World Music: Ritmos de Todos los Continentes

La música ha acompañado al ser humano desde tiempos inmemoriales. A través de los cantos, ritmos y melodías, las comunidades han expresado su identidad, sus creencias y su visión del mundo. En este contexto, el concepto de World Music surge como una categoría que busca reunir expresiones musicales de diversas culturas, muchas veces fuera del eje central de la industria occidental.

La World Music puede entenderse como un espacio de encuentro, un puente que conecta tradiciones, lenguajes y sensibilidades sonoras de todo el planeta.

Quizás también te interese leer:
Blondie: estilo y legado de los iconos del punk y la new wave
Paranoid, el álbum esencial de Black Sabbath que definió el sonido del heavy metal
Nile Rodgers: productor de hits eternos y alma del sonido disco-funk mundial

World Music: Orígenes del término

world music

El término World Music comenzó a utilizarse sobre todo en la década de 1980, especialmente en países como Inglaterra y Estados Unidos. Productores y sellos discográficos buscaban una etiqueta comercial para agrupar ciertas músicas tradicionales y folclóricas que no encajaban dentro de los géneros populares dominantes, como el rock, el pop o el jazz.

El año 1987 suele considerarse un punto clave: un grupo de productores británicos se reunió para acordar un nombre que ayudara a promover en el mercado sonidos provenientes de África, Asia, América Latina y el Caribe. El término “World Music” fue elegido por su amplitud y facilidad de identificación. Desde entonces, se convirtió en una categoría de referencia en disquerías, festivales y medios especializados, permitiendo la visibilidad de tradiciones que hasta ese momento estaban reducidas a circuitos locales.

Lo cierto es que la World Music no debe entenderse como un género homogéneo, sino como un universo plural que abarca desde cantos ancestrales de pueblos originarios hasta fusiones contemporáneas que mezclan instrumentos tradicionales con tecnologías modernas.

Diversidad sonora y geográfica

Cada región aporta sus timbres, escalas y formas de concebir la música, enriqueciendo un panorama mundial que nunca deja de renovarse.

África: los ritmos del afro beat del cantante y compositor nigeriano Fela Kuti, la kora de Toumani Diabaté en Malí o las polirritmias congoleñas han conquistado escenarios internacionales. 

Asia: la música clásica india, con sus ragas y talas, ha influido en artistas occidentales desde los años sesenta. En Japón, el taiko y el shamisen se unen con propuestas electrónicas de vanguardia.

América Latina: géneros como el tango, la cumbia, el samba o la música andina han trascendido fronteras y se integran en la World Music como expresiones identitarias y globales al mismo tiempo.

Medio Oriente: el oud, la darbuka y los cantos sufíes forman parte de un repertorio sonoro que ha inspirado a músicos de distintas latitudes.

Fusión y diálogos interculturales

Uno de los aspectos más fascinantes de la World Music es la posibilidad de generar encuentros entre tradiciones. La colaboración entre artistas de diferentes culturas ha dado lugar a proyectos innovadores. Ejemplos notables son el trabajo del músico estadounidense Ry Cooder con músicos cubanos en el célebre Buena Vista Social Club, o las fusiones entre el senegalés Youssou N’Dour y estrellas del pop occidental como Peter Gabriel, Paul Simon o Neneh Cherry.

También tenemos el ejemplo del dúo francés Deep Forest fusionando su música electrónica con voces de la lengua Baegu procedente de las islas Salomón, o música tradicional proveniente de las regiones de Europa Oriental como Mongolia, Hungría o Bulgaria. Estas colaboraciones no solo expanden el alcance de las músicas tradicionales, sino que también proponen nuevas formas de creación artística, en las que lo local y lo global dialogan en igualdad de condiciones.

World Music en la era digital

Con el auge de internet y las plataformas de streaming, la World Music ha experimentado una transformación profunda. Hoy en día, es posible acceder con un clic a cantos inuit, a grupos de folk búlgaro o a bandas de fusión de Mongolia. Este acceso inmediato ha democratizado la escucha y ha contribuido a difundir sonidos que antes circulaban en circuitos reducidos.

Sin embargo, la globalización digital también plantea desafíos: la sobreoferta de música puede diluir la atención hacia tradiciones específicas, y existe el riesgo de que lo “exótico” se consuma de manera superficial, sin comprender el contexto cultural que lo sostiene. Por ello, es importante acompañar la difusión con espacios educativos que permitan apreciar la profundidad histórica y social de cada manifestación.

Festivales y reconocimiento internacional

Los festivales especializados han jugado un papel crucial en la consolidación de la World Music. Encuentros como el WOMAD (World of Music, Arts and Dance), fundado por Peter Gabriel en 1982, han reunido a artistas de distintos continentes y han acercado estas propuestas a públicos diversos. Se lleva a cabo cada año en diferentes países como Estados Unidos, Canadá, Australia, Japón, Reino Unidos y en la ciudad de Cáceres, España, desde 1992, entre otros.

Asimismo, la creación de categorías específicas en premios internacionales, como los Grammy Awards o los BBC Radio 3 Awards for World Music, ha contribuido a reconocer y valorar la labor de músicos que antes permanecían invisibles para la industria global.

Impacto cultural y social

Más allá del aspecto artístico, la World Music cumple un rol social y político. Muchas veces, estas músicas son vehículos de resistencia, memoria y reivindicación cultural. Por ejemplo, el reggae jamaiquino, con su mensaje espiritual y contestatario, o las canciones de protesta latinoamericanas, han encontrado en la World Music un canal de amplificación internacional pudiendo promover la tolerancia, el respeto y el diálogo intercultural.

En un mundo cada vez más interconectado, la World Music nos recuerda que la música no entiende de límites geográficos ni de etiquetas rígidas. Es un lenguaje universal que, al mismo tiempo, preserva la singularidad de cada pueblo. Escucharla es abrirse a la experiencia de lo otro, y también reconocerse en el espejo sonoro de la humanidad.

Discos con influencias de la World Music:
Paul Simon, Graceland, 1986
Peter Gabriel, Peter Gabriel IV, 1982
Deep Forest, Boheme, 1995

Valora este contenido

¡Haz clic en una estrella para puntuarlo!

Promedio de puntuación 4.6 / 5. Recuento de votos: 13

Hasta ahora ¡no hay votos! Sé el primero en puntuar este artículo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *