Pues el sonido no es ni más ni menos que una vibración mecánica de las partículas del aire, que en contacto con el tímpano, se transmite al oído.
A través del oído interno y el nervio auditivo, el cerebro interpreta estas vibraciones. Lo que el cerebro interpreta es lo que oímos.
La vibración de una partícula significa que esta se mueve en las proximidades de su posición original y pasada la vibración volverá a su posición original.
Una vibración es (por ejemplo) lo que ocurre en la superficie de agua en reposo, si se arroja una piedra: esta crea una vibración que avanza y hace que las partículas de la superficie suban y bajen, pero pasada la onda, las partículas siguen donde estaban.
La diferencia con el ejemplo del agua, es que en el aire los movimientos de las partículas son longitudinales, en la dirección de avance del sonido.
Si tenemos una superficie que vibra, como puede ser el cono de un altavoz, la vibración se transmite a las partículas de aire que están en contacto con la superficie, empujándolas hacia adelante y hacia atrás, y éstas a su vez empujan a las siguientes y cuando las primeras se retraen (se vuelven hacia atrás) las segundas también y así se va propagando la onda por el aire.
Tomando la definición de sonido, como aquello que el oído humano es capaz de percibir, habría que limitarlo a las vibraciones de frecuencias comprendidas entre 20 y 20.000 Hz (Hertzios = ciclos completos en un segundo).
De este modo se llamarían infrasonidos a las vibraciones cuya frecuencia fuese menor de 20 Hz y ultrasonidos a las que oscilan por encima de los 20 KHz (kilo hertzios).
Para la audición en los seres humanos, es necesario que la vibración tenga una frecuencia comprendida entre unos 15 y 20.000 hercios, y su intensidad sea la suficiente para llegar al oído interno. Es decir para que esa vibración sea perceptible por un oído humano, ésta debe oscilar aproximadamente entre 15 y 20.000 veces por segundo.
Cuando las vibraciones pasan estos márgenes no son perceptibles al ser humano.
Algunos animales como el perro por ejemplo son capaces de escuchar frecuencias fuera de estos márgenes, de ahí que cuando escuchamos un silbato para perros, no se produzca en nuestros oídos ninguna sensación ya que estos silbatos suelen emitir frecuencias entre 30 y 50 KHz a las que no llega nuestro umbral de audición.
Este rango de escucha para los humanos también varía con la edad y no todos llegamos ni a 20Hz ni a 20000Hz, sobre todo quienes trabajamos con sonido, ya que el oído se resiente bastante y con el tiempo se pierde nivel de audición.
Si la exposición a altos niveles de ruido es prolongada pueden producirse pitidos, más conocidos como acúfenos. Muchos de los lectores sabrán a qué pitidos me refiero… Pero esto es otro tema que podría dar para una entrega entera de tutoriales.
Para que se produzca un sonido son necesarios tres elementos:
- Un cuerpo capaz de vibrar.
- Un medio elástico por el que se desplacen las vibraciones (aire, agua, hierro)
- Un receptor (El oído humano, un micrófono).
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