En 1998, cuando estudiaba la carrera de Comunicación Social y me especializaba en la rama audiovisual cursando el taller de producción de video, y buscando inspiración para realizar en el semestre un videoclip como trabajo final, apareció por causalidad de la vida ante mis ojos una guía turística hecha en Alemania que hablaba de nuestra Bolivia.
Todo el texto era completamente en idioma germano. Mientras ojeaba el abultado libro: PUM!!! Leí «diktator Hugo Banzer Suárez« (quien era nuestro actual presidente en ese momento y que gobernó hasta 2001). Posteriormente en la guía alemana de turismo se leía un texto intitulado «La Noche de San Juan», por Nilo Soruco.
Nilo Soruco y los inicios de su carrera artística
Recurrí a mi catedrático, el Lic. Jaime Reyes (especialista y pionero en la radio boliviana), para consultarle si tenía ésta canción. Sí, respondió con su tono serio, y, como todo un caballero, a los días me prestó un disco de vinyl donde se encontraba la canción huayño dedicada a una masacre de mineros por un dictador en los 60’s.
Era el 24 de junio de 1967 en los distritos mineros de LLallagua – Siglo XX (donde celebraban la noche más fría del año) cuando el ejército asesinó sanguinariamente a dirigentes y gente contraria al régimen del presidente General Barrientos Ortuño, bajo sospechas de que el pueblo minero se una a la guerrilla del Che Guevara en Bolivia.
Dicho material discográfico, que contenía una parte de la historia no contada de Bolivia en los colegios, era de «Los Montoneros de Méndez», editado en Argentina. Una edición especial del grupo de Nilo Soruco que conformó en los inicios de su carrera artística.
Mi alma se nutrió de amor por este compositor boliviano que en tiempos de la dictadura del fascismo criollo de Hugo Banzer S. (1971-1978) fue perseguido, torturado y exiliado por su canto directo y fundamental.
Al escribir este texto me vienen muchas emociones al espíritu, y memorias que deben ser recordadas, o sea que a secar las lágrimas. Inmediatamente decidí hacer un homenaje al Prof. Nilo Soruco, quién vivía en Tarija (cuna de su genialidad y ciudad natal).
El famoso y amado Nilo Soruco
Con la banda que formaba parte (THE WAY) hicimos los arreglos vocales y rítmicos fusionando el punk-rock, el rap y el huayño. Finalizando la producción audiovisual, escribí una carta y, adjuntando una copia en VHS cassette, le enviamos al Prof. Nilo (cortesía de un amigo de la banda que le pudo entregar en manos y devolvernos una carta escrita a máquina y pulso por el mismísimo NILO).
El Alfonseka había encontrado un referente completamente genuino, combativo y boliviano para encaminar su canto contestatario hasta el nacimiento de la «Marraketa Blindada» (2000), que sin la influencia que recibió del Profe Soruco se hubiera perdido en el camino…
Orgulloso de tener el permiso de interpretar su canto, fuimos portavoces del Nilo encarcelado, amedrentado y expulsado de su patria, gritándole en rima al mismo inhumano presidente que descaradamente gobernaba otra vuelta Bolivia.
En el 2001 suceden dos hechos históricos para nuestra historia: nos conocemos en persona con Nilo Soruco, y el presidente General H. Banzer debe renunciar a su cargo por motivos de salud (cáncer avanzado).
Viajamos de invitados, junto a Gigio (actual Walkman) y su proyecto «L.A.D.H«, al Festival de las Culturas en Chuquisaca, y cambiamos los pasajes de retorno a La Paz para irnos a Tarija. Mi compañero de Marraketa Blindada tenía familia en la ciudad del místico NILO.
La noche que dimos con él fue en una Escuela de Música donde el Profesor dirigía. Lo vi en acción: «pare, pare, pare», gritó! Y se detuvieron los músicos que estaban en el escenario, «bombo chaqueño!», volvió a gritar. Con esa fuerza de un guerrero de luz, que pese a los golpes de la vida y las palizas recibidas está haciendo lo que ama. Me quedé contemplando y lagrimeando. Como se dice acá, «viendo de lejitos» sin poder acercarnos. Nos marchamos impresionados con el famoso y amado Nilo Soruco.
Como todos los conocidos de la ciudad nos advertían que al Profe siempre lo podríamos encontrar en la Plaza Principal (Luis de Fuentes) al medio día tomando su gelatina, y que tuviéramos cuidado pues decían que estaba «loco», los dioses conspiraron para que en ese momento de verlo ahí, pudiéramos entrevistarlo con cámara en mano, y posteriormente nos brindamos un almuerzo junto a su «chuflay» (bebida típica) y vino tarijeño, marcando una de las mejores experiencias de mi existencia y que quedó grabada en mi ajayu*.
Esta linda frase nos dedicó como autógrafo: «Amigos camaradas venideros: Alfonso y Rafael…, un hermano encontrarás inesperado. Nilo«. (El papelito es una joya de mi colección blindada).
El legado musical de Nilo Soruco
Pasaron los años de aquel encuentro entre un Maestro y su aprendiz, cuando en 2004 partió a mejor plano Nilo Soruco Arancibia, quien dejó canciones e himnos universales como «La Vida es Linda» y «La Caraqueña».
Un genio como Nilo Soruco, que nació en estas tierras y, según un estudio realizado por el cantautor Manuel Monroy Chazarreta (más conocido como El Papirri), quien define a la obra y figura de NILO como la Violeta Parra (en Chile) y Atahuallpa Yupanqui (en Argentina), además que fueron contemporáneos en su época de lucha y canto: “Debe ser recordado, renombrado y elevado en cuanto a su legado que nos ha dejado a todos los bolivianos y seres humanos”.
En el 2017 el Prof. Nilo Soruco hubiera cumplido 90 años de vida y fue recordado con una exposición muy linda y llena de su historia en el Centro Simón I. Patiño.
La consecuencia de su «locura» fueron las fuertes palizas de la tortura que le habían dejado roto un oído, que le provocaron dos ataques de pre-embolia.
Cuentan que por consecuencias del primero perdió la capacidad interpretativa de la guitarra y olvidó varias de sus canciones, por no decir todas. Posterior recuperación y tras el segundo ataque, perdió totalmente la capacidad de hacer música hasta el día de su muerte.
La dictadura logró mermar la salud del más grande cantor y luchador social que parió mi Bolivia.
También se encargó de vetar su música y nombre, borrándole sus derechos de autor en muchas ocasiones hasta borrarlo del mapa literalmente.
Me da bronca ser consciente que en las escuelas y unidades educativas no nos enseñan de él. Hasta el día de hoy la educación boliviana es militarizada, y la bota del fascismo oprime sin asco el canto del Nilo.
¿Mucho se habla de él pero nadie lo sabe entender? La familia heredera poco o nada puede hacer para mantener la imagen de Nilo Soruco en alto. Son más fuertes las cadenas del pasado, que lo tienen atado al olvido o a la melancólica imagen de un viejito acabado.
Hoy vivimos corrientes indigenistas fundamentalista en el poder de Estado, y estoy seguro que ante tanta corrupción, narcotráfico, racismo y poder estatal, Don Nilo Soruco volvería a combatir con su «bandera de la libertad» y su «Noche de San Juan».
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