Tengo que reconocer que es el primer concierto de Depedro al que asisto. Es más, prácticamente era la primera vez que lo escuchaba. Conocía a Jairo Zavala por su otro proyecto, Calexico, lo que inclinó la balanza a su favor el pasado viernes 11 de noviembre en la Sala Mercantil de Badajoz.
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El público fue bastante puntual a la cita, lo que facilitó que no se hicieran mucho de rogar, y 20 minutos después la banda subiera al escenario. Fue una cálida acogida desde ambas partes, el auditorio estaba encantado y Depedro se dejaba querer. No era la primera cita con el público extremeño y se notaba. Jairo habla con los asistentes como con viejos amigos y pronto nos hace vibrar con su guitarra. Con los primeros acordes se crea una agradable y cómoda atmósfera.
Canción tras canción nos trasmite sus vivencias. Sus letras hablan de la conciencia social, de las injusticias, de seguir siempre hacia delante, siempre avanzando y superando nuestros límites. En su nuevo trabajo, El Pasajero, enfatiza este lado social tan presente en toda su carrera, en temas como “Déjalo ir” o “DF”.
Depedro tiene un estilo propio, una fusión e influencias de otros países que se aprecian en cada nota, con melodías y ritmos variados que te transportan a otros continentes. “Panamericana” o “Antes de que anochezca” son buenos ejemplos de ello. Lo mismo estás bailando una cumbia que una ranchera, una pegadita o un vals, siempre acompañadas de la potente y cálida voz, y de la gran maestría con la que acaricia a su inseparable compañera de viaje.
Pero no viene solo, le acompañan el guitarrista Kike Fuentes, el barítono saxofonista-percusionista David Carrasco Soriano, Óscar Fernández Barruz al bajo y contrabajo, y a la batería Andrés Litwin, que hacen que todo suene redondo, con unos acertados arreglos. Se suceden temas más conocidos y se intercalan con las nuevas composiciones, más puras.
Durante todo el concierto, los asistentes nos encargamos de hacer los coros siguiendo sus indicaciones, aunque el resultado no es el esperado y las risas se vuelven virales. No faltaron temas como “Llorona”, “Diciembre”, “Te sigo soñando”, “Chilla que tiemble”, o “Miguelito”. Para despedirse, toca dos canciones sin más compañía que su guitarra, y de nuevo vuelve la banda para poner el broche final con “Comanche”.
Nos anima a acercarnos a intercambiar impresiones y firmar discos minutos después de terminar el concierto, gesto que los asistentes agradecen, haciendo cola para hacerse una foto y llevarse un bonito recuerdo.
Acogedor, íntimo, reponedor… así suena el directo de este nuevo disco, y así suena Depedro a grandes rasgos. Lo mejor es que lo compruebes por tí mismo si visitan tu ciudad, es un directo que no deberías perderte.
Sólo puedo decir que volveré.