«El concierto de Diván du Don era una tarde esperada durante muchísimo tiempo». Así es como me gustaría empezar esta crónica del concierto que dieron en la sala Lemon de Madrid.
Ya desde el jueves estuvimos buscando las banderas verde blanca y negra por nuestras casas, pensando que íbamos a ser los únicos que lo haríamos para ir a ver a este grupo de canallas extremeños, y viajábamos con sus canciones en el coche para no parar de cantar ni un segundo durante el concierto.
Junto con varios amigos, cogimos nuestras banderas y nos fuimos para allá, y nos encontramos con mucha más gente de la que nos esperábamos (aunque habíamos escuchado que se habían agotado las entradas) con, sobretodo, un par de cosas en común: Extremadura y ganas de pasarlo bien, y esto, sin duda alguna, son los ingredientes perfectos para ir a ver un concierto de Diván du Don.
Ya en los alrededores, corre la cerveza, las sonrisas que produce ver a un grupo de la tierra que, a todos los que estábamos allí, sólo nos traen buenos recuerdos, y que por fin están en Madrid y muchas, muchas ganas de pasarlo bien. Y la verdad es que eso sólo lo podían producir ellos: un grupo con un descaro que recuerda a grupos con mucha solera dentro de su estilo y que colaboran con ellos.
El concierto de Diván du Don empieza, y empieza la fiesta!! Empezó el concierto que todos los que estábamos allí llevábamos esperando tantos años, ya que fue la pérdida de la virginidad madrileña del grupo.
Empezó el concierto y no defraudaron, lo dieron todo, parecía el primero o el último de sus vidas. En mi caso, fue la primera vez que les veía en directo y estaba en una nube. No paramos ni un segundo de saltar, bailar, cantar, pero sobretodo de sonreír. En los parones entre una canción y otra, se escuchaba el himno extremeño, y durante esos impases del concierto, escuché a un grupo de personas que estaba cerca de nosotros que dijo algo como “nunca pensé que me lo iba a pasar tan bien con un grupo del que sólo conocía una canción”.
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Todo sonó genial, las guitarras, con Jorge Solana (Topo) a la cabeza (por el que tengo especial debilidad), la percusión de Antonio Rumbakey, la voz de Paquillo que nos hace ser a todos un poco más canallas a todos los que le escuchamos, la voz flamenquita de Lupe “La Perla”, Carlos Jerez y Miguel Vivas. En definitiva, todos y cada uno de los componentes de Diván du Don estuvieron magistrales.
Para mi gusto, no sé si fue por la ganas que tenía de verles y lo bien que lo pasé, pero el sonido de la Sala Lemon estuvo a la altura del gran concierto que vimos, escuchamos todo genial.
Sin duda tienen que volver, y lo antes posible y a poder ser, en un recinto algo más grande, ya que mucha gente se quedó sin entradas, y cualquier escenario se les va a quedar pequeño porque, como ya demostraron en WOMAD, su “juventud artística” pueden llenar cualquier lugar, y es un grupo que ha salido con aires renovados y con una fuerza espectacular con los pequeños cambios realizados.
Ha sido un placer disfrutarles y espero que no sea la última y sobretodo, que la próxima pueda estar más cerca de ellos. No vamos a parar de seguirles.
Más info en: http://divandudon.com/
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