Primo Gabbiano, inquietud por la Improvisación Libre

Conocí a Antonio Clavijo (a.k.a. Primo Gabbiano) hace unos cinco años, cuando él formaba parte de un proyecto llamado Kinoplatz. Lo conocí indagando por Internet, y me sorprendió las similitudes que tenía de planteamientos con lo que yo hacía en ese momento con Arín Dodó.

Kinoplatz era un proyecto en el que la música y la performance, la imagen, caminaban de la mano. Nos pusimos en contacto y decidimos hacer una grabación conjunta y a distancia, que se publicó en el sello argentino de Luis Marte, FugaDiscos: “Aquí Perro Ep”. Un título muy surrealista, muy acorde con los gustos tanto de Antonio como los míos.

Desde entonces he ido a Barcelona varias veces para participar en los ciclos de conciertos que él organiza, y seguramente, Antonio vendrá a Madrid en breve. Muy buena noticia!!! Un tipo muy inquieto Primo Gabbiano, comprometido hasta la médula con la música y con la improvisación libre y, encima, muy buena persona y muy buen amigo.

Primo Gabbiano
Foto: Abel Castells

Primo Gabbiano y su perspectiva sobre la Improvisación Libre

¿Cuál es tu procedencia musical?
Mis inicios en la música tendríamos que buscarlos en el Rock. Desde la misma escucha de bandas de marcado carácter rockero y, ahora, ya clásicos, hasta las primeras bandas que monté o ayudé a montar.

Mi formación musical es autodidacta y, como tal, fruto de multitud de variables y afortunados encuentros con otros artistas. Tras este período inicial, en el que poco a poco acumulo experiencia e influencias dispares y heterodoxas, empiezo a probar otras maneras de tocar, otras maneras de mostrarlo en público.

El directo, la necesidad del directo, jugó un importante papel en la lenta incorporación de sonidos, texturas y formas artísticas de modular un discurso, digamos, experimental. Espacio, lo experimental, en el que me siento cómodo y en el que desarrollo toda mi creación.

Puedo añadir dos fechas importantes en esta evolución musical. En 2002 inicio mi programa semanal de radio La Moto de Sasha (El Prat Ràdio 91.6 FM). Este programa, de autor, se centra en músicas experimentales, entrevistas a artistas de diversa índole y manifestaciones de la cultura contemporánea.

Estar en antena desde hace más de 15 años ininterrumpidamente me obliga, por un lado, a formarme en ciertas sensibilidades artísticas y, por otro, a desarrollar un gusto y una atracción por la improvisación hablada. No tengo guión, abro micros y hablo. Me parece que no soy consciente de la escuela que es la radio.

La segunda fecha a destacar es la creación en 2008 del proyecto Primo Gabbiano. Originalmente pensé en lanzarlo como un nombre franco de acción artística (cualquiera podría haberlo utilizado como pseudónimo o, en el mejor de los casos, como heterónimo) pero devino el nombre con el que firmo todas mis composiciones y actuaciones musicales.

Primo Gabbiano es un espacio donde insertar la música que pienso y hago (o viceversa), las colaboraciones que surgen y donde conjugo influencias de largo recorrido con las querencias de última hora.

primo gabbiano

¿Cuáles son tus influencias que te han ayudado al aprendizaje de tu lenguaje improvisatorio?
Lo primero que he de decir es que no me siento un músico improvisador 100%.  La improvisación es, para mí, una de las líneas de investigación que utilizo en un discurso mayor. Es importante, pero no creo que sea la más definitoria.

Cuando he tocado y toco con músicos de improvisación libre, noto que tienen un lenguaje común, aunque abierto y amplio, en el que participan en diversos grados de heterogeneidad.

Mis influencias son, en este sentido, muy amplias. Me interesan los primeros videoartistas que con una nueva tecnología tuvieron que crear por instinto, y mostrarse en un territorio complicado como lo es el visual: antes utilizaban un televisor, ahora Internet y un monitor de ordenador. Me motivan,  y por eso influyen los pioneros de la música electrónica y los que antes disociaron el sonido de su instrumento hacia un altavoz.

