En este artículo, analizamos el nuevo trabajo de Ola Halén que lleva por título Idleness, y que se ha publicado este 2020. Pero antes de entrar en materia, os ponemos en antecedentes.
A mediados de la década del noventa, y primera mitad de los dosmiles, la escena sueca vivió un auge muy interesante de bandas de Power Metal como Zonata, Dionysus, Morifade, Nostradameus, Time Requiem, Dreamland, Supreme Majesty y otras tantas, todas con grandes álbumes y canciones capaces de sembrar a una nueva generación de fanáticos del género.
Dentro de esa camada de agrupaciones resaltó mucho Insania, que entre 2002 y 2010 tuvo entre sus filas al vocalista Ola Halén, con quien grabaron sus dos últimos álbumes hasta la fecha: Fantasy (A New Dimension) (2003) y Agony – Gift of Life (2007), dos grandes piezas de Power Metal que agudizaron el lamento de su largo silencio.
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Todas las bandas previamente mencionadas desaparecieron o se mantienen inactivas, dejando un enorme vacío en la escena Power no sólo europea, sino mundial.
Idleness, el segundo disco en solitario de Halén
No obstante, en abril de este año, Ola Halén lanzó su segundo disco solista titulado Idleness (2020), una verdadera declaración de intenciones por parte del músico multiinstrumentista.
Hace cuatro años, el vocalista ya había sorprendido con un álbum titulado Nackskott (2016), un disco que pasó desapercibido por casi todo el mundo, incluso hasta para los fanáticos de Insania, que tanto extrañan la majestuosidad de su power metal.
Nackskott respira el mismo aire de las mejores obras del power metal sueco de aquella década dorada.
Fue completamente autoproducido por Halén, quien se encargó de componer, escribir, grabar, mezclar y masterizar todas las canciones, en un ejemplo innegable de que el género aún palpita con mucha fuerza dentro de él.
Sin embargo, ésa no fue la primera vez que el vocalista presentó material original.
A inicios de este siglo, Halén intentó formar un proyecto titulado Shadows Past, una agrupación cuyo título decía bastante, pues había nacido como vehículo para poder darle vida a las composiciones que no pudo llevar a cabo en Insania.
Tuvieron que pasar 13 largos años para poder escuchar el único disco que lanzaron: Perfect Chapter (2013), pues desde el año 2000 hasta el 2009, Shadows Past sólo dejó escuchar cinco demos, dos de ellos fueron Idleness Pt 1 (2002) y Idleness Pt 2 (2002).
Curiosamente, 18 años después, Halén publica su nuevo álbum solista titulado exactamente igual como aquellos dos demos: Idleness. El disco es una continuación natural de aquel impulso creativo lanzado hace casi dos décadas.
De aquellos demos, Halén recupera algunas piezas como «Daydream», «Dreams» y «Blown Away», haciendo de Idleness un verdadero manifiesto, una declaración de intenciones, una prueba de tenacidad.
Igual que en su trabajo anterior, el músico grabó y mezcló todos los instrumentos. La masterización corrió a cargo del holandés Roelof Klop.
Un ejemplo de creatividad y talento
Escuchar Idleness en 2020 es darse cuenta que la música que inundó la escena sueca en la segunda mitad del noventa sigue siendo efectiva y cautivadora.
Mientras el foco de atención se mantiene en bandas en plena decadencia como Stratovarius, Gamma Ray, y las infinitas versiones de Rhapsody, en las entrañas de la escena subterránea todavía permanecen talentos que no han perdido un ápice de brillo creativo, y Halén es el ejemplo perfecto.
Es muy interesante ver que en cuatro años Ola Halén ha podido lanzar más discos él solo de los que pudo lanzar cuando intentó formar una banda.
Halén puede estar confirmando que la mejor manera de hacer las cosas es realizándolas uno mismo, al menos así lo sugiere su caso.
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