Sala Boogaloo, Cáceres – 22 Febrero 2016
Un lunes de concierto… Visto así no parece que vaya a tener mucho éxito, pero, para nuestra sorpresa, había un grupillo de gente esperando en el exterior y también en el interior de la Sala Boogaloo de Cáceres. A ojo de buen cubero, éramos unas 60 almas con ganas de buena música, y nos preparamos para pasar una buena velada musical con The New Raemon.
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Ramón subió al escenario. Vino en plan íntimo, esta vez sin la banda que le suele acompañar. Necesita luces naturales, no quiere focos que le impidan ver al público, por lo que la Sala Boogaloo es perfecta para cantar de tú a tú, entre amigos… Le acompañaban dos de sus guitarras, unos cuantos pedales y un papel con una lista interminable de tinta azul… De momento, todo indicaba buenos presagios.
Le sorprendió que siendo Cáceres, y lunes, estuviéramos allí y fuéramos tantos. Para empezar, eligió el tema que da nombre al disco que vino a presentar, “Oh, Rompehielos”, y le siguieron “La Reina del Amazonas”, “Yeti” y “Mientras sea intruso”.
Entre tema y tema, nos contó divertidas anécdotas, imitó a algún personaje popular o destripó alguna de sus canciones, todo con un gran sentido del humor. Creo que ahí nos ganó a todos. Es un tipo carismático este Ramón…
En el “segundo acto” se disculpó por las rimas de servilleta de “La Cafetera”, primera canción en castellano y muy conocida por gran parte del público, que pertenece al disco A Propósito de Garfunkel. Otro tema muy coreado fue “Sucedáneos”, del álbum La Dimensión Desconocida. Continuó el concierto con otros dos temas prestados, entre ellos “Te Debo Un Baile”, del grupo barcelonés Nueva Vulcano. Este acto terminó con una canción que escribió durante la grabación del álbum Tinieblas, Por Fin, disco que, al parecer, no tuvo la acogida que se esperaba.
En el último tramo del concierto recuperó temas de sus anteriores trabajos, como “Lo Bello y Lo Bestia” del álbum Libre Asociación y “La Ofensa”, del poco apreciado Tinieblas, Por Fin. El público se lo estaba pasando muy bien, coreando estribillos y risas a partes iguales.
Para terminar el concierto, quiso despedirse a lo grande, y el tema elegido para poner la guinda a esta tarta fue “Tú, Garfunkel”, del disco A propósito de Garfunkel. Como quería algo más cercano, nos preparó, y organizó un coro de chicas y otro de chicos. Y allí estábamos todos, ensayando nuestra frase, formando parte de ese momento, sin flashes, ni cámaras, ni escenario, ni bises…
Está claro que The New Raemon sabe cómo romper el hielo… y yo volveré a verlo sin duda alguna.
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