El virtuosismo conceptual e instrumental, absolutamente necesario

Virtuosismo Conceptual

virtuosismo conceptualLos integrantes de la Orquesta de Libre Improvisación Raras Músicas solemos reunirnos una o dos veces al mes en lo que llamamos de forma habitual “ensayos”, aunque no es un ensayo al uso porque no preparamos piezas concretas.

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En estos encuentros nos dedicamos principalmente a tocar, pero también empleamos mucho tiempo a hablar e intercambiar opiniones entre todos nosotros. Estos intercambios sirven para que expongamos cada uno nuestros distintos puntos de vista de lo que puede ser la improvisación libre y aplicar todas estas teorías a la práctica: “La teoría guía, pero es el experimento quién decide”.

En el último ensayo salió a relucir una idea que me llamó mucho la atención, el llamado “virtuosismo conceptual”, término que al parecer el primero en utilizarlo fue Eddie Prévost, uno de los pioneros de la improvisación libre y miembro del grupo AMM, en Londres, a mediados de los años 60. Me llamó mucho la atención ese término precisamente porque es una idea que llevo defendiendo mucho tiempo, pero que no había llegado nunca a expresarlo de una forma tan sencilla y tan directa.

En la música en particular, y en el arte en general, puede haber dos tipos de virtuosismo, el técnico (o instrumental) y el conceptual (más intelectual). Con el virtuosismo conceptual me refiero a las horas y horas, y vueltas y vueltas que se le da a la cabeza y que dedica un artista para llegar a un concepto que defina su obra, o lo que es lo mismo, adquirir un lenguaje que sea característico, propio y personal de cada uno.

Por supuesto que el virtuosismo instrumental es importante y lo mejor es compaginarlo con el conceptual, pero, claro, a mí la pregunta que me ha venido siempre es si ese virtuosismo instrumental es absolutamente necesario.

Desde mi punto de vista es más importante el otro, el conceptual, y mi lucha desde hace mucho tiempo es exponer la idea de que en muchas ocasiones el virtuosismo técnico (que normalmente es el único que se valora y se aplaude) es muchas veces superfluo, y se convierte en un mero escaparate para dorarle la píldora al músico o artista de turno, y para hacer autobombo de lo “guapo y de lo guay” que es quién lo practica (muchas veces parecemos abuelitas dándole mimos a su niño del alma), sin darnos cuenta de que esa actitud y manera de entender la música o el arte muchas veces aburre hasta a los muertos, y que se está adornando con muchas florituras, en ocasiones, un concepto casi inexistente.

Juan Crek (miembro del grupo pionero experimental Macromasa) me dijo un día esta frase: “prefiero una nota mal tocada, a miles de notas…………bien tocadas”, frase que acompañamos con una sonora carcajada. Ya dije en uno de los primeros capítulos que escribí aquí (creo que el de Poliedro Kobold) que el guitarrista de los Ramones decía que no hacía “solos” de guitarra, primero porque no sabía hacerlos, y segundo porque los odiaba. Con todo esto quiero hacer ver mi opinión de que el virtuosismo técnico o instrumental es una condición necesaria para crear una obra de arte, pero no suficiente.

En cambio, el virtuosismo conceptual sí es necesario y, además, suficiente muchas veces. Creo que esto último se ve muy bien en la música improvisada libremente, ya que en ella el lenguaje que se utiliza se lo crea uno mismo y no se lo enseña nadie. El “concepto” de cada forma de expresarse en la improvisación libre sale de lo más profundo de nuestra alma, si es que el alma existe.

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