Joao Gilberto, eterno legado del padre de la Bossa Nova

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¿Os suena el texto escrito aquí debajo, verdad? Sin duda es la canción más famosa que ha regalado Brasil al mundo (sin contar con lo que nos hizo Xuxa a los niños de los 80 de medio mundo…), pero no sólo eso, también se trata del icono de un estilo musical nacido de la combinación de la Samba y el Jazz: la Bossa Nova, cuyo principal arquitecto será el protagonista de esta nueva entrega: O Mito, Joao Gilberto.

Olha que coisa mais linda
Mais cheia de graça
É ela menina
Que vem e que passa
Num doce balanço, a caminho do mar

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La Bossa Nova: letras de amor, añoranza y nostalgia

Antes de entrar en materia, vamos a explicar un poco qué es la Bossa Nova, un estilo musical tan metido en el imaginario popular que es difícil que alguien no sea capaz de reconocerlo. Pero, ¿de dónde sale? La Bossa Nova es un estilo de samba que se desarrolla en Brasil en los años 50, principalmente en la zona de Rio do Janeiro.

A diferencia de la samba, que surgió en guetos y con la influencia de la música africana, la Bossa Nova nace entre la clase media blanca del sur de Rio, donde se encontraban los barrios nobles de la ciudad.

Su principal característica es que utiliza ritmos diferentes que alternan las armonías, introduciendo acordes poco habituales, así como una síncopa muy innovadora, a partir de una sola división rítmica. Vamos, que era una vuelta al beat típico de la samba. Parece ser que fue inventada por el baterista Milton Banana a partir de la simplificación extrema del ritmo de la samba, como si quitaran todos los instrumentos menos el tamborín.

La innovación vendría de la sintetización del ritmo de la samba en la guitarra clásica de Joao, que reducía la participación de la batucada, estilizando los sonidos, todo ello a partir de la guitarra y de sonidos percusores del surdo y el tamborín.

Se considera que la primera aparición del estilo es con el álbum Canção Do Amor Demais, donde la cantante Elizeth Cardoso se hacía acompañar por la guitarra de Joao, que innovó en la marcación del ritmo acentuando los tiempos débiles, para crear una síntesis perfecta entre el ritmo de la samba y la guitarra. La canción Chega De Saudade, se convertiría en un hito nacional (e internacional) de la Bossa Nova.

La Bossa Nova no tiene pasos de baile que la acompañen. Se toca la guitarra en un patrón simple de un compás. El pulgar toca las notas bajas en 1 y 2, mientras los dedos tocan los acordes al unísono.

Es una síncopa en el segundo compás… todo esto parece muy complicado, pero para que os hagáis una idea es como si la música estuviese balanceándose, y todo ello a partir de letras de amor, añoranza y nostalgia.

Joao Gilberto, el padre de la Bossa Nova

Joao Gilberto Prado Pereira de Oliveira nació el 10 de julio de 1931 en Juazeiro, Bahía. Hijo de un rico comerciante, vivió junto a su familia allí hasta los 11 años, cuando se mudaron a Aracaju. Con 14 años conseguiría su primera guitarra, regalo de su abuelo, creando su primera banda: Enamorados do ritmo.

En 1947 Joao Gilberto se traslada a Salvador de Bahía, abandonando sus estudios para centrarse únicamente en la música y en la guitarra en concreto. Con 18 años comenzó a trabajar como crooner en la Radio Sociedade da Bahía. Después viajó a Rio do Janeiro, si bien comenzó trabajando como burócrata del Congreso, este trabajo le duró muy poco, y pronto estaba en la calle haciendo todo tipo de trabajos artísticos.

Las primeras grabaciones del maestro Joao Gilberto que encontramos son dos sencillos de dos canciones a 78rpm. Están un poco deterioradas, y hasta 1956 no encontraremos grabaciones suyas de calidad, momento en que se produce la unión más famosa e importante de la música brasileña, la que crea nuestro protagonista con el productor, arreglista y compositor Antonio Carlos Jobim.

https://youtu.be/XZPsi-Bifcs

Cuando se conocieron, Jobim quedó profundamente impresionado con el estilo de Joao, poniéndose a la cabeza de sus composiciones, creando una de las comuniones artísticas más características de la historia de la música.

El año 1963 fue decisivo para nuestro artista. A pesar de no llevarse muy bien, colaboró con el artista de Jazz Stan Getz, con la creacción del disco Getz/Gilberto, que rápidamente se convirtió en un éxito internacional, y en un hito mundial de la Bossa Nova.

A este álbum pertenece la archiconocida The Girl From Ipanema, donde también cantaba en inglés la esposa, en ese momento de Joao, Astrud.

A partir de aquí, el estilo de Joao Gilberto se perfeccionó con la combinación de elementos tradicionales de la Samba con el Jazz más contemporáneo. Un estilo a partir de la guitarra acústica única, con un ritmo sincopado de acordes puntuados, con progresiones de acordes que se arraigan en la tradición del Jazz.

Además, vocalmente ofrecía un estilo relajado y muy discreto, Joao no parece que cante, parece que susurre, como un murmullo, algo que sin duda aprendió de Chet Baker, pero también de las notas lentas de Miles Davis y Lester Young.

Joao Gilberto era un trabajador exigente, que pretendía un control extremo sobre la acústica y el ruido. Ojo al dato, llegó a hacer 28 tomas para la canción Rosa Morena, hasta que pronunció correctamente la o de Rosa. Normalmente utilizaba 2 micrófonos para grabar, uno para la voz y otro para la guitarra, creando así una armonía mucho más clara, donde ambos sonidos competían por igual.

Joao Gilberto tuvo una larga trayectoria con 13 álbumes de estudio y 4 directos; sin embargo, sus últimos años estuvieron marcados por problemas económicos y de salud. En 2011 le demandan y desalojan de su propia casa, y estuvo con litigios con sus hijos mucho tiempo. Parece ser que en 2017 su declive mental era notorio.

La última actuación que consta de Joao Gilberto fue en el año 2008. Era tan poco frecuente verle en directo que los últimos conciertos que dio fueron en Brasil todo un acontecimiento. La última vez que se le vio fue en 2015, en un vídeo en Internet mientras le cantaba a su nieta A Garota De Ipanema. Murió el 6 de julio de 2019.

Joao Gilberto fue un genio solitario con una voz íntima, rítmica y melódica. Más que escuchar una canción parece que estamos escuchando una charla, en bajito, como si cada palabra que saliese de la boca de Joao estuviese envuelta en un aire de melancolía. Eterno legado el del Padre de la Bossa Nova.

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