En noviembre de 2012, antes de que Ruvenigue se fuera para Irlanda, contactamos con la Asociación Musicalibre ), y menos mal que los encontré porque me estaba quedando más solo que la una en Madrid después de la partida de mis compañeros arindododianos. A partir de ahí, hice bastantes contactos, de los que ya iré hablando poco a poco, pero antes de eso voy a hablar de lo que hice previamente a meterme de pleno en el mundo de Musicalibre. En esos momentos tenía claro el concepto de música que yo quería hacer. Ya lo he comentado anteriormente, música sin armonías ni melodías premeditadas, si las hay es debido al “azar objetivo”, y música basada casi en la improvisación total.
Por entonces estaba leyendo un libro llamado Silencio, del compositor americano John Cage. Había leído sobre sus experimentos poniendo a la vez decenas de discos de distintos tipos de músicas y registrando la masa sonora que se creaba. Esa idea me interesaba enormemente y la puse en práctica después de hablar con el cura de la parroquia de mi barrio. Él estaba interesado en grabar el coro de su iglesia con varias voces femeninas que cantaban salmos religiosos compuestos por él. Yo accedí a grabarles esos salmos con mi equipo. En total grabé diecisiete piezas en la que sonaba el credo, padrenuestro, avemaría… todo el repertorio que se pueda imaginar en una misa. Le di al señor cura sus copias para que las repartiera entre sus feligreses, y yo me quedé con los originales con el propósito de experimentar con ellos e intentar llevar a cabo un experimento parecido al de John Cage. Me encerré con el ordenador y mis auriculares en mi pequeño estudio y empecé a editar todas esas piezas. Lo que hice fue lo siguiente: puse cada una de esas piezas en una pista distinta reproducidas todas a la vez (las 17). Algunas de ellas las traté con efectos, otras las reproduje al revés, otras las corté, pegué aquí y allá…y el resultado fue el siguiente: http://modisti.com/netlabel/?p=704 .
Los setenta minutos originales de música religiosa los condensé en apenas 15 o 20 minutos. Son cuatro piezas que parecen sacadas directamente del averno (por supuesto, este resultado no me atreví a mostrárselo al señor cura, ni nunca le he dicho que hiciese tal cosa, no me vaya a excomulgar). Lo titulé “¿Alguna vez te has sentido un bicho raro?”. Debe ser porque ese sentimiento siempre lo he tenido desde que me metí en esto de la música. Bien, si lo escuchan, espero que disfruten el resultado, y si no, al menos que se sientan interesados por ello. No siempre la música se tiene que hacer para disfrutar, digo yo…
En verano de 2012 conocí a Jorge Marredo (a.k.a. Satisfaction Lab), músico electrónico experimental de Badajoz y me habló de Modisti, una netlabel que se dedica a publicar música improvisada y experimental (a Jorge le debo el haber conocido el mundo donde estoy metido ahora, el de las netlabels experimentales, Musicalibre… de todo eso iré hablando en su momento), y me animé a enviar el resultado de ese experimento y mira por dónde lo aceptaron. Me invadió una gran alegría. La publicación es la del link que he puesto en el párrafo anterior. Ese fue el comienzo de una nueva etapa.
Pues nada, por hoy no hay para más. ¡Que pasen buen verano!
Atentamente, J.G. Entonado & Arín Dodó (contacta desde aquí)