JuamBe demuestra que en la música no hay obstáculos que valgan. La vida te da lecciones día a día. Éstas pueden ser reflexivas, un simple aprendizaje, o de admiración. Digamos que en este caso sumé un poco de las tres y pasé a ser fanático de una historia, de un músico, de un ejemplo a seguir. Su nombre musical es JuamBe, un artista que, pese a las adversidades, le ha mostrado al mundo que la música no tiene barreras.
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Háblanos un poco de tu historia. ¿Cuándo descubriste que querías ser artista?
Nací un lunes 22 de enero de 1990, en San Juan de Urabá, Antioquia, un pequeño pueblo al norte del departamento, a la sombra del Vallenato, el Bullerengue, la Cumbia y otros ritmos autóctonos.
La música estuvo presente en mi vida desde la etapa de gestación, cuando mi padre y mi madre me cantaban baladas europeas y americanas, hecho que quizá haya sido decisivo a la hora de elegir el tipo de música que compondría e interpretaría pese a mis raíces.
A partir de los siete años me inicié en la instrucción musical en la casa de la cultura de mi municipio, aprendiendo a interpretar la flauta dulce, el trombón, la trompeta e instrumentos de percusión. Durante mi niñez y adolescencia en mi etapa estudiantil, traté de estar presente en todos los eventos culturales entonando canciones propias de la región y las baladas que tanto me gustaban.
No sería hasta los 16 años, al momento de incursionar con la guitarra, cuando empezaría a descubrir el maravilloso mundo de la composición, y con él la aceptación de la gente que me escuchaba, así como el incremento de la confianza en mí a la hora de intentar nuevas letras y melodías.
Respondiendo concretamente a la pregunta, debo decir que supe con certeza que quería ser uno de los cantautores mayormente reconocidos en el mundo entero, cuando escuché mi primera grabación profesional, puesto que las emociones e ideas que surgieron ese día en torno a lo que podría realizar con mis letras y mi voz, lo que suponía mostrarle al mundo mi talento, ideas y mi arte, me conquistaron para siempre.
Y es que cada vez más me convenzo de que la música es el alimento genuino para el alma, que Dios me premió con el don de la composición y la interpretación, y que, en consecuencia y enteramente agradecido, corresponderé a este obsequio durante el tiempo que él me lo permita.
Hay un detalle que quizás muchas personas no conocen, y es que tienes discapacidad visual. ¿Esto ha afectado en algún momento tu carrera?
Quizá sí ha afectado, aunque de forma positiva, puesto que la oportunidad de constituirme en un ejemplo de vida para muchas personas ha fortalecido mi imagen como artista, y de cierto modo ha hecho también más fácil mi camino musical, aunque esto necesariamente ha sido sobrellevado con sumo cuidado para no rallar ni en la sobreestimada admiración o la lástima a la hora de mostrarme ante un público como cantautor.
A este respecto no podemos obviar que vivimos en un mundo lleno de prejuicios, estigmas y arquetipos sociales que direccionan las conductas y los muchos prismas a través de los que se observa el desarrollo de la vida pública. En este caso, de los artistas.
En consecuencia, mi llamado como persona en situación de discapacidad visual, como cantautor y Comunicador al público que nos lee, es que dediquen su atención al lenguaje de la música en sí, lo que menos importa es la condición de quien la crea y la transmite.
Difícil intentar una respuesta para este interrogante. Les diré que lo que me mueve a la hora de componer, de hacer música, es experimentar las infinitas sensaciones desde mi presente, que suponen la creación de vida musical en cada canción que nace de mi mente, alma, corazón y voz.
Esto es adelantarme emocionalmente en el tiempo e imaginarme cómo será la respuesta de mi público ante cada nueva creación, y luego contrastarlo con la realidad.
¿Crees que la música realmente puede romper barreras y paradigmas?
Estoy convencido de que sí pueden echarse abajo las barreras del tiempo, el espacio y los idiomas por medio de la música, puesto que lo he vivido, y que el lenguaje universal que ésta entraña, así lo permite. De lo que no puedo dar fe, es que la música pueda constituir un medio o instrumento para romper paradigmas
¿Cuál es tu mayor motivación para cantar?
Estoy seguro que lo que me motiva a componer y cantar fundamentalmente es dejar huellas inmortales de la existencia de Juambe. Es mi noble afán de mostrarle al mundo que aún se puede hacer música que transite en el camino de lo comercial sin ser vacía.
Háblanos un poco de tu experiencia en Viña del Mar
Además de haberse constituido en mi primer viaje oficial fuera de Colombia con ocasión de mostrar mi música, también se convirtió en un nuevo catálogo de sensaciones a cuatro sentidos de un espacio inédito para mí, pletórico de texturas, olores, sonidos y sabores desconocidos.
En lo que concierne a mi presentación en la Gala de Prensa del Festival de la Canción de Viña del Mar, mi música ahora suena con más fuerza en el sur y norte del país austral, en zonas localizadas de Argentina y Ecuador, luego de mi presentación ante los periodistas acreditados.
Debo agregar que además de traerme conmigo un valioso número de contactos, compañeros y amigos, ha germinado también la idea de participar en la competencia internacional de 2018 del festival con alguna de mis composiciones, proyecto que estoy llevando a cabo este año.
¿Cuál es tu mensaje para las personas que no conocen la música de Juambe?
Si quieren llenar sus oídos y alma con melodías y letras nuevas, dulces, variadas y genuinas, si desean escuchar historias hechas canciones con las que quizá puedan identificarse, y si, definitivamente, creen al igual que yo que la música entraña un poder infinito para generar alegría y paz indescriptible, deben escuchar la propuesta musical de Juambe.
Quizás hay muchas personas que quieren seguir de cerca esta historia, este proyecto, este sueño que sin duda crece cada día más, así que para todos ustedes los invitamos a seguir a JuamBe a través de sus redes sociales:
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