Los pintores que, al ver la primera fotografía, se dieron cuenta que la representación pictórica tenía que ir por otro lado; los poetas que gritaron y los que lo explicaron todo con la onomatopeya y el gesto; los montadores del cine silente y su construcción narrativa de la realidad, que no es real pero que nos explica mejor, etc.

Quiero decir con esto que no me veo influido por otros músicos que trabajan la improvisación, puesto que respeto su manera de hacerlo y la entiendo única e intransferible. En cambio, hay márgenes en otras artes que ofrecen espacios abiertos para entrar y hurgar. El afinarse con una pieza de vídeo o con un performer, quizá su imposibilidad, es el acicate necesario para mí.

He escrito que no me veo influido por otros músicos de improvisación y tendría que matizar esto porque no es del todo exacto, y es injusto… ¡Claro que me influyen! Pero es más interesante, para explicarme mejor, desplazar el foco a otras artes y, sobre todo, a otros momentos críticos del arte. Me parece que así abro ventanas y todo se airea.

¿Cuándo y cómo llegaste a la improvisación libre?
Aunque parezca obvio y casi una boutade, creo que llego a la improvisación tocando. En las innumerables horas de ensayos que tenía preparando conciertos, cuando tocaba en bandas de Rock, me di cuenta que en los momentos de descanso, en los intersticios, surgían músicas fragmentarias más interesantes, frescas y excitantes que el material ensayado.

Tocábamos relajados y se abrían conexiones instrumentales curiosas, el concepto canción no nos cerraba ni conducía, se intuían posibilidades sonoras en nuestros instrumentos, etc. Lo desinhibido de esos momentos está asociado al juego, a la hibridación y a la mixtura de elementos no siempre musicales. Con el tiempo entendí que eso es experimentación. O, por lo menos, la experimentación que a mí me gusta.

Paralelamente a la música, siempre he estado interesado en el vídeo. Esta disciplina, su manera de capturar la realidad y el trabajo de posproducción, parece alejada de cualquier concepto de improvisación.

Pero justamente el aspecto que más me atrae del vídeo, y que aún sigue diferenciándolo del cine, es su inmediatez. Ese carácter impresionista es el que intento mantener cuando trabajo en vídeo y proviene directamente, como vasos comunicantes, de mi manera de tocar música o entender la música: toco con los instrumentos que tengo, valoro el azar e incorporo el error siempre que sea posible, intento no editar demasiado ni sobre-producir en exceso, la simplicidad me parece polisémica (evito el horror vacui), etc.

primo gabbiano

¿Qué actividades desarrollas como improvisador?
Como improvisador estoy volcado en mi proyecto Primo Gabbiano, en el que desarrollo toda mi actividad musical. Es un proyecto muy amplio creado justamente para albergar esas experiencias sonoras que intento que interesen/me interesen. Como Primo Gabbiano sigo tocando siempre que puedo con otros músicos, con poetas y performers en pos de ese territorio que solo existe en la misma tensión de nuestras disciplinas.

Una de las tareas más satisfactorias es la colaboración intensa con Visual Pal, la artista visual de Barcelona. Ella trabaja el video, a mi entender, de una manera única: mezcla y crea en directo imágenes con una marcada influencia del videoarte- ya clásico- e intenta huir de la abstracción generando una narrativa evocadora, líquida y siempre diferente. Explica historias pero de otra manera. El cómo enfocamos un directo y, por extensión, cómo trabajamos juntos, es un motor de pura creación.  La improvisación es para nosotros una actitud.

Desde hace dos años colaboro también con el grupo de arte contemporáneo Fame Chimica. Cuerpo, ruido e imágenes son los elementos definitorios de este combo formado por artistas, diseñadores y curators.

