Discurso Combativo (perdonen las molestias)
Todos los músicos de los que he hablado en el capítulo anterior tienen unas trayectorias muy amplias y ricas, y no estaría de más que no sólo se fijasen en sus nombres e investigaran en la multitud de propuestas y proyectos en los que están metidos. El mundo de la improvisación libre es muy rico y variado, y a la vez muy desconocido y no estaría de más que se investigase un poco en este campo, que en mi opinión es donde están las propuestas más arriesgadas, alternativas e independientes de todo el panorama musical. No tengan miedo, ni reparo, y profundicen en ello; eso hará que tengan sus mentes mucho más abiertas, más expectantes y menos adormecidas.
Esto último me recuerda a los sonidos y conceptos arindododianos, y cuando Nietzsche le habla a su sombra diciéndole que la música de su tiempo envuelve el pobre espíritu del hombre moderno, y aletarga sus sentidos para que así no pueda pensar, opinar o discutir. Esto me hace pensar en que quizá es lo que ocurre precisamente hoy. Los tiempos no cambian y la Historia se repite. Para matar el aburrimiento y evitar que el cerebro trabaje demasiado, intentan anestesiarnos con eventos intensos y con sensaciones ampulosas.
La música la encorsetan en Festivales multitudinarios repletos de niñas monas y oídos opacos; al Cine lo disfrazan con el mareante 3D (dijo alguna vez Woody Allen que el cine norteamericano no está hecho para “adultos pensantes”. Quizá sea excesivo, pero al menos, en parte, creo que no le falta razón en algunos aspectos. Quizá el cine en sí y sus creadores no sean todo el problema, y éste forme parte de la propia actitud de los espectadores y de los responsables de la industria); y el arte en general (el de los museos) nos lo quieren meter como si estuviéramos visitando un supermercado.
Por eso, hace mucho que no los visito:
Porque me provocan un choque anafiláctico, como cuando entro en un centro comercial.
Porque el arte que ahí exhiben en realidad me importa un carajo (pero esto último no lo puedo decir en alto, no me vayan a fustigar los de recta conciencia).
Un día, el Pretor de la República de Anatolia (http://www.arintonadodo.com/category/musica/2008/ ) me notificó que la naturaleza de la materia está cuantizada (según la teoría del átomo de Bohr), y que según él (el Pretor), la música no cumple ese precepto. Puede haber muchas frecuencias de sonido que no están dentro de las proporciones áureas que se pueden utilizar perfectamente para crear música que sea audible. Se pueden utilizar instrumentos no convencionales para conseguir sonidos excitantes, curiosos y sugerentes.
Todos estos razonamientos hacen que me reafirme en mi postura de que los sonidos y los conceptos arindododianos deberían interaccionar con las neuronas dormidas (espero que se consiga, al menos parcialmente, este objetivo) y moverse por zonas ajenas a la música y el arte establecidos y promovidos por las “auténticas almas musicales”: poderosos, ortodoxos y académicos; esos que intentan embriagar a las mentes (incluidas las inquietas) y así, dominar y manipular a sus anchas.
Atentamente, J.G. Entonado & Arín Dodó (www.arintonadodo.com)