El concierto de Miguel Bosé en el Stone and Music Festival fue literalmente increíble. Ni en sueños pude imaginar todo lo que este gran artista nos hizo sentir en el Teatro Romano de Mérida.
Pero no quiero adelantarme en esta crónica. Empecemos por el principio!
Miguel Bosé – Stone and Music Festival
Nada más acercarnos al evento, recogimos nuestro pase de prensa gracias a Estefanía, miembro de la organización. Los “jefes” de LaCarne Magazine ya nos habían dicho que suelen tratar genial a los medios pero nos sorprendió bastante su gran profesionalidad. Todo un ejemplo para los demás festivales.
Después de recibir las instrucciones para poder movernos por el recinto, nos dirigimos a nuestras posiciones para comenzar a disfrutar del esperado concierto de Miguel Bosé.
Nada podía aplacar las ganas de un público que llenaba por completo el teatro romano de Mérida, ni siquiera el frío calador.
A las 22:14, un publico deseoso comenzaba a jalear y a aplaudir con emoción para que el espectáculo comenzara. Justo en ese instante, bajan las luces y la iluminación se atenua. Luces de colores, la gente eufórica, móviles en mano ansiando la salida de Miguel Bose.
Batería, percusionista, teclados, coros, guitarras. La gente animadísima siguiendo el ritmo de la música que daba paso a dos horas de buenas vibraciones. Y Miguel Bosé hizo su entrada a punto de caer entre la euforia del teatro (quizás los nervios del lugar). Con su indumentaria negra, su ritmo, sus ojos, su baile.
Comienza.
Nos da la bienvenida y nos sentimos afortunados de que comparta este último concierto de su gira española. Y tanto es así, que celebra sus 40 años en la música con nosotros. Qué privilegio para los presentes!
El recorrido por su trayectoria empieza a dar frutos, y en “Nena”, la tercera canción, la gente enloquece. Todo el teatro, con lleno absoluto, de pie, bailando, cantando y alucinando con las poses de Miguel Bosé, que se entregaba en cada estrofa.
“Mérida, agárrate de mi mano”, nos decía.
Solemne, intenso, saboreando cada palabra. Así nos hablaba y nos cantaba, con su coro salvaguardando sus espaldas y acompañándolo en esos bailes que les caracteriza. Sin duda, un broche que engalanaba su actuación.
Se desgarra el alma con su publico, que se entrega de igual manera. Habla de Europa, de las personas que aguardan esperando una respuesta, de sus hijos, de su corazón, de su sentir, de su Bimba…
Y sonó el acordeón. “Morir de amor” dio ese toque con aroma a tango, y su publico, con él en cuerpo y alma.
Y siguió recordando. Pasion, potencia. “Superman” empezó a sonar. El gentió enloqueció.
“Don diablo”.
“Como un lobo”, en el que faltaba algo en el ambiente, en el ritmo, en su expresión. Quizás era ella.
Otro exitazo. “Sevilla”. El público en pie ovacionando sus pases de torero, de flamenco, y de su danza.
Su complicidad repartida en cada uno de los que fuimos testigos de su gran actuación. Los mecheros de entonces, los móviles de ahora. “Si tu no vuelves”.
Tras el descanso merecido, pero casi inapreciable, hizo una nueva aparición con “Bambú”.
Esperando con ansia al “Amante bandido” que lleva oculto, y el Teatro, una vez más, temblando. Mérida nos sentía en sus calles.
Llegó el momento menos esperado, el final de 2 horas de deleite que parecieron minutos. Después de cánticos a la voz “otra, otra”, tuvimos la suerte de sentir, cada uno de los presentes, “Te amaré”, como si nos lo dijera sólo a nosotros. Sintiendo su abrazo, sienténdonos queridos.
“Mérida, volveremos a vernos”. Y se fue. Dejándonos esa sensación de euforia, alegría y de emoción.
Como habéis visto, el concierto de Miguel Bosé en el Stone and Music festival fue increíble, como ya os he comentado al principio. Le doy un 10 al artista, un 10 al público, y un 10 a la organización. Está claro que volveré a asistir a otro concierto de Miguel Bosé, y a todos los que pueda de los que organicen los amigos de Stone and Music Festival.
Hacía mucho tiempo que no disfrutaba un concierto así!