En este lado oscuro de la música no me voy a referir aquí a orgías, sexo, drogas, ríos de alcóhol, glamour y posterior decadencia. Para eso ya tenemos las revistas y los medios especializados en rock/pop stars.
Como músico y Musicoterapeuta hace ya más de 20 años (el fenómeno sonoro-musical), me intereso por su lado emocional, más primitivo, la emoción pura y dura, por las pocas palabras para explicar «la piel de gallina». Como Musicoterapeuta comprendí el fenómeno galvánico de la piel (piel de gallina) como una respuesta física a una emoción fuerte,. Era una indicador específico cuando trabajé en los cuidados intensivos (UCI) con pacientes en coma. Ahora bien, el lado oscuro o misterioso sería ¿por qué este individuo llora cuando escucha determinada música o sonido? ¿Por qué esa música y no otra? ¿Por qué ese sonido específico y no otro?
Porque en una tarde de 1984, en un Pool (snooker/billar) una chica de mi escuela secundaria me besó en la boca mientras sonaban «Los Abuelos de la Nada» (Andrés Calamaro tocaba teclados y cantaba). A día de hoy no me acuerdo del nombre de esa chica, pero nunca me olvidé de esa música, y cada vez que la escucho viajo 30 años atrás. ¿Y si en vez de esa canción hubiera sonado otra? ¿Digamos un bolero, un tango o una cumbia? ¿Me hubiera producido el mismo efecto?.
¿Qué hace que nos guste una canción y no otra? ¿Cuáles son los factores e influencias internas y externas que nos llevan a vibrar con determinadas canciones? Este punto es crucial. Piensen que aquí esta apuntalada la radio fórmula del éxito comercial, cantarte y decirte las palabras exactas que a la primera escucha te enganchen. Pero la emoción es muchísimo más que una fórmula para el éxito comercial, la emoción nos sorprende cuando menos la esperamos, la emoción hace que pasados más de 20 0 30 años un músico siga tocando. ¿O acaso vieron músicos jubilados? ¿Alguien se puede jubilar de la emoción en estado puro, del misterio de no saber explicarlo con palabras?
Este lado de la música, del vacío de lógica lineal, de la pregunta no resuelta, del acorde emocional que no define…, éste es el lado que me maravilla de la música: subir a tocar con mis amigos y hermanos mis canciones o las de ellos, o simplemente improvisar, hasta que aparece ese momento en que nos miramos, sonreímos, no decimos nada, porque está todo dicho, ese momento que aparece y se va cuando quiere… La llamada musa o inspiración que aparece cuando se juntan todas nuestras sintonías y la del público.
Y aquí se abre otro universo paralelo, la vivencia entre esos músicos que entienden ese momento mágico y el público que recibe y lo transforma. He vivido esto con muchísimo público y con un puñado de gente, con público presente y sin público, y aquí también aparece la piel de gallina. El beso de la chica sin nombre, los abuelos de la nada…, todos tienen un nexo en común, todo se une misteriosamente en un punto, en un loop de vivencias, que nos marcan tan profundamente que una nota nos puede hacer vaciarnos en lágrimas de la más pura emoción, y lo más maravilloso sigue siendo que no te puedo explicar el porqué.