
Farragua: canciones que hablan, letras que sienten
Una de las características más fascinantes de la música en directo es cómo el público puede variar de una ciudad a otra, de un país a otro. Cada lugar aporta algo único a la experiencia. ¿Qué diferencias notas en el público de diferentes ciudades o regiones?
Claro, cada país, cada ciudad, la época o el momento vital en el que se encuentren, hacen mucho. ¿Verdad que en España en los años 80/90 había más fervor musical o rockero en este caso? Todo se vivía de otra manera, han cambiado bastante las cosas en muchos sentidos, en muchos… Yo particularmente he tocado en diversas provincias de España y ha habido conciertos “calentitos” en todos los sitios.
En la música, hay debates interminables sobre qué es más esencial para una canción: la letra que transmite el mensaje o la melodía que hace que nos quedemos con ella en la cabeza. ¿Qué dirías que es más importante en una canción: la letra o la melodía?
Para mí, las dos partes son fundamentales.
Por un lado, soy amante de la poesía desde bien “pequeñino”, tengo dos poemarios publicados hasta la fecha, por lo cual, lucho por una coma, por una palabra, por una expresión, por conseguir una buena letra que me haga sentir; que sea verdadera, que la note dentro, muy dentro. Yo no escribo desde la superficialidad. Ya sea para hablar de la luz o de las sombras, necesito que sea desde lo profundo y honesto que tienen ambas partes.
Y si a una letra que te motive, le consigues meter una buena melodía que te llene y tenga sentido con lo que estás escribiendo, pues ya estaría todo dicho, por lo menos por mi parte. En el 95% de mis canciones, cojo la guitarra y a veces, tengo un ritmo que me mola y a eso le añado directamente y a la vez, letra y melodía. Todo ocurre a la vez, guitarra, letra y melodía. En dos honrosas excepciones en mi vida, he partido una canción desde una letra.
Ser músico es una vida apasionante, pero también tiene sus retos, sobre todo cuando se trata de encontrar un equilibrio entre la carrera y la vida personal. ¿Cómo gestionas el equilibrio entre la vida personal y la profesional siendo músico?
Es que mi vida personal es la música, la creación, la poesía. Siempre he estado haciendo otras cosas externas a la música para sobrevivir. Hasta que un día, decidí apostar todo por mis sueños e ilusiones, aún así, no solo vivo de mi grupo Farragua, ojalá fuera así, hago otras cosas relacionadas con la música, como por ejemplo, hace más de 15 años doy clases de batería.
Con la batería empecé en este mundo a la temprana edad de 8 años, siempre con la poesía a la par que la batería y más tarde llegaron las ganas de coger una guitarra, cantar y componer mis propias canciones. Pero la batería en todo este proceso, siempre ha estado, está y estará. De todas formas, como en todas las disciplinas, hay que coger aire, oxigenarte de vez en cuando para volver a coger ganas, vivir otras experiencias… volver otra vez a inspirarte…
Volviendo a tu pregunta, aunque mi vida personal poco difiere de la artística, no solo de música vive el hombre. Así que, claro, hago otras disciplinas que me mantienen vivo, me aportan, me siguen enriqueciendo e intentas que las dos vidas cuadren de alguna manera, ha habido momentos en los que en ciertos compromisos o situaciones no podía estar. Pero eso hay que entenderlo desde el segundo cero en que empiezas a moverte en esto. Y el que no lo entiende tiene un problema.
También hay personas que trabajan de Lunes a Viernes fuera de sus familias y ven a sus hijos dos días a la semana y encima, seguramente, ejerciendo un oficio que no te apasiona… que lo haces, por mantenerte a ti y a los tuyos. Vivimos en una sociedad o País que deja mucho que desear en ciertos aspectos morales. Te vas a tocar el fin de semana, sí. Pero ha habido un trabajo y sacrificio detrás que muchos de los que sacan la lengua a paseo no durarían ni una semana en esto.
A lo largo de los años, todos hemos tenido alguna canción de otro artista que nos ha tocado profundamente, esa que nos hace pensar: ‘Ojalá hubiera sido yo quien la compusiera’. ¿Qué canción de otro artista te habría encantado componer tu?
Sinceramente ninguna. Te lo digo de verdad. Máximo respeto a esos artistas que, con sus letras, con sus canciones, con su música me han calado hondo. Tengo referentes musicales que admiro y canciones grabadas en mis huesos, pero ni tengo artistas preferidos ni canciones preferidas, imposible elegir una.Les tengo tanto respeto que su voz y sus maneras son suyas… Yo tengo la mía y debo seguir peleando por todo como ellos lo hicieron.
Jamás te podría decir qué canción me hubiera gustado componer, me lo he pasado y me lo paso tan bien creando las mías… Cada artista debe disfrutar de su arte, seguramente ellos, habrán disfrutado mucho creando esos temas, cambiando una palabra, un trocito de melodía, el título de la canción, grabando las maquetas, dándole vueltas a como terminar una canción…
El proceso de creación…poner letra, melodía y música a una canción propia, es de las cosas más mágicas y genuinas que he sentido en la vida. Yo he llorado mientras escribía poemas al igual que cuando componía canciones.

Las giras no solo son una experiencia musical, también implican horas de viaje, y esos momentos en la carretera se convierten en parte esencial de la vida de cualquier artista. ¿Qué haces para matar el tiempo en los largos viajes entre conciertos?
Pues ha habido un poco de todo, a veces se duerme, otras se escucha música, otras se lee, otras se habla… En los últimos conciertos que he hecho, que han sido todos acústicos, la logística era más cómoda y prácticamente recuerdo los viajes de ida y vuelta hablando con mi compañero.
Ha sido un placer hablar contigo y conocer más sobre tu proceso y experiencias. Antes de despedirnos, ¿quieres dejar unas últimas palabras para tus seguidores o para los lectores de LaCarne Magazine?
Espero que os haya gustado y si no ha sido así, pues lo siento mucho. A mí también hay cosas que no me gustan.
FARRAGUA.
Hasta la próxima.
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