsionados y ya.

Todos esperaban el momento de ver a Timo Tolkki, quien tocó por última vez en aquel recinto en 2005, como parte de la gira en la que Stratovarius promocionó su disco homónimo.

Un músico fuera de forma

Timo Tolkki

Fue muy extraño escuchar canciones de Stratovarius con tres guitarras; sin embargo, la que más se escuchaba era la de Timo Tolkki. Una de las liras de Wings of Destiny simplemente hacía las bases, lo que ayudaba bastante a conseguir un sonido más cercano a las versiones de estudio. La tercera guitarra interpretó las armonizaciones que le correspondían al teclado, incluso ejecutando algunos solos de Jens Johansson.

Timo Tolkki no eligió las canciones de la gira, cuya lista varió muy poco entre una ciudad y otra. Tampoco tuvo oportunidad de ensayar con la banda previamente, el ensamble fue ocurriendo a medida que se fueron acumulando las fechas de la gira, algo que se notó en piezas como Against the wind o Speed of Light, donde por momentos hubo vacíos al no saber los solos del teclado, o en qué momento detenerse y entrar.

En ocasiones, entre canción y canción, a Tolkki le daba por empezar a interpretar temas que el resto de la banda no tenía, pero que el público sí se sabía. Desgraciadamente había un problema con el cable de su guitarra que dejaba escuchar un desagradable sonido, impidiéndole tocar a plenitud.

Tolkki envía señales de reunirse con Stratovarius

El clímax ocurrió en el meridiano de la noche, cuando Tolkki tomó su guitarra acústica dispuesto a interpretar Forever, pero empezó a tocar Coming Home. Chemel Neme, cantante invitado, no se dio cuenta que estaba tocando otra canción sino hasta el momento de su entrada. No tuvo más que reír, y dejar a Timo solo en el escenario, quien cantaba ensimismado la pieza mirando hacia abajo.

En ese momento todas las voces del Circo Volador se fueron acumulando una a una hasta que la pieza fue cantada por casi toda la gente, dejando sorprendido a la agrupación al punto que Anton Darusso sacó su celular para grabarlo, alentando a la gente para que siguiera cantando.

En algún momento de la noche, Timo agarró el micrófono pidiendo silencio, pero fue cuando todo el Circo Volador comenzó a corear su nombre. “Es muy difícil que se callen, ¿verdad? Así es Latinoamérica”, dijo. Luego hizo saber a los ahí presentes que antes del concierto había tenido una conversación con su tocayo: Timo Kotipelto. “Ahora nos llevamos bien”, dijo.

Sabido es que, en febrero de este año, ambos Timos se encontraron en un concierto de Stratovarius, de la que se difundió una fotografía, e incluso trascendió que el próximo álbum de la banda incluiría una canción compuesta por él. ¿Señales de una inminente reunión? Los planetas parecen alinearse.

Timo Tolkki es una estrella venida a menos

El concierto terminó con Speed of Light, evidenciando el nulo ensayo entre banda y Tolkki. El finlandés intentó detenerse a improvisar algo, pero la batería siguió con la canción hasta que Tolkki se volteó para pedirle que se detuviera.

Su improvisación sonó como un horrendo alarido que nadie entendió. Cuando decidió continuar con la canción, tomó a la banda por sorpresa, aunque con esfuerzo lograron incorporarse a tiempo, terminando la canción y dando fin también a un concierto lleno de nostalgia.

El concierto nos mostró claramente que estamos ante una estrella venida a menos. Mientras Stratovarius, sin ningún miembro original, es capaz de tocar en el escenario principal del Circo Volador, Timo Tolkki apenas si pudo convocar a un lobby medianamente lleno.

Mucho se ha dicho del desequilibrio mental que acechó a Timo Tolkki en sus últimos años con Stratovarius, llegando a poner en jaque a la banda; sin embargo, en esta ocasión se pudo ver a un músico muy humilde y sencillo, completamente dispuesto a recibir el cariño del público, con quien se mostró muy abierto y extendido. Ojalá que Infinite Vision sea el vehículo que lo vuelva a poner en las primeras filas del power metal internacional.

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