En otro orden de cosas, soy el co-director junto a Maria João Flôxo de EnAct, un festival de performance donde la improvisación es la esencia del mismo, Andròmina (desde la entidad que dirijo, Psonora, trabajamos manifestaciones contemporáneas en la periferia de la gran ciudad) y Cel·AV (una muestra intermitente de videoarte site-specific).

¿Cuál crees que es tu papel en la escena de la improvisación?
La escena que conozco en Barcelona, más de público que como artista, me parece excelente. Me llegan noticias de Madrid y de otros lugares y son también buenas. Faltan espacios para tocar, quizá; falta público, presupongo, pero la oferta es buena y diversa.

Mi papel en esta escena es sencillo: toco cuando puedo. Ya he comentado que no me siento un músico enteramente de improvisación, pero tampoco me siento un músico de noise y podría estar en esa escena, ni un performer, aunque actúo a menudo, ni solo un  videoartista, etc. Esto no significa que me sienta desubicado sino que me gusta militar en diferentes espacios y tener perspectivas distintas.

[mks_pullquote align=»right» width=»200″ size=»18″ bg_color=»#dd3333″ txt_color=»#ffffff»]«Mi evidente falta de técnica musical, que antes me paraba, la suplo con deliciosas injerencias extra musicales».[/mks_pullquote]

A parte de tocar, me gusta organizar conciertos y llevar músicos a mi programa de radio para charlar un rato y aprender de ellos.

¿Podrías explicar brevemente tu concepto musical?
Creo que a lo largo de la entrevista se ha podido entender entrelíneas algo sobre mi concepto musical. Éste está ligado de manera intensa e indivisible al proceso creativo. Es una concepción que está en gerundio, siempre en movimiento y, espero, que creciendo.

Considero que hago música experimental con una fuerte influencia de la electrónica primitiva, el noise, el drone, el ambient, etc. Pero esto sólo es una capa y no la más importante. Mi manera de entender la música está sujeta a mi manera de entender el arte, y por eso intento aplicar siempre una visión artística a lo que hago. Es por eso que no hago muchas distinciones entre géneros, disciplinas y materiales.

Si oigo un sonido concreto o una textura curiosa me interesa su “funcionalidad artística”, dónde y cómo puedo ubicarlos y tratarlos, fuera de su tipología musical o categoría armónica. La idea de juego-experimentación me habilita caminos para que pruebe y cree.

Mi evidente falta de técnica musical, que antes me paraba, la suplo con deliciosas injerencias extra musicales. Las mezclas de disciplinas artísticas las entiendo como ingredientes necesarios para lo que ofrezco, a saber: la posibilidad de conexión, de sincronía en algún instante, de llegar con algún sonido o imagen a tocar al espectador (en un sentido barthesiano) y producirle extrañeza, desplazamiento. Apelar, en definitiva, a su curiosidad.

Indica links, webs personales, grabaciones…

En este vídeo podemos encontrar una sesión de improvisación con grandes músicos como Miquel Àngel Marín, Miquel Jordà, Juan Crek y Arín Dodó.

Este disco es un disco grabado junto a Visual Pal. Una tarde cualquiera, con muy pocos elementos -una aplicación para móvil con sonidos de sintetizador, una radio, nuestras voces y nuestros pasos- nos entraron las ganas de improvisar y grabar.

Un concierto en La morada Sónica en Almería.

Un poema mío – Fuego- sobre él toqué, y monté un vídeo para darle una lectura cinematográfica.

Una improvisación junto a Piròmona d’Argos en mi festival de performance EnAct.

El blog de Primo Gabbiano, donde explico y detallo todos mis proyectos, colaboraciones y actualizo semanalmente mis conciertos: Visitar Web

Fame Chimica, el grupo de perfomance donde colaboro: Visitar Web

Y el festival de performance, EnAct, que codirijo: Ver Vimeo

Encontrarás más música y grupos de Improvisación Libre AQUÍ